https://ojs.rosario-conicet.gov.ar/index.php/revistairice/ - e-ISSN 2618-4052
Presidentes y vocales del Consejo General de Educación
de Jujuy (1883-1920): análisis de sus trayectorias
Antonela Centanni*
https://orcid.org/0000-0002-8931-158X
Recibido: 16 de diciembre de 2021
Aprobado: 25 de abril de 2022
Resumen
En este artículo analizaremos las trayectorias de los presidentes y vocales
que fueron designados en la Comisión Central de Educación y el posterior
Consejo General de Educación de la provincia de Jujuy entre los años 1883-
1920. Concretamente, presentaremos un estudio de diez presidentes y die-
cinueve vocales relevando las siguientes dimensiones: lugar de nacimiento
y relación con la élite urbana de la ciudad de Jujuy; institución en la que
estudiaron y titulación adquirida; experiencia previa, y estabilidad promedio
de sus gestiones. Pretendemos mostrar que las trayectorias presentan va-
riaciones en el origen y en la titulación de los funcionarios a lo largo de tres
etapas cronológicamente ordenadas.
Palabras clave: Consejo General de Educación, provincia de Jujuy, presi-
dentes, vocales, trayectorias
* Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). e-mail:
antonela
.centanni@gmail.com
Financiamiento: PICT “Profesionales de Estado. Un análisis comparado de burocracias estatales en el
siglo XX” (2018-00694) con sede en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Socia-
les de la Universidad Nacional de La Plata (IdIHCS/UNLP).
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Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
Presidents and members of the General Council of Education of
Jujuy (1883-1920): analysis of their trajectories
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Abstract
In this article we will analyze the trajectories of the presidents and members
who were appointed in the Central Education Commission and the subse-
quent General Council of Education of the province of Jujuy between the
years 1883-1920. Specically, we will present a study of ten presidents and
nineteen members revealing the following dimensions: place of birth and re-
lationship with the urban elite of the city of Jujuy; institution in which they
studied and degree acquired; previous experience, and average stability of
their management. We intend to show that the trajectories present variations
in the origin and degree of the o󰀩cials along three chronologically ordered
stages.
Keywords: General Council of Education, province of Jujuy, presidents, mem-
bers, trajectories
Antonela Centanni
Introducción
¿Quiénes ocuparon los cargos de presidente y vocales en el principal órgano de
gobierno educativo de la provincia de Jujuy durante el período de estudio? ¿Qué ti-
tulación tenían? es decir, ¿eran egresados de las Escuelas Normales? ¿Cuáles eran
sus antecedentes al momento de ser nombrados en la Comisión Central de Educación
(CCE) y el Consejo General de Educación (CGE)? Estos y otros interrogantes son los
que intentaremos responder en este trabajo, siguiendo las trayectorias del conjunto de
funcionarios que estuvieron a cargo de la educación jujeña entre nales del siglo XIX
y las dos primeras décadas del siglo XX.
La historia de la educación de la provincia de Jujuy es un campo de investigación
escasamente explorado. Hasta el momento existen algunos trabajos discontinuos que
estudian ciertos procesos sociohistóricos del siglo XIX, entre las guerras de indepen-
dencia y la consolidación del Estado nación moderno, en el marco de la sanción de la
Ley 1.420 (Barros, 1947; Delgado, 1992; Tommasini, 1934; Yépez, 1997, 2003). No
obstante, este trabajo pretende ser un aporte a, y se inscribe en, la línea de los estu-
dios sobre funcionarios y burocracias educativas desarrollados en los últimos años,
tanto con perspectiva nacional (González Leandri, 2001; Rodríguez, 2017) como a
nivel de las provincias (Fiorucci, 2018; Lionetti, 2006; Rodríguez, 2018; Rodríguez &
Petitti, 2017). Estos estudios han indicado que, a nivel nacional entre mediados de los
siglos XIX y XX, casi todos los ministros de Instrucción Pública formaron parte de una
pequeña élite integrada mayoritariamente por abogados egresados de los Colegios
Nacionales que rotaban para ocupar determinados cargos en el gobierno educativo; y
respecto de la experiencia profesional previa de estos funcionarios, se muestra cómo
para casi todos, la función de ministro de Instrucción Pública fue un puesto más dentro
de sus extensas trayectorias, dado que fueron además jueces, scales, legisladores,
militares, ministros de otras carteras, gobernadores, intendentes, rectores, escritores,
etc. (Rodríguez, 2017). Respecto a los órganos de gobierno de la enseñanza primaria,
otros trabajos han mostrado que, en el Consejo Nacional de Educación (CNE) —ór-
gano dependiente del Ejecutivo nacional, creado en 1881, encargado de gobernar las
escuelas primarias públicas—, los normalistas habían perdido la batalla por el control
de los espacios de decisión de las políticas educativas a manos de abogados y, en
menor medida, de médicos cercanos al gobierno (González Leandri, 2001). A nivel de
las provincias, en el caso de Buenos Aires la mayoría de los funcionarios eran oriun-
dos de la misma; hubo una importante cantidad de abogados de profesión, seguidos
en número por unos pocos egresados de las Escuelas Normales (Rodríguez & Petitti,
2017). Acerca de la estabilidad de las gestiones, han observado que no siempre los
cambios del titular de la gobernación implicaban un reemplazo de la autoridad de esa
dependencia educativa (Rodríguez & Petitti, 2017).
En diálogo con estos estudios, en este trabajo se presenta un análisis de las trayec-
torias de diez presidentes y diecinueve vocales de la CCE y el CGE de la provincia de
Jujuy entre los años 1883-1920 (algunos de los cuales asumieron más de una vez du-
rante el período de estudio). Concretamente, se relevan las siguientes dimensiones:
lugar de nacimiento y relación con la élite urbana de la ciudad de Jujuy; institución en
la que estudiaron y titulación adquirida; experiencia previa, y estabilidad promedio de
sus gestiones. Pretendemos mostrar que dichas biografías presentan variaciones a
lo largo de tres etapas: 1883-1892; 1893-1911; y 1912-1920. En relación a la primera
(1883-1892), que corresponde al período de la CCE se sigue el supuesto de que los
presidentes y vocales eran, en su mayoría, jujeños de nacimiento vinculados a las fa-
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Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
milias tradicionales de la élite urbana de la ciudad de Jujuy, “los conspicuos”,
1
que con
posterioridad a la crisis política de mediados de la década de 1870, combinaron el uso
de nuevas y viejas estrategias para mantenerse en el poder, con gestiones en general
bastante inestables. Fueron abogados, médicos o vecinos sin titulación vinculados a
la élite, con experiencia previa en algún cargo político o de la burocracia estatal local.
Respecto de la segunda etapa (1893-1911), que se inició con la fundación del CGE
sobre la base de la CCE, mostraremos que, a partir de 1893, las trayectorias de los
funcionarios cambiaron. A diferencia de lo que sucedió a nivel nacional en el CNE y
con los ministros nacionales, donde el predominio de los abogados fue casi absoluto
durante este período estudiado, en la provincia de Jujuy se observa que se incremen-
tó la presencia de normalistas egresados de Paraná y Tucumán ocupando el cargo
de presidente del CGE, mientras los egresados de la Normal de Jujuy solo llegaban
a vocales; se instalaron en la ciudad migrantes de otras provincias vinculados con las
élites tradicionales de Jujuy a través de alianzas matrimoniales; hubo experiencias
previas más equilibradas entre cargos políticos o de la burocracia estatal y maestros,
profesores, directores, e inspectores; y una mayor estabilidad promedio de las gestio-
nes de los presidentes.
En la tercera etapa (1912-1920), pretendemos mostrar que los funcionarios conti-
nuaban siendo en su mayoría jujeños de nacimiento, aunque ya no estaban ligados a
las familias tradicionales de Jujuy vinculadas con la élite urbana; que predominaban
los abogados y médicos, con gestiones promedio estables (presidentes) y experien-
cias previas en cargos políticos o de la burocracia estatal, concretamente como re-
presentantes del partido de la Unión Cívica Radical (UCR) local en pleno ascenso.
2
La llegada (a nales de 1911) de Francisco Linares (UCR) a la presidencia del CGE
marcó el inicio de una nueva etapa no solo dentro del Consejo, sino también en el
equilibrio de las fuerzas políticas en la provincia.
3
En términos generales, durante este período es importante remarcar dos cuestio-
nes: por un lado, que en promedio las gestiones de los vocales, a diferencia de los pre-
sidentes, en general fueron muy inestables; y, por otro lado, que en las tres etapas se
ha podido observar que hubo algunos funcionarios que tenían simultáneamente dos
cargos, es decir, eran una pequeña élite masculina donde unos pocos ocupaban uno
o dos puestos al mismo tiempo. No obstante, con el decreto del ministro de Instrucción
Pública (O. Magnasco), a partir de 1900, los normalistas, como otros profesores de
instituciones nacionales de nivel medio en la segunda etapa, vieron clausuradas las
posibilidades de ocupar más de un cargo a la vez.
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1
Gustavo Paz (2010) llama así al grupo de familias que durante el siglo XIX dominaron la vida política
de la provincia, encabezado por los Sánchez de Bustamante.
2
En 1890, como resultado de la crisis económica y política durante el gobierno del presidente M. A.
Juárez Celman (1886-1890), nació la Unión Cívica, movimiento político de choque sin nes electora-
les, que restablecida la normalidad institucional, en 1891, y por las intenciones gubernamentales de
algunos miembros terminó escindida, conformando dos frentes: la Unión Cívica Nacional, vinculada a
viejos actores políticos de corte más “acuerdista”, como los ex presidentes B. Mitre (1862-1868) y J.
A. Roca (1880-1886), y la Unión Cívica Radical, encabezada por L. N. Alem. A partir de entonces se
fue consolidando uno de los partidos políticos con más historia en Argentina. Para ampliar ver Alonso
(2002). En Jujuy el Comité local se fundó en 1891 (Fleitas, 2014).
3
La muerte del senador Pérez en 1910, la gura más inuyente del “roquismo” a nivel provincial, que
había sabido estructurar a su alrededor los equilibrios necesarios para construir relaciones políticas es-
tables entre los gobiernos provincial y nacional, cerró una etapa de la historia política de Jujuy, mientras
la UCR local capitalizó ese nal de ciclo en una carrera para posicionarse en la provincia y alcanzar el
gobierno en 1918. Para ampliar ver Paz (2006, 2009) y Fleitas (2014).
Antonela Centanni
Respecto de las fuentes y la metodología de análisis se han reconstruido las tra-
yectorias de los distintos funcionarios con los libros de actas del CGE provincial, dic-
cionarios biográcos locales, triangulando estos datos con la clasicación de otra
información identicada en diferentes investigaciones sobre la historia jujeña en el
recorte temporal trabajado en este artículo.
Los funcionarios de la Comisión Central de Educación (1883-1892)
La conguración del Estado nación signicó un punto de inexión en la relación con
las provincias. En torno a 1880, la élite política de Jujuy se transformó como conse-
cuencia de los cambios en la escena local y las respectivas alianzas que permitieron
la emergencia de nuevos actores políticos, “profesionales” o de carrera, que accedie-
ron al poder real, dejando en los márgenes interiores de la provincia las prácticas que
habían congurado y fortalecido la emergencia de la élite durante el período tardo
colonial, resultado de las redes de familia que a través de alianzas matrimoniales y
sociedades comerciales habían construido un entramado de poder que gobernó la
provincia durante 40 años (Paz, 2006, 2009).
En este contexto la creación de la CCE de Jujuy, en 1883,
4
fue el marco institu-
cional que, a partir de los presupuestos votados en la Legislatura provincial, tenía la
responsabilidad de sostener y expandir la escolarización, controlar el uso eciente de
las subvenciones y promover la organización de la práctica docente en la provincia.
5
Con la reforma constitucional de 1893, esa misma Comisión pasó a llamarse formal-
mente CGE.
Al principio, dicha Comisión, en palabras del inspector nacional de escuelas de
entonces, no era más que “una ocina de trámite del Poder Ejecutivo” (Helguera Sán-
chez, 1897, p. 21). Tenía facultades limitadas, no administraba sus rentas, ni nombra-
ba el personal de las escuelas. Era el gobierno provincial quien, a través del secreta-
rio o ministro de gobierno, asumía directamente la toma de decisiones de la política
educativa local.
Entre 1887 y 1889, a través de dos leyes promulgadas por la Legislatura local (Hel-
guera Sánchez, 1897), la CCE empezó a ganar cierto margen de autonomía relativa
respecto del poder político local. Las leyes en cuestión prescribían que la Comisión
podía por sí sola nombrar, suspender y destituir al personal de las escuelas, y también
organizaban la estructura interna de la Comisión compuesta por un presidente, un se-
cretario y dos vocales inspectores. Estos dos últimos debían cumplir, preferentemen-
te, el requisito de tener diploma de profesor o maestro normal, mientras el inspector
nacional también formaba parte del gobierno de la Comisión en calidad de primer
vocal (Helguera Sánchez, 1897).
A pesar de estos cambios, las funciones a cargo del presidente no fueron más allá
de la representación del Ejecutivo local en la toma de decisiones sobre las políticas
educativas. Como se observa en el reglamento interno de la Comisión (1889) consul-
tado para este trabajo, el presidente debía:
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4
El 20 de mayo de 1882, la Legislatura Provincial de Jujuy sancionó por ley la creación de la Comisión
de Educación que se instaló en febrero de 1883 (Tello, 1887).
5
Se creó el fondo escolar para sostener escuelas, apartado del fondo común del tesoro provincial.
Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
Se ha dicho que este artículo se propone estudiar las trayectorias de los presiden-
tes y vocales de la CCE y el CGE teniendo en cuenta, entre otras cuestiones, dónde
estudiaron y qué titulación obtuvieron. En este sentido es necesario referenciar la
creación del Colegio Nacional y de las Escuelas Normales en la provincia de Jujuy,
instituciones educativas nacionales fundamentales en la formación de este cuerpo de
funcionarios.
El Colegio Nacional de Jujuy se creó en 1869 y durante un tiempo tuvo un curso
de magisterio anexo que luego fue cerrado. Fue parte de lo que se conoce como la
primera etapa de fundación de los Colegios Nacionales, entre los años 1863-1888
(Schoo, 2014). Durante este período, gran parte de los egresados del Colegio Nacio-
nal conformaron las élites políticas locales, y la designación de los rectores a cargo del
gobierno nacional mostraba a esas guras como resortes del poder político que articu-
laban ambos niveles de gobierno. En 1887 (tres años después de fundada la Normal
de mujeres), se inauguró la Escuela Normal de Varones en la misma ciudad, bajo la di-
rección del profesor normal Pablo Arroyo (jujeño) junto a otros maestros y profesores
que al igual que él eran egresados de la Normal de Paraná, y en otros casos también
de Tucumán. Poco a poco los egresados normalistas varones empezaron a competir
con los varones formados en los Colegios Nacionales para ocupar cargos públicos.
Como señala Laura G. Rodríguez (2021), una de las claves del éxito de las Escuelas
Normales nacionales fue el sistema de becas nanciadas por el Estado y en menor
medida por las provincias y municipios. Con esta iniciativa se consideraba que los
alumnos de las Normales, al mismo tiempo que se beneciaban de la beca, asumían
el compromiso que les obligaba a ejercer la docencia durante un determinado período
de tiempo. Según el reglamento, las becas para estudiar en la Normal de Paraná eran
otorgadas a estudiantes varones de los Colegios Nacionales (Rodríguez, 2021). En el
contexto de la crisis económica de 1890 se empezaron a cuestionar las becas otorga-
das al magisterio de varones argumentando que los becados abandonaban antes la
carrera o bien luego no ejercían la profesión, defraudando con ello al sco y, en 1891,
el gobierno nacional suspendió las becas para varones. Pero no tardaron en hacerse
escuchar los argumentos de los defensores de las becas, quienes sostenían que ese
estímulo era la única manera de avanzar en la incorporación de varones a la docencia
y que además había que aumentar su cantidad y monto si se quería retenerlos en la
profesión. Las becas fueron repuestas, pero el monto no fue actualizado de acuerdo
a la inación, y cada vez eran menos los varones que se inscribían en los cursos de
magisterio, al revés de lo que ocurría con las mujeres (Rodríguez, 2019).
El problema con los varones, como apunta Rodríguez (2021), fue que muchos de-
jaban la carrera debido a que tanto el monto de las becas, como de los sueldos des-
pués, eran muy bajos en comparación con otras profesiones. Finalmente, a partir
del año 1900, el gobierno decidió “refundir” los cursos de magisterio en los Colegios
Nacionales, medida que, en los hechos, derivó en su cierre. El curso de magisterio
de Jujuy fue clausurado en 1902, pero la Escuela de Aplicación, cuya matrícula cre-
cía sostenidamente, se mantuvo abierta y fue anexada a la Normal de mujeres. Sin
embargo, esta decisión reejaba una contradicción del Estado nacional que después
de cerrar 12 de los 13 cursos de magisterio masculinos, seguía diciendo que se ne-
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Representar al Consejo [sic] como intermediario frente a los poderes públicos; presidir las se-
siones y decidir con su voto en caso de empate; dirigir las discusiones en cada sesión, rmar las
actas que se hubiesen aprobado al terminar el orden del día, y dirigir y redactar la publicación
que impulsara dicho órgano del gobierno educativo. (CCE, 1889, p. 178)
Antonela Centanni
cesitaban maestros varones. Si bien se fueron creando desde 1886 Normales mixtas
en distintas ciudades y hubo algunas fundaciones más de Normales de varones, el
número de egresados fue disminuyendo año a año (Rodríguez, 2019).
En relación a las posibilidades que tenían las mujeres para desarrollar una carrera
profesional en Jujuy, como en el resto del país, es importante señalar que durante los
primeros 50 años de funcionamiento de la Comisión y del Consejo no hubo ninguna
mujer que ocupara cargos en el gobierno de la educación local como presidenta, vocal
o secretaria, cuestión que se vuelve relevante teniendo en cuenta la expansión cons-
tante, desde 1884, de mujeres graduadas de la Escuela Normal local.
6
Cuando se inauguró la CCE en Jujuy, el primer presidente fue Mariano Tezanos
Pinto, con una gestión que duró cuatro años (1883-1887). Si bien en esta época la
renovación del cargo debía ser anual, dado el contexto de conguración de las ins-
tituciones del gobierno de la educación local, se puede plantear que no hubo una
reelección con gestión de un año, sino una falta de formalización institucional de la
renovación de los funcionarios que recién se inició en la etapa siguiente con la reforma
constitucional de 1893. Según la Ley de Educación General de 1895, los miembros
del CGE durarían tres años en su cargo, con la posibilidad de ser reelectos. Además,
Tezanos Pinto disponía de una considerable red de relaciones con el Poder Ejecutivo.
Mariano Tezanos Pinto era jujeño de nacimiento, descendiente de los fundadores
de San Salvador de Jujuy (capital provincial) y miembro, por parte de madre, del clan
Sánchez de Bustamante, familia clave en el entramado político y económico de Jujuy
desde 1840 y hasta la crisis política de 1870 (Paz, 2006). Abogado de profesión,
7
fue
diputado entre los años 1885-1893 mientras cumplía funciones como presidente de
la CCE.
8
El segundo presidente en este período fue Teodosio Carrizo (1887-1888), jujeño
de nacimiento, abogado de profesión, diputado entre 1878-1880. La última gestión de
este período (1888-1891) tuvo como presidente a Ismael Carrillo, que al igual que los
otros dos era jujeño de nacimiento. También integraba la red de relaciones familiares
del clan Sánchez de Bustamante, era médico de profesión y, como otros hombres de
profesiones liberales de la época, ocupó importantes cargos como funcionario de la
burocracia educativa y estatal provincial: además de miembro de la Comisión (como
vocal y presidente), fue profesor en la Escuela Normal de Maestras (1884-1903) y
elegido diputado (1890-1900) por diferentes departamentos de la provincia (Bidondo,
2005).
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6
Igual que sucedió en otras provincias, recién en el año 1931 se incorporaron las primeras mujeres
como vocales en el CGE local. Si bien excede al período de estudio que comprende esta investigación,
se ha identicado a las primeras mujeres que ocuparon cargos de vocales en el CGE de la provincia:
María Justina S. de Bustamante y Nélida Guzmán. Como se puede advertir una de ellas era descen-
diente del clan Sánchez de Bustamante, representante de la continuidad de su prestigio en la sociedad
local, sin más datos sobre su trayectoria. Respecto de la señora Guzmán, si bien no se han encontrado
datos acerca de su trayectoria, es posible que fuera familiar de Horacio Guzmán, político jujeño, abo-
gado de profesión, que llegó a gobernador de la provincia en 1958, luego de una larga carrera como
militante de la UCR local desde comienzo de la década de 1930 (CGE, 1931).
7
En una de las fuentes respecto a los miembros del entramado legislativo provincial, su nombre apare-
ce siempre antecedido por la categoría profesional de doctor, referencia utilizada, en otras ocasiones
en las que sí se pudo reconstruir la trayectoria educativa, para quienes eran graduados en Derecho.
Ver Bidondo (2005).
8
Algunos años más tarde alcanzó la vicegobernación de la provincia (1895-1898), también fue defensor
de Pobres y Ausentes, juez de Primera Instancia y presidente del Superior Tribunal de Justicia (1898-
1905) (Paleari, 1992).
Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
Durante esta etapa ocupó el cargo de vocal, el profesor normal José Cuñado (entre
los años 1883-1885), jujeño de nacimiento, integrante de una familia rica con parti-
cipación política en la ciudad de Humahuaca desde las guerras de independencia.
Había sido beneciario de las becas que otorgaba el gobierno nacional a los alumnos
de Colegios Nacionales para continuar sus estudios. Egresado de la Normal de Pa-
raná, en 1876 volvió a Jujuy y ocupó durante catorce años (1878-1892) una banca
como diputado provincial (Bidondo, 2005); se desempeñó como profesor en la Es-
cuela Normal de Maestras (1884-1903) y fue vicerrector del Colegio Nacional (1893).
También fue vocal Agustín Borús, inmigrante español, ingeniero de profesión, quien
logró incorporarse a la élite urbana de Jujuy a través de alianzas matrimoniales con
una de las familias locales, y gracias a esas relaciones fue rector interino del Colegio
Nacional (1879-1880). Contrajo matrimonio con una de las hijas de José Benito de
la Bárcena (jujeño de origen, médico de profesión, fue el primer rector del Colegio
Nacional de Jujuy y desarrolló una próspera actividad económica). Junto a miembros
de la familia Tezanos Pinto, Borús fue pionero de la explotación minera del borato en
la región (Fandos et al., 2014). Fue integrante del equipo que llevó a cabo las obras
de construcción del Teatro Mitre en la ciudad capital y uno de creadores del Banco
Constructor de Jujuy. El tercer vocal de esta etapa fue Tomás Alvarado, jujeño de
nacimiento, miembro de una de las familias más importantes de la élite política jujeña
desde mediados del siglo XIX. Este no tenía título y había sido inspector provincial
de escuelas (1872-1874). Además, se desempeñaban como vocales Martín Tezanos
Pinto, hermano del presidente anterior, sin título, y Cosme Orias, jujeño de nacimiento,
abogado de profesión que, antes y después de su paso por la CCE, tuvo una prolíca
carrera política en la provincia. Fue diputado (1861-1869), y en el año 1869 ingresó
como funcionario en la burocracia estatal provincial designado conjuez del Superior
Tribunal de Justicia. En 1870 fue nuevamente electo diputado (1870 a 1874) y simultá-
neamente Escribano del Tribunal. En 1874 fue reelecto diputado y nombrado secreta-
rio de la Cámara de Diputados provincial hasta nalizar su mandato en 1878. En pleno
auge de la crisis política que vivió la clase dirigente jujeña, Orias fue reelecto diputado
por la Capital y, una vez restaurada la Legislatura, elegido presidente de la asamblea y
como tal, designado gobernador interino durante el mes de noviembre de 1879. Antes
de ocupar el cargo de vocal en la CCE, Cosme Orias fue vocal del Superior Tribunal
de Justicia (1882, 1883, 1885 y 1887). Además, fue convencional para la reforma de
la Constitución de 1890 (Cutolo, 1968).
Durante esta etapa, se incorporó por ley como primer vocal del CGE el inspector
nacional de escuelas, en este caso Aníbal Helguera Sánchez (1886-1900), tucumano
de nacimiento, egresado de la Escuela Normal de Tucumán en 1884, donde inicia su
carrera como profesor hasta que en 1886, fue trasladado a Jujuy.
9
En repetidas oca-
siones y en representación de diferentes departamentos, ocupó una banca de diputa-
do dentro la Legislatura de Jujuy durante este período. Finalmente, alrededor del año
1890, fue nombrado vocal el maestro normal Francisco Ortiz, egresado de la Escuela
Normal de Varones de Jujuy, tercer normalista en esta etapa en integrar la Comisión
(CCE, 1890).
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9
Helguera Sánchez fue designado en Jujuy como inspector nacional entre 1886-1900, no obstante,
solo fue primer vocal hasta 1896 cuando fue removido del cargo por criticar al Ejecutivo jujeño en uno
de sus informes. Para ampliar ver Helguera Sánchez (1897).
Antonela Centanni
Como ya hemos mencionado, Tezanos Pinto, Carrillo, y en menor medida Cuñado,
eran apellidos de familias acomodadas y miembros de la dirigencia económica y políti-
ca local desde principios del siglo XIX (1840 aprox.), que si bien, hacia el último cuarto
de siglo perdieron poder dentro de las instituciones del gobierno, conservaron gran
prestigio social en la comunidad local. En este sentido, es importante señalar que tam-
bién hubo hombres con y sin título, extranjeros y de otras provincias (Borús y Helguera
Sánchez) que se incorporaron a través de distintos canales a la élite urbana local.
En Jujuy, como ocurría en otras provincias, el desarrollo profesional de la activi-
dad docente fue permitiendo, de hecho, el acceso a la burocracia educativa también
de varones pertenecientes a otros sectores sociales de acuerdo a las credenciales
educativas y/o el conocimiento especíco sobre el ámbito escolar, y no solo por ser
miembros de familias acomodadas vinculadas al poder político local (un ejemplo de
ello, en esta etapa, es el caso del normalista Francisco Ortiz).
Tabla 1. Presidentes y vocales del CGE de Jujuy. Primera etapa (1883-1892)
Fuente: CCE (1889, 1890) y Helguera Sánchez, A. (1897).
Mayoría normalista en el Consejo General de Educación (1893-1911)
Con la reforma de la Constitución provincial (1893), esta área dependiente del Es-
tado recibió el nombre de CGE, y se formalizó como una institución que alcanzó una
cierta autonomía relativa con independencia del Ejecutivo. Sin embargo, la toma de
decisiones siguió concentrada en manos del gobierno de la provincia de manera indi-
recta. Es decir, el presidente del Consejo era nombrado por el Poder Ejecutivo local
con acuerdo de la Legislatura, los vocales solamente por el Ejecutivo, y los maestros y
ayudantes por el mismo Consejo, que debía rendir cuentas mensualmente del uso de
los fondos para escuelas al Ejecutivo. De esta forma, se incorporó en la Constitución
de manera legítima la inuencia del Ejecutivo local respecto de la designación de las
autoridades educativas. Como un rasgo propio de la época, los nombramientos de
funcionarios respondían a la pertenencia de redes de parentesco, de vecindad, amis-
tad y/o de clientelismo político; de modo que el poder político local siguió controlando,
a pesar del avance de la profesionalización de la carrera docente, el gobierno de la
cuestión educativa.
En los hechos, el actor que gobernaba el proceso de escolarización en la provincia,
que gestionaba los presupuestos de las subvenciones escolares, la toma de decisio-
nes en materia educativa y en relación con el Ministerio de Instrucción Pública y el
CNE era el gobernador, o secretario de gobierno en su nombre, a través del presiden-
te del CGE.
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Gobernador de Jujuy
Presidente
Vocales
Período
Eugenio Tello (1883-1885)
José Ma. Álvarez Prado (1885-
1887)
Mariano Tezanos
Pinto
José Cuñado
Agustín Borús
1883-1887
Pedro Álvarez Prado (1887-
1889)
Teodosio Carrizo
Tomás Alvarado
Martín Tezanos Pinto
Cosme Orias
1887-1888
Pedro Álvarez Prado (1887-
1889)
Jorge Zenarruza (1889-1891)
Ismael Carrillo
Martín Tezanos Pinto
Cosme Orias
Francisco Ortiz
1888-1891
Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
En el marco de la aplicación de las reformas en el campo educativo que había san-
cionado la nueva Constitución provincial, y que empezaba a plantear la elección para
los cargos de la burocracia educativa de funcionarios con credenciales profesionales
del área, llegó al CGE el primer presidente normalista, el maestro normal Emilio Silvetti
(quien había sido nombrado vocal en la etapa anterior, durante los meses nales de
la gestión de Ismael Carrillo).
Emilio Silvetti, de origen tucumano, era hijo de inmigrantes italianos y españoles,
graduado de la Escuela Normal de Tucumán en 1882. Fue también miembro fundador
de la Sociedad Sarmiento de esa provincia, espacio de sociabilidad literaria integrado
por alumnos, maestros y egresados de las dos instituciones educativas nacionales
más importantes en la mayoría de las provincias donde no había universidad: la Es-
cuela Normal y el Colegio Nacional.
10
Llegó a Jujuy a nales de la década de 1880
y también se incorporó a la élite política local a través de alianzas matrimoniales, en
este caso con María Villafañe Chaves, hija del reconocido político jujeño Benjamín
Villafañe Bazán.
11
Durante su gestión como presidente del CGE (1891-1894) inició
una prominente carrera política en la que fue diputado en repetidas ocasiones (1891-
1895),
12
fue profesor del Colegio Nacional de Jujuy (1893) y luego nuevamente vocal
del Consejo entre 1895 y 1904 (CGE, 1893).
Entre 1895 y 1900 fue elegido por el Ejecutivo jujeño (a cargo de Manuel Bertrés)
como presidente del CGE, Pedro Bertrés, egresado del Colegio Nacional de Jujuy,
hermano del entonces gobernador, ambos miembros de una familia con notable par-
ticipación en la vida política provincial entre nales del siglo XIX y comienzos del XX
(Paz, 2006). Al año siguiente de nalizar su gestión en el CGE (en agosto de 1900),
Pedro Bertrés alcanzó la vicegobernación de la provincia de Jujuy (1901). Este funcio-
nario tuvo una destacada carrera política antes y después de su paso por el CGE: fue
elegido diputado entre 1888-1904 en elecciones en alguna ocasión consecutivas, y
durante la década de 1890 fue presidente y vicepresidente de la Legislatura provincial
y miembro de la convención constituyente de 1893.
El tercero de los cinco presidentes que hubo en esta etapa, el profesor normal Ser-
gio Alvarado (1901-1904), jujeño de nacimiento, fue una de las guras de la burocracia
estatal educativa local que acumuló más cargos políticos a lo largo de su carrera. Era
otro descendiente por línea materna del clan Sánchez de Bustamante, se sabe que
estudió en el Colegio Nacional de Jujuy, obtuvo una beca y se graduó en la Escuela
Normal de Paraná (1876). Son escasas las referencias a la actividad docente desa-
rrollada por Alvarado, hasta el momento solo se conoce que en torno a 1893 ejercía
como profesor del Colegio Nacional de Jujuy (Departamento Nacional de Estadística,
1894), mientras que su carrera política ha sido notable: fue ministro de gobierno en
1890, diputado entre 1894-1898, senador nacional entre 1905-1910 y gobernador de
la provincia en tres oportunidades (1891-1893, 1898-1901, 1910-1913). Como señala
102 Revista IRICE Nº 43 - 2022 pp. 93 - 111
10
Para ampliar ver Vignoli (2011). Sobre el desempeño profesional de Silvetti en Tucumán, ver Lema
(1886).
11
Para ampliar ver Fleitas (1997).
12
Entre 1913-1922 fue rector del Colegio Nacional de Jujuy, presidente y vicepresidente de la Legislatu-
ra provincial (1924 y 1940) y miembro fundador del Partido Popular de Jujuy luego del golpe de Estado
de 1930. Silvetti se mantuvo ocupando cargos públicos en el gobierno de la provincia de Jujuy hasta su
muerte en septiembre de 1940 (Bidondo, 2005).
Antonela Centanni
Gustavo Paz (2009), su actividad pública fue ininterrumpida durante este período ca-
racterizado por la alternancia de cargos provinciales y nacionales.
Cierra esta etapa la gestión de Mariano Valle, jujeño de nacimiento, egresado del
Colegio Nacional de la ciudad. Fue el presidente con más estabilidad dentro del CGE
durante el período estudiado, ocupó el cargo durante siete años (1904-1911). Era
miembro de familias encumbradas, aunque no de los grandes clanes de la élite pro-
vincial. Heredero de una familia propietaria de las ncas Valle Grande y Caspalá, era
hijo de Runo Valle (diputado nacional entre 1868 y 1872). Antes de llegar al Consejo
fue intendente de Policía (1895-1898) y también, durante algún tiempo en simultáneo,
ocupó una banca de diputado en la Legislatura (desde nes de los años 1880 hasta
comienzos de la década de 1910).
13
En esta etapa los vocales fueron: el maestro normal Francisco Ortiz (que había
sido designado en 1890); el inspector nacional Helguera Sánchez; el abogado Oc-
tavio Iturbe, descendiente de una familia de inmigrantes vascos, propietarios de
grandes extensiones de tierra en la puna jujeña, con una fuerte presencia en la vida
política provincial en las primeras décadas del siglo XIX, quien estudió en el Cole-
gio Nacional de Jujuy y fue diputado nacional entre 1904-1908 y 1910-1912;
14
y el
maestro normal Manuel Castañeda, jujeño de nacimiento, egresado de la Escuela
Normal de Varones de Jujuy (1889), diputado provincial entre 1895-1911 e inspector
general de escuelas de la provincia (1900) (Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción
Pública [MJCIP], 1889). A nales de la década de 1890, Emilio Silvetti fue reincor-
porado como vocal, y se integraron Francisco J. Acuña y Pablo Arroyo. Francisco
J. Acuña era de origen catamarqueño, egresado en 1882 de la Normal de Paraná,
ejerció cargos docentes en los tres establecimientos educativos nacionales de la
ciudad de San Salvador de Jujuy. Llegó a la provincia como regente de la Escuela
Normal de Varones (1892), en la que también fue profesor y ascendido a vicedirector
(1893); más tarde ingresó en la Escuela Normal de Maestras también como profesor
y en el Colegio Nacional local (no se han podido precisar las fechas; Departamento
Nacional de Estadística, 1894). Pablo Arroyo era jujeño de nacimiento, egresado de
la normal de Paraná (1885), fue el único director de la Escuela Normal de Varones
desde su inauguración en 1887 y hasta su clausura en 1902. Fue diputado provin-
cial (1889-1893) y estuvo al frente de la normal de maestras de Jujuy (1903-1909).
También fue presidente interino del CGE (1900-1901), vocal (1911-1912) e inspector
de escuelas de la provincia (1913) (Gobierno de Jujuy, 1913).
15
Otro vocal en esta
etapa fue Segundo Linares, abogado de origen salteño que llegó a Buenos Aires
para estudiar derecho y que para costearse los estudios, entró como escribiente en
el CNE; con el tiempo llegó a ocupar cargos importantes como secretario general y
director administrativo, y a nivel local fue presidente del Comité de la UCR. También
estuvo
Miguel Alviña, de origen peruano (comerciante), miembro de la familia
Tezanos
Revista IRICE Nº 43 - 2022 pp. 93 - 111 103
13
Elegido gobernador en dos oportunidades, entre 1901 y 1904 y nuevamente en 1916, fue el último
gobernante del orden conservador en Jujuy, hasta la intervención del gobierno federal que dio lugar a
elección del primer gobernador radical Horacio Carrillo (Paz, 2006).
14
También fue senador nacional entre los años 1913 y 1922.
15
En el apartado siguiente se amplía la trayectoria profesional del profesor Arroyo porque corresponde
al período en que tuvo mayor cercanía al partido de la UCR.
Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
Pinto a través de alianzas matrimoniales (se casó con Genoveva Tezanos Pinto Eguía
en Jujuy), y socio de sus negocios agrícolas. Fue conjuez del Superior Tribunal de
1869, comisario de Policía en 1874 y jefe de Policía durante la crisis política de la élite
local a mediados de la década de 1870. Miembro, a comienzos del siglo XX, de la cú-
pula del Partido Provincial, combinaba sus funciones como vocal dentro del CGE con
su cargo de diputado provincial hasta que, en 1904, fue designado ministro general
de gobierno (Bidondo, 2005) y abandonó su cargo en el CGE.
16
Alviña murió en 1911
ocupando un cargo de diputado nacional por la provincia de Jujuy (Fleitas, 2014).
Los últimos vocales de esta etapa fueron: Benjamín Villafañe Chaves (cuñado de
Emilio Silvetti e hijo del político Benjamín Villafañe, a quien mencionamos más arriba),
egresado del Colegio Nacional de Jujuy, estudió Derecho cuatro años en la Universi-
dad de Buenos Aires pero no terminó la carrera, se mantuvo en el cargo durante dos
años hasta que fue elegido diputado provincial (fue presidente del CGE en la etapa
siguiente con una notable carrera política vinculada a la UCR que desarrollamos a
continuación); y Augusto Tálice, quien se había desempeñado como profesor en la
Escuela Normal de Maestras de Jujuy y en 1910, fue nombrado director de esa misma
institución (Ministerio de Instrucción Pública, 1910).
La llegada de Arroyo fortaleció la presencia de los normalistas egresados de Para-
ná dentro del CGE de Jujuy, situación que no volvió a repetirse durante el período que
analiza este estudio. Durante esta etapa Sergio Alvarado, Francisco J. Acuña y Pablo
Arroyo (egresados de Paraná), Emilio Silvetti y Aníbal Helguera Sánchez (egresados
de Tucumán) y Francisco Ortiz y Manuel Castañeda (egresados de Jujuy) alcanzaron
mayoría normalista en el gobierno de la educación jujeña. El punto de ruptura en la
presencia de este grupo fue la renuncia de Arroyo, Acuña y Silvetti al mismo tiempo
en 1902.
En el marco de la crisis económica iniciada en 1890, el ministro de Instrucción
Pública de la nación (Osvaldo Magnasco) mediante decreto, prohibió a los profeso-
res que se desempeñaban en las instituciones nacionales de nivel medio (Colegios
Nacionales, Escuelas Normales, Escuelas Industriales y Escuelas Comerciales) tener
otros trabajos, y estos se vieron obligados a renunciar. En este sentido, el director de
la Escuela Normal de maestros de San Salvador de Jujuy, el mismo Pablo Arroyo,
había señalado en alguna ocasión que la superposición de actividades docentes con
otras en la burocracia estatal, y en ocasiones también educativa, era un problema en
el efectivo desempeño de las funciones del magisterio (MJCIP, 1889). En este contex-
to Arroyo, Acuña y Silvetti renunciaron a sus cargos de vocales en el CGE. Se podría
decir que el decreto funcionó como un punto de inexión que muestra los cargos del
CGE como un paso más en el desarrollo de las carreras políticas de algunos hombres
de la época. Por su parte, Silvetti y Arroyo continuaron la carrera ascendente dentro
de la burocracia educativa local: el primero llegó algunos años más tarde a rector del
Colegio Nacional (cargo en el que permaneció durante nueve años, 1913-1922), y el
segundo fue director de la Normal de Maestras inmediatamente después de renunciar
al CGE (durante seis años, 1903-1909). No obstante, Pablo Arroyo desarrolló una
104 Revista IRICE Nº 43 - 2022 pp. 93 - 111
16
La superposición de tareas se ha podido reconstruir por el análisis combinado de las actas del CGE y
las listas de miembros de la Legislatura de la provincia que permiten plantear que cuando Alviña asume
el Ministerio de Gobierno, la fecha coincide con la eliminación de su nombre de las actas del CGE y el
abandono del cargo de vocal.
Antonela Centanni
carrera burocrática y, como se verá en el próximo apartado, también política en algu-
nos intervalos de tiempo durante este período. Mientras tanto, la renuncia de Acuña
puso n a la participación dentro del Consejo de uno de los vocales que ocupó tantas
veces el cargo, este normalista se había mantenido durante seis años no consecuti-
vos como vocal del CGE.
Sin duda, en esta etapa se destaca la presencia mayoritariamente normalista en los
cargos dentro del CGE jujeño (hubo 4 presidentes, 2 normalistas y 2 egresados del
Colegio Nacional de Jujuy; y 11 vocales, 6 normalistas, 2 abogados, 1 egresado del
Colegio Nacional de Jujuy, 1 comerciante, y 1 no titulado),
17
a pesar de la contradic-
ción (del gobierno nacional) que representaba el cierre de las Escuelas Normales de
Varones (1902) interrumpiendo de raíz este proceso de incorporación a la burocracia
educativa local.
Cabe recordar que, hacia el nal de esta etapa, también se ha mencionado el in-
greso como vocal de Segundo Linares, uno de los fundadores de la UCR local, mos-
trando tempranamente la penetración de los nuevos partidos políticos dentro del CGE.
Tabla 2. Presidentes y vocales del CGE de Jujuy. Segunda etapa (1893-1911)
Fuente: CGE (1890-1914).
Revista IRICE Nº 43 - 2022 pp. 93 - 111 105
17
Teniendo en cuenta la cantidad total de trayectorias analizadas, es importante recordar la notable mo-
vilidad en los cargos de vocales, razón por la que muchos ocuparon el cargo más de una vez durante
el período de estudio.
18
Pedro Bertrés fue el vicegobernador entre 1901-1904.
18
Gobernador de Jujuy
Presidente
Vocales
Período
Jorge Zenarruza (1889-
1891)
Sergio Alvarado (1891-
1893)
Julián Aguirre (1893- 1895)
Emilio
Silvetti
Francisco Ortiz, Moisés de la
Vega
1891-1894
Julián Aguirre (1893
-
1895)
Manuel Bertrés (1895-
1898)
Sergio Alvarado (1898-
1901)
Pedro Bertrés
Ismael Carrillo, Octavio
Iturbe y Manuel Castañeda.
1897: Francisco J. Acuña y
Emilio Silvetti. 1898: Pablo
Arroyo.
1895-1900
Mariano Valle (Gob.)
1
Sergio
Alvarado
Segundo Linares, Agustín
Borús y Miguel Alviña.
1901-1904
Manuel Bertrés (1904-
1907)
Daniel Ovejero (1907-
1910)
Sergio Alvarado (1910-
1913)
Mariano
Valle
Pedro Bertrés, Alberto Zabala
y Luis A. Ortega. 1905:
vuelven Miguel Alviña y
Pablo Arroyo. 1907: se va
Alviña y entra Benjamín
Villafañe Chaves. 1910:
Francisco J. Acuña, Augusto
Tálice y Felipe Arias.
1904-1911
1
Pedro Bertrés fue el vicegobernador entre 1901-1904.
Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
El Consejo General de Educación y el radicalismo en Jujuy (1912-1920)
En esta última etapa, como ya se ha dicho en la introducción de este estudio, se ha
identicado que los presidentes estuvieron vinculados al partido político UCR antes
de ocupar sus cargos en el CGE. La creación de la UCR como partido a nivel nacional
también tuvo representación local en Jujuy. En 1891 se formó el Comité Provincial
fundado por varios hombres de notable trayectoria política y también de la burocracia
educativa del CGE, entre ellos: los inspectores nacionales de escuelas durante el pe-
ríodo que comprende este trabajo, como el profesor normal Aníbal Helguera Sánchez
y el abogado y maestro normal José Salinas,
19
el profesor normal Justo B. Inchausty
(Fleitas, 2014) y el vocal Segundo Linares. En estos años también fue nombrado
presidente del CGE el ya mencionado profesor normal Pablo Arroyo, candidato a la
gobernación representando a este partido en 1917, antes de que fuera intervenido el
gobierno provincial, acompañado por Filiberto Carrizo como vocal, ambos miembros
de la UCR local. Desde sus inicios este partido tuvo un papel importante dentro de la
legislatura jujeña, pero no alcanzó el gobierno hasta 1918 (Paz, 2006).
En esta tercera etapa los presidentes del CGE fueron: Francisco Linares, nacido en
Salta, era al mismo tiempo presidente del Consejo y de la Legislatura provincial, con
vinculaciones a través de su hermano (Segundo) con la UCR. El segundo presidente
de esta etapa fue Pablo Arroyo
20
(UCR), quien desde aproximadamente el año 1890
ocupó distintos cargos en la función pública —scal, vocal y presidente del Superior
Tribunal de Justicia hasta concejal de la ciudad Capital y diputado provincial—. Años
más tarde, ya conformada la “fracción roja” de la UCR,
21
Arroyo fue aceptado nueva-
mente en las las del partido y fue candidato a la gobernación en las elecciones de
1917 —aceptar la presidencia interina del CGE, como funcionario del gobierno del
conservador Mariano Valle, le había costado la expulsión—.
22
El último presidente que tuvo el CGE en el recorte temporal que abarca este estu-
dio, fue Benjamín Villafañe Chaves (1918-1920). Como ya se ha mencionado, de ori-
gen salteño, estudió Derecho en Buenos Aires, pero no terminó la carrera. De regreso
en Jujuy militó en la facción antipersonalista de la UCR y tuvo una notable carrera
política: fue Defensor de Pobres y Menores (1901), juez de Instrucción (1902-1909),
y simultáneamente enseñó Historia y Geografía en el Colegio Nacional de Jujuy (ha-
ciendo caso omiso al decreto de Magnasco); fue diputado nacional por la UCR (1920)
y alcanzó la gobernación después de presidir el CGE (1924-1927).
Los vocales en este período fueron: Damián Puch, jujeño de nacimiento, descen-
diente de una familia de guras militares importante durante la organización estatal
provincial; egresado del Colegio Nacional de la provincia; abogado, egresado de la
Universidad de Buenos Aires, que a su regreso a Jujuy se desempeñó como funcio-
nario del ámbito judicial (Defensor de Pobres —1898—, Juez de Primera Instancia
—1899— y Fiscal General —1904—) antes de ocupar la vocalía en el CGE local
106 Revista IRICE Nº 43 - 2022 pp. 93 - 111
19
Maestro normal que reemplazó a Helguera Sánchez en el cargo de inspector nacional a partir del
año 1900.
20
Si bien ya se ha presentado parte de su trayectoria cuando ocupó el cargo de vocal, ahora se amplía
para concretar sus acciones en esta etapa.
21
La UCR se caracterizó desde sus inicios por desacuerdos y enfrentamientos entre facciones internas.
Para ampliar sobre el caso jujeño, ver Fleitas (2009).
22
En 1916, Mariano Valle lanzó su candidatura a la gobernación desde las las del Partido Provincial,
de tendencia conservadora, que alcanzó la victoria y gobernó acompañado por los ministros Daniel
Ovejero y Benjamín Zalazar Altamira (Fleitas, 2014).
Antonela Centanni
(Bidondo, 2005). También Rudecindo Campos, abogado, que después de su paso por
el CGE fue dos veces senador nacional por Jujuy por el Partido Popular de Jujuy —an-
tes Partido Provincial— (1926-1927; 1932-1937), formación política aliada a la facción
antipersonalista de la UCR local que en coalición llegaron a gobernar la provincia en la
decada de 1920. Por último, Héctor Quintana, jujeño de nacimiento y médico de profe-
sión, egresado de la Universidad de Buenos Aires, fue profesor del Colegio Nacional
de la ciudad, diputado durante un breve período (1909-1910) y luego vicegobernador
de la provincia en el gobierno de Sergio Alvarado (1910 -1913), justo antes de entrar
al CGE (Bidondo, 2005).
De los cuatro presidentes que tuvo el CGE en esta etapa, dos eran miembros fun-
dadores de la UCR, además de Linares que estaba ligado al partido a través de su
hermano. Respecto de los vocales en general estuvieron vinculados a los partidos
políticos más importantes de la época a nivel local, el Partido Popular/Partido Provin-
cial, además de la UCR. La base común que tenían estos funcionarios políticos era
iniciar su carrera como representantes de la Legislatura provincial, cargo que muchos
renovaban durante largos períodos, mientras ejercían al mismo tiempo otros cargos
públicos de nivel provincial o nacional, en este caso dentro del CGE (posibilidad que
ya no tuvieron los normalistas hacia comienzos del siglo XX), respaldados por la mi-
litancia partidaria combinado con el carácter político que tenían los cargos del CGE.
Tabla 3. Presidentes y vocales del CGE de Jujuy. Tercera etapa (1912-1920)
Fuente: CGE (1914-1921).
Conclusiones
En este artículo analizamos las trayectorias de los presidentes y vocales de la CCE
y del CGE entre los años 1883-1920, desarrollando como hipótesis general que las
trayectorias presentan variaciones en el origen y la titulación de los funcionarios a lo
largo de tres etapas.
En atención al lugar de nacimiento, los funcionarios en su mayoría eran oriundos
de la provincia de Jujuy (15), y en menor medida de provincias como Salta, Tucumán,
Catamarca, así como también extranjeros. Respecto a la relación con la élite urbana
local, se ha mostrado en la primera etapa una fuerte presencia de estos vínculos no
solo cuando los funcionarios eran descendientes directos de las familias que inte-
Revista IRICE Nº 43 - 2022 pp. 93 - 111 107
Gobernador de Jujuy
Presidente
Vocales
Período
Sergio Alvarado (1910-
1913)
Pedro J. Pérez (1913-
1916)
Francisco Linares
Damián Puch,
Rudecindo Campos.
1912: Olimpo
Undiano y Daniel
González Pérez.
1911-1913
Pedro J. Pérez (1913-
1916)
Benjamín Zalazar
Altamira
Sergio Alvarado y
Héctor Quintana.
1913-1916
Mariano Valle (1916-
1918)
Pablo Arroyo
Filiberto Carrizo y
Domingo Baca.
1916
-
1918
Horacio Carrillo (1918-
1921)
Benjamín Villafañe
Chaves
M. L. Romano, Juan
A. Padilla, y Julio C.
Arraya
1918
-
1920
Presidentes y vocales del Consejo General de Educación de Jujuy (1883-1920)
graban el clan Sánchez de Bustamante, en estrecha relación con el Ejecutivo que
nombraba a quienes ocupaban los cargos, sino también con aquellos migrantes que,
a través de alianzas matrimoniales con esas familias, accedieron a cargos de presi-
dentes o vocales en el CGE (Emilio Silvetti o Agustín Borús, por ejemplo), además de
otros cargos en el Colegio Nacional y la burocracia educativa. En la segunda y tercera
etapa se advierte un debilitamiento del poder de esas relaciones, como resultado del
proceso histórico de cambio de la política local ante el avance de los partidos políticos
modernos, de la profesionalización de la carrera docente y la incorporación de los
normalistas como funcionarios del CGE.
En relación a la institución donde estudiaron y la titulación adquirida, hemos visto
que cursaron en el Colegio Nacional (3), en la UBA (2) y en Escuelas Normales (8).
Los normalistas fueron mayoría (8) entre profesores (5) y maestros (3), le siguieron
los abogados (7),
23
luego los funcionarios sin ninguna titulación pero con vínculos muy
estrechos con la élite urbana local (6), médicos (2), ingeniero (1), y un comerciante. En
el caso de esta dimensión se ha mostrado que en la primera etapa había paridad entre
los funcionarios del CGE: 4 egresados de profesiones liberales (3 abogados y 1 médi-
co), 3 normalistas (2 profesores y 1 maestro), 2 personas sin titulación, 1 ingeniero y
1 comerciante. En la segunda etapa se advierte una notable mayoría de normalistas,
entre presidentes y vocales sumaban 8, frente a 3 egresados del Colegio Nacional
de Jujuy, 2 abogados, 1 comerciante y 1 no titulado. Y nalmente, en la tercera etapa
se ha mostrado el predominio de titulados en profesiones liberales 3 (2 abogados y 1
médico), 1 egresado del Colegio Nacional y 1 profesor normal.
Sobre la experiencia previa de los funcionarios en Jujuy, en las tres etapas hubo
quienes habían gestionado en áreas estatales de educación: 5, 6, y 2, en cada etapa
respectivamente. Entre 1893-1911 (segunda etapa) hubo una marcada mayoría nor-
malista con experiencia en las Escuelas Normales y Colegios Nacionales ejerciendo
como maestros, profesores, directores, rectores, vicerrectores. Es notable como hacia
nal del período prácticamente desaparecen funcionarios con experiencias previas
en la burocracia educativa. En este sentido, hubo dos: Pablo Arroyo que volvió a ser
funcionario del CGE, esta vez como presidente, en el marco de su reincorporación a la
UCR, y Héctor Quintana (médico) que fue profesor del Colegio Nacional. Es importan-
te señalar que esa caída en el número de normalistas, de 6 a 1, debe entenderse en
el marco del decreto del ministro de Instrucción Pública que prohibió a los normalistas
y a los otros profesores de escuelas nacionales, ejercer funciones remuneradas o no
en otros cargos públicos.
En relación a la estabilidad promedio de las gestiones, hemos mostrado que Mariano
Valle fue el presidente que más tiempo duró, 7 años entre 1904-1911, seguido por
Pedro Bertrés, que estuvo 5 entre 1895-1900, y Mariano Tezanos Pinto, que estuvo 4
años entre 1883-1887. De las tres etapas, la más estable fue la segunda: 4 presiden-
tes en 20 años. Como señalan Rodríguez y Petitti (2017), para el caso de la provincia
de Buenos Aires respecto al cargo de director General de Escuelas, no siempre los
cambios del titular de la gobernación implicaron un reemplazo de la autoridad de esa
dependencia educativa. En el CGE de Jujuy tampoco: 4 de 10 presidentes permane-
cieron en su cargo más allá del cambio de gobernador.
108 Revista IRICE Nº 43 - 2022 pp. 93 - 111
23
De cinco abogados solo se sabe que dos eran egresados de la Universidad de Buenos Aires. Era
muy común en la época que en ocasiones también estudiaran en Sucre (Bolivia) y en la Universidad
de Córdoba.
Antonela Centanni
En resumen, durante el período de estudio la burocracia estatal educativa de la
provincia tuvo entre sus funcionarios 8 normalistas cumpliendo tareas en el gobierno
de la educación local, todos varones, y le siguieron en número los abogados (7). Por
último, es importante destacar dos cuestiones: por un lado, que las gestiones de los
vocales, a diferencia de los presidentes, en general fueron muy inestables, y por otro
lado, que en Jujuy, tempranamente, hubo una notable incorporación de funcionarios
normalistas en el principal órgano de gobierno educativo, dato que señala la necesi-
dad de estudios que muestren, sistemáticamente, cómo fue este proceso en el resto
de las provincias.
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