Centro de Investigación Interdisciplinar en Valores Integración y Desarrollo Social / Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas/ Universidad Católica Argentina,
Argentina
https://orcid.org/0000-0003-4555-4376
Este libro ha sido coordinado por la Licenciada y Magíster en Trabajo Social María Alfonsina Angelino, la Licenciada en Trabajo Social María Eugenia Almeida, ambas especialistas en Metodología de la Investigación Social, doctorandas en Estudios de Género (Universidad Nacional de Córdoba [UNC]), docentes e investigadoras en la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), y por la Doctora en Ciencias Sociales y Humanas y Licenciada en Ciencia Política Camila Arbuet Osuna, docente en la UNER y en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), becaria doctoral y posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). El mismo plantea una mirada crítica sobre la discapacidad, sus abordajes y la manera en que estos se inscriben y moldean los cuerpos. De este modo, los textos que integran esta obra colectiva traen la palabra, las voces y los gestos de quienes habitan la discapacidad y buscan ir más allá de las marcas de las subjetividades. Asimismo, este libro permite reflexionar acerca de la teoría tullida, como una matriz de acción y de análisis que brinda una conceptualización sobre la
* Doctora en Psicología por la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA). Becaria posdoctoral del Centro de Investigación Interdisciplinar en Valores, Integración y Desarrollo Social, Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET-UCA).
discapacidad y da cuenta de un activismo académico que busca revitalizar la disputa contra la noción de cuerpo “normal”. Por consiguiente, el sello de este aporte consiste en resistir, persistir y repetir para evitar la reproducción y desnaturalizar lo que lleva a que ciertas vidas sean deshumanizadas.
El libro se compone de un prólogo, una introducción y siete capítulos; las personas que escribieron estos apartados son integrantes de equipos de investigación y de extensión en las temáticas abordadas. Así, esta obra recopila información proveniente de distintas investigaciones, ponencias, documentos, artículos, elaborados en los últimos años; también, se construye a partir del intercambio dialógico (a modo de biografía y de conversaciones en conjunto) con las personas con discapacidad y sus organizaciones.
En el Prólogo, Asun Pié Balaguer destaca que esta obra es más que un aporte académico, ya que implica una narrativa en primera persona, desde las entrañas de la inquietud que genera el dispositivo de la discapacidad y cómo la misma lleva poco tiempo deconstruyéndose. Sostiene que es un libro feminista, que abre las puertas a la producción de conocimiento situado, que busca generar incomodidades, habilitando un lugar para lo indómito, o para lo que debería ser y corrió el riesgo de fosilizarse en los terrenos que refieren a la anormalidad, discapacidad, minusvalía, entre otras categorías semánticas que aniquilan a las personas. Afirma que las/los autores en sus páginas se han preocupado por no malinterpretar, por no pervertir a quienes son narrados, debido a que narrar a otras personas implica hacerlo consigo mismo/a, revisando las posiciones frente a los demás y en un estado de alerta frente a lo dicho.
Alfonsina Angelino y María Eugenia Almeida en la Introducción, afirman que los binarios estructurantes normal/anormal y capaz/incapaz continúan funcionando en la actualidad, por lo cual, a través de estas páginas se pretende revisarlos de manera crítica bajo la mirada de la teoría crip (la cual traducen como teoría tullida), que implica un
cuestionamiento a la corporalidad única y la capacidad obligatoria. Por lo tanto, no solamente se convierte en una continuidad de ideas previas sino también en una ruptura. Se parte de una conceptualización de la discapacidad como dispositivo de control y de configuración de las subjetividades, y de la certificación estatal como modo legítimo para acceder a distintas políticas y programas específicos. De este modo, es importante conocer cómo opera la discapacidad y cómo es reproducida por diversos agentes (entre ellos, el Estado). Para lograr este cometido, durante el recorrido literario, se profundizan las narrativas de sí mismo, mediante testimonios de experiencias de vida y hechos históricos.
En el primer capítulo, Alfonsina Angelino refiere a diversas preguntas que guían el trabajo realizado. Una de ellas consiste en interrogarse acerca de cómo acceder al mundo habitado del dispositivo de la discapacidad; otra de las preguntas da cuenta de qué manera se tensionan los deseos de hacer hablar a quienes fueron históricamente hablados/as por otras personas, como las familias, los políticos, las asociaciones. Por lo tanto, ese acceso a través de la escucha de los relatos, podría dar lugar a miradas y posiciones subalternizantes respecto a las personas con discapacidad. También, surge el interrogante acerca de cómo se puede sostener la escucha abierta, atenta y amorosa de las narrativas eludiendo la violencia epistémica.
Camila Arbuet Osuna, en el segundo capítulo, se propone evidenciar algunos de los puntos de partida teóricos que se presentan en las decisiones acerca de los modos de tratar las construcciones parciales de las narrativas de sí tullidas. Para llevar a cabo esto, se trata de reconstruir parte de los procesos ensayados en la investigación para dar cuenta de sí, lo que conlleva el desarme de las identidades preexistentes o verdaderas por reconstruir a través del testimonio. A partir del giro afectivo se busca identificar algunos de los sentimientos (como por ejemplo, la vergüenza, la pérdida) que emergen en el acto de dar testimonio del yo tullido. Cabe destacar que, según la autora, la mayoría de las historias que aparecen en la obra aluden
a los procesos de normalización y precarización capacitistas, ya sea de manera explícita o implícita.
En el tercer capítulo, Marcos Priolo, presenta diversas narrativas en las cuales aparece la discapacidad intelectual como telón de fondo en las conversaciones con. El autor, tomando como punto de partida su experiencia y camino recorrido como profesional en instituciones prestacionales para personas con discapacidad, intenta recuperar algunas de las experiencias en base a los intercambios cotidianos con dichas personas. Así, se propone ensayar e intentar conocer quiénes son, quiénes dicen que son, cómo los ve y cómo se ven. El hecho de hablar de narrativas implica acercar escenas en dónde se habilita la posibilidad de conversar, lo cual se convierte en un acto revolucionario. Por lo tanto, surge el interrogante de sí, al momento de narrar partes de otra biografía, al mismo tiempo, se termina narrando a uno mismo.
A través del cuarto capítulo, Alfonsina Angelino, Micaela Rausch y Betina Zuttión, muestran distintas conversaciones con personas que atraviesan las experiencias de autonomía en el dispositivo de la discapacidad. En los relatos, se vislumbrarían ideas que asocian la discapacidad con demandas meritocráticas, con deseos de normalidad, escenas de superación y de resiliencia. No obstante, las autoras intentan posicionarse como interlocutoras empáticas, respetuosas de lo acordado, honrando las palabras y el contrato de confianza, no juzgando las historias relatadas.
María Eugenia Almeida, Marcos Priolo, Vilma Strada y Jazmín Vieytes, en el quinto capítulo, describen la lucha por el reconocimiento de la Lengua de Señas Argentina (LSA) para la comunidad Sorda. En dicho apartado, presentan hechos en los cuales personas sordas líderes de su comunidad hablan y se autorrepresentan como un colectivo propio, reclamando su reconocimiento y denunciando opresiones. Las escenas que se presentan son acontecimientos y experiencias vividas junto a las personas que integran dicha comunidad: una describe el encuentro con la Academia; otra muestra el abrazo al Congreso de la Nación,
mediante los relatos e imágenes que acompañan lo escrito; otra escena refiere a la Audiencia Pública en el mismo lugar para discutir los proyectos de leyes sobre el reconocimiento de la LSA como patrimonio cultural y lingüístico y por último, se recogen algunas escenas de conversaciones con personas que asisten a la Escuela de Sordos de Paraná.
En el sexto capítulo, Liza Benedetti y Paula Kratje, en cuanto trabajadoras en el campo de la salud pública/salud mental, enfatizan en dos aspectos claves: por un lado, tensionar las distancias que se producen y reproducen alrededor de la discapacidad y de la salud mental, lo cual constituye a ambos territorios como paralelos, próximos entre sí; por otro lado, a partir del reconocimiento de dichos puentes o lazos, problematizar la locura como un dispositivo que se sitúa en el lugar de lo otro frente a la construcción de los cuerpos y mentes normales. En este sentido, desde una mirada analítica, se recuperan experiencias vitales que se encuentran atravesadas por el dispositivo de la “normalidad”, en las cuales se entrecruzan vivencias asociadas a la locura, el género, la pobreza y la discapacidad. Asimismo, se trata de reconocer las prácticas y las lógicas que llevan a la producción del dispositivo normalizador, capacitista y cuerdista mediante la escucha etnográfica de dos mujeres.
Finalmente, en el séptimo y último capítulo, Alfonsina Angelino y María Eugenia Almeida, realizan una recapitulación de lo planteado a lo largo del escrito. Destacan las perspectivas críticas de comprensión de la discapacidad que se han esbozado, las cuales buscan perforar las miradas que asocian discapacidad a déficit y/o enfermedad nomenclable, para volver a situarla en las relaciones complejas de producción y reproducción social. También, mencionan las distintas miradas acerca de las personas con discapacidad, tanto como representantes de la tragedia, de lo indeseado o incierto y como aquello que obliga a las personas a “ser el ejemplo de”, con una visión heroica y digna de admiración. Estas representaciones cristalizan la ideología de la normalidad, la ficción de la completud, la
tragedia de lo diverso y la imposibilidad de habilitar otras experiencias. Para concluir, aluden a la autonomía en tanto posibilita una existencia vivible, que permite habitar una nueva significación sobre la misma, alejándola del individualismo y reconociendo la interdependencia como un bien común, dado que la autonomía es intrínsecamente relacional.
A modo de cierre, es importante destacar que los aportes teóricos y vivenciales que se han desarrollado durante cada capítulo, ofrecen al lector la posibilidad de acercarse a la discapacidad desde una perspectiva crítica, epistémica, en primera persona, a través de las historias de vida que son contadas y narradas. De esta manera, cabe señalar el aporte de la presente obra a modo de antídoto frente a la descalificación de las personas con discapacidad, que son desterradas y estigmatizadas socialmente.