Prensa y política en la Argentina peronista. Un análisis de las prácticas periodísticas en un espacio provincial marginal (Corrientes, 1945- 1955)

María del Mar Solís Carnicer y Andrea de los Reyes

Estudios del ISHiR, 23, 2019.  ISSN 2250-4397

Investigaciones Socio Históricas Regionales, Unidad Ejecutora en Red – CONICET

http://revista.ishir-conicet.gov.ar/ojs/index.php/revistaISHIR

Dossier

 

Prensa y política en la Argentina peronista. Un análisis de las prácticas periodísticas en un espacio provincial marginal (Corrientes, 1945- 1955)*

 

María del Mar Solís Carnicer[1]

Andrea de los Reyes[2]

 

 

Resumen

Entre 1946 y 1955, el peronismo se instauró en todo el país, atravesando y modificando las prácticas políticas y sociales en los más diversos ámbitos, incluidos los de la prensa. En este trabajo se indagan esas transformaciones a partir del análisis comparado de dos periódicos referentes del peronismo correntino: El Diario del Foro y El Liberal. Con el objetivo de conocer las huellas del proceso de “peronización” de ambos medios de comunicación durante esta etapa, se busca identificar a los actores involucrados, describir y caracterizar a nivel morfológico ambos diarios y analizar sus líneas editoriales.

Por otra parte, el estudio tiene en cuenta el contexto histórico particular de la provincia de Corrientes, la única en la que el peronismo no consiguió llegar al gobierno en las elecciones de febrero de 1946 y en la que los partidos conservadores provinciales habían sido los que dominaron sus asuntos públicos desde fines del siglo XIX.

 

Palabras clave: Prensa; peronismo; política; Corrientes; Historia regional.

 

 

Press and politics during the peronist Argentina. An analysis of journalistic practices in the political peripheral (Corrientes, 1945-1955)

Abstract

During 1946 and 1955 the peronist political party was established throughout the country, changing the political and social practices in different areas, including those of the press. This paper will explain the transformations focusing in two newspapers that were a landmark in Corrientes during the Peronist years: El Diario del Foro and El Liberal. In order to know the sources, the process of "peronization", of both newspapers during this period, it is sought to identify the actors involved, describe and characterize at a morphological level both in the newspapers and in the editorial lines.

On the other hand, the study takes into account the particular historical context of Corrientes, as it is the only one in which the peronism must didn´t reach the power in February 1946's elections, it is also a province where conservative parties dominated the public affairs since the end of the 19th century.

 

Keywords: Press; peronism; politics; Corrientes; Regional history.


 

Introducción

A mediados del siglo XX el peronismo irrumpió en la escena argentina provocando fuertes transformaciones en sus prácticas políticas, sociales y culturales. Uno de los ámbitos que reflejó esto cambios con nitidez fue el de la prensa, un espacio mediático que fue ocupado con estrategias novedosas y al mismo tiempo uniformadoras y hegemónicas.

En los últimos años la producción académica sobre el peronismo aumentó de manera considerable, así como las perspectivas y los enfoques de su estudio. En ese complejo y diverso campo, las líneas más fructíferas que interesan para este artículo se ocuparon por indagar los rasgos y particularidades que adquirió el peronismo en las provincias y territorios nacionales. Trabajos que dieron cuenta de la complejidad del fenómeno y de la diversidad de los rasgos y singularidades que adquirió ese proceso en cada lugar.[3] Por otro lado, los estudios que analizaron las relaciones entre prensa y peronismo también se fueron multiplicando, al tiempo que modificaron sus perspectivas de indagación. La literatura académica sobre la diada prensa-peronismo pasó desde los primeros trabajos en los que se analizaba a los medios de comunicación del período como un ejemplo de censura y autoritarismo por parte del gobierno[4], a otras líneas de investigación más sofisticadas que analizaron la prensa como una práctica productora de sentido, como una industria cultural relevante o como un actor social y político más allá de los vínculos, las limitaciones o injerencias que sobre ella pudo ejercer el gobierno peronista. [5]Precisamente, en este trabajo, se retoman esas discusiones analizando las prácticas periodísticas y sus transformaciones durante el peronismo, a partir del examen editorial y morfológico de dos periódicos publicados en la provincia de Corrientes en esos años.

Se seleccionó para el estudio dos unidades de análisis representativas de la prensa peronista provincial El Diario del Foro (en adelante DF) y El Liberal (en adelante EL), ambas con una trayectoria periodística previa al surgimiento del peronismo que en esos años convirtieron sus páginas en escenario de militancia partidaria y de difusión del modelo social que el peronismo buscó instaurar.

Por otra parte, el estudio toma en cuenta el contexto histórico particular de la provincia de Corrientes, que presentaba rasgos tradicionales muy marcados en su economía y sociedad y que desde fines del siglo XIX había sido gobernada en forma ininterrumpida por partidos conservadores. Además, fue la única en la que el peronismo no consiguió llegar al gobierno en las elecciones de febrero de 1946 –lo haría recién luego de una intervención federal sancionada en 1947-. La opción por un enfoque de análisis en escala provincial busca alejarse de aquellas miradas que reducen los procesos regionales o locales a meros “reflejos” de lo ocurrido en las áreas centrales, pero también se ubica en una posición diferenciada de aquella “mirada de parroquia” que se asocia a un discurso reivindicatorio por parte de las historiografías provinciales (Tcach, 2014).

Para el análisis, se utilizaron las colecciones de ambos diarios existentes en el Archivo General de la Provincia de Corrientes (AGPC). A dicho corpus se aplicaron diferentes técnicas de investigación. Para realizar el análisis morfológico, se trabajó con una muestra de distintos ejemplares de ambos medios, identificando la estructura del soporte y sus temarios, además de los cambios que se evidenciaron a través del tiempo. Para el análisis de la línea editorial, se empleó la técnica historiográfica del tratamiento temático de la documentación escrita.[6]

 

El peronismo en la provincia de Corrientes

El peronismo se constituyó como movimiento político a partir de la figura de Juan Domingo Perón, un militar que participó del golpe de estado del 4 de junio de 1943 y que posteriormente -desde el poder- fue construyendo un espacio político nuevo y un fuerte liderazgo. El 24 de febrero de 1946 se presentó a las elecciones presidenciales acompañado fundamentalmente por dos partidos políticos que se organizaron para secundarlo, la Unión Cívica Radical (Junta Renovadora) –un desprendimiento del tradicional partido radical- y el Laborista, un nuevo partido que se constituyó a partir del importante predicamento que Perón alcanzó entre los trabajadores desde la Secretaría de Trabajo y Previsión.

En las elecciones de 1946, el peronismo no sólo triunfó a nivel nacional sino que también lo hizo en todas las provincias, con la única excepción de Corrientes, en la que la victoria correspondió –por primera vez en su historia política- al partido radical. Sin embargo, esta situación pudo sostenerse por poco tiempo, apenas un año y tres meses más tarde, en septiembre de 1947, una intervención federal llegó a la provincia de la mano del general Juan Filomeno Velazco, un militar correntino muy amigo de Perón, que se había desempeñado previamente como jefe de la Policía Federal. Dos años después Velazco se convirtió en el primer gobernador peronista de Corrientes. En 1952, lo sucedió Raúl Benito Castillo, un médico de la localidad de Esquina que había sido Ministro de Salud Pública durante el gobierno de su antecesor. Castillo ocupó el cargo hasta el golpe de estado que derrocó a Perón en septiembre de 1955 (Solís Carnicer, 2010).

Frente a esta situación particular, debe señalarse que el peronismo correntino pasó por diferentes etapas en su configuración que difieren con el proceso de conformación partidaria que se dio a nivel nacional así como también del que se produjo en otras provincias. La primera es la que se inicia a fines de 1945 con la conformación de los dos partidos que apoyaron la fórmula Perón- Hortensio Quijano que fueron, la Unión Cívica Radical (Junta Renovadora) y el partido Laborista. Si bien esto se dio de manera similar en todo el país, en la provincia de Corrientes se plantearon algunos rasgos particulares, una fuerte injerencia del nacionalismo integrista en ambas agrupaciones, el apoyo mayoritario del radicalismo antipersonalista y de algunos dirigentes conservadores, especialmente del partido Liberal. En una segunda etapa el peronismo se constituyó en el principal sector opositor en la provincia, apelando a formas tradicionales de oposición política: la abstención electoral y la solicitud de la intervención federal. Por otro lado en este período se produjo la disolución de los dos partidos originales y la creación del Partido Único de la Revolución primero y Partido Peronista, después. Una tercera etapa se inició con la llegada de la intervención federal que afirmó el liderazgo provincial de Juan Filomeno Velazco, que logró organizar el partido a nivel local y construyó estrechos vínculos con algunos sectores de la política tradicional de Corrientes. Y finalmente, una última etapa en la que el peronismo provincial se afianzó en el gobierno y en la que se produjo una mayor concentración y centralización del poder en Perón, una creciente imbricación entre partido y Estado e importantes avances de éste a diferentes sectores de la sociedad civil. Por otra parte, en esta etapa recrudecieron las diferencias y los conflictos internos dentro del peronismo provincial en los que podían identificarse dos sectores, uno vinculado con el ex gobernador Velazco (luego senador nacional) y otro cercano al gobernador Castillo.[7] Esta disputa derivó incluso en denuncias judiciales por corrupción contra el ex–gobernador y sus funcionarios, algunos de los cuáles llegaron a ser detenidos. La muerte de Velazco en 1954 calmó un tanto el enfrentamiento explícito pero las diferencias entre los sectores eran imposibles de disimular.

Estas disputas al interior del peronismo fueron una constante desde el mismo momento de su constitución como partido político, al nutrirse de vertientes y tradiciones ideológicas y políticas diversas, esas diferencias y los enfrentamientos por alcanzar los espacios de poder más relevantes pronto empezaron a manifestarse. La descripción que hicieron Darío Macor y César Tcach del partido como un oxímoron refleja con claridad esa característica: “Se sueña como un partido de acero y vive alterado por rencillas internas; se imagina provisto de una disciplina inflexible y no pocos de sus documentos y discursos amenazaban marcar con el hierro candente de la traición a los desobedientes” (Macor, Darío y Tcach, 2013: 16-17). Esta concepción comunitaria-organicista de la política que busca la unanimidad, condujo a rechazar las instancias de control, pues le cuesta aceptar la legitimidad de lo diverso y tiende a reprimir los trabajos de oposición (Pucciarelli, 1999:53). En el ámbito de las provincias estos rasgos se repitieron y entonces, sólo serían admitidas como legítimas aquellas facciones a las cuales el mismo Perón reconoció como tales.

 

El peronismo y la prensa

En ese escenario político, la prensa cumplía un rol central. Era el espacio de canalización del debate hacia el interior del partido, presentando las posturas en pugna. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, la prensa general y la peronista en particular se irían uniformando y adoptado un discurso hegemónico dejando atrás los matices.

Durante ese proceso se destacaría el protagonismo del área de Informaciones y Prensa, cuya Subsecretaría a nivel nacional cumplió un importante rol en el creciente control sobre los medios de comunicación. El interés de Perón por esta cuestión se había iniciado antes de su llegada a la Presidencia, desde su cargo de secretario de Trabajo y Previsión (1944-1946). En ese período se aprobó el Estatuto Profesional del Periodista, se creó la agencia Telenoticiosa Americana (TELAM) para contrarrestar las agencias estadounidenses AssociatedPress (AP) y UnitedPress (UPI) y se estableció el Manual de Instrucciones para las Estaciones de Radiodifusión (Varela, 2012).

Durante la campaña de 1945-1946 se fue organizando un bloque de medios de comunicación afines al peronismo, como un mecanismo para equilibrar el apoyo casi total de la prensa metropolitana a la Unión Democrática. La Nación, La Prensa, El Mundo, y, en menor medida, Crítica habían levantado la bandera a favor de la fórmula de José P. Tamborini y Enrique Mosca.

Del otro lado del mostrador, el primer diario abiertamente peronista fue La Época, dirigido por el radical yrigoyenista Eduardo Colom quien, luego de la revolución de 1943, ofreció a Perón apoyo mediático. Desde entonces, e incluso durante la breve caída en desgracia del coronel, en octubre de 1945, La Época – que había sido una insignia del radicalismo por dos décadas – brindaría su respaldo a Perón (Plotkin, 2013:313-316).

Se sumarían a La Época, los diarios Democracia y El Laborista, que se convirtieron en un punto de partida para la conformación del conglomerado mediático que el peronismo iría formando durante sus dos gobiernos. En los años siguientes, dirigido por la sociedad anónima ALEA y gracias a la compra de editoriales como Hynes y La Razón, se iría unificando un oligopolio de propaganda oficial que editaba los diarios Democracia, El Líder, El Mundo, Noticias Gráficas, La Razón, así como un importante conjunto de revistas. Hacia 1950, las acciones del peronismo avanzaron fuertemente sobre los diarios independientes que fueron clausurados o disciplinados. Uno de los casos más conocidos y profusamente estudiados es el de La Prensa,[8] que mantuvo una postura fuertemente opositora y fue clausurado, confiscado y transferido a la CGT en 1951. Sin embargo las acciones del gobierno también apuntaron a cercenar la prensa política tradicional de menor escala como La Vanguardia, El Patriota y La Hora, periódicos de los partidos socialista y comunista, respectivamente. Estas publicaciones se vieron interrumpidas en varias oportunidades, hasta que desaparecieron o continuaron editando desde la clandestinidad. 

Poco antes del ocaso del peronismo, el conglomerado de medios dirigido por Carlos Vicente Aloé[9] estaba conformado por 16 casas editoras y agencias noticiosas, las que publicaban 29 periódicos y revistas en todo el país. A la prensa gráfica se sumaban las 39 estaciones de radio controladas por el gobierno.

El papel prensa también ocupó un rol fundamental en el control del periodismo. Durante el gobierno de Farrell (1944-1946) ya se había incluido al papel prensa dentro de la ley de represión del agio. Las empresas con excedente de papel debían entregarlo al gobierno y éste distribuía los remanentes en un prorrateo entre las firmas periodísticas. Si bien la crisis del papel prensa fue real, también es cierto que mediante esta medida se presionó a los periódicos opositores.

La prensa correntina frente a la llegada del peronismo

En septiembre de 1947, cuando el peronismo finalmente accedió al poder en Corrientes a través de una intervención federal, se publicaban en la Capital un nutrido número de periódicos y revistas. Tanto el número como su diversidad ideológica irían disminuyendo a lo largo de la década, dando lugar a la “peronización”[10]mayoritaria de la prensa correntina dejando sólo al diario La Mañana como una voz de la oposición.

Durante el período analizado, uno de los medios de comunicación representativos de la mencionada transformación fue El Diario del Foro, un pasquín que comenzó a editarse en 1941 como hoja judicial, pero que a partir de 1947 –bajo la propiedad de Enrique Jasidy la dirección de Horacio Traynor[11]– fue virando su concepción y contenido hasta convertirse en órgano difusor del gobierno peronista provincial. Paradójicamente, dejó de editarse en 1951 cuando el gobierno gozaba de gran vitalidad. En ese momento, el mismo Jasid retomó la actividad periodística con el diario El Guaraní, también alineado con el gobierno hasta mediados de 1952.[12]

Otro eslabón que formaría parte de la cadena de medios provinciales era el diario El Liberal. Un periódico que se venía publicando desde 1909, inspirado en la tradición liberal, pero que desde 1916 estaba en manos de la familia del líder autonomista Juan Ramón Vidal, y se había identificado con este último partido, aunque con algunos rasgos característicos de la prensa moderna.[13] Luego de la muerte de Vidal en 1940, continuó en manos de su familia hasta que, en 1952, el empresario Enrique Jasid alquiló sus instalaciones y se convirtió en el director del diario. Desde entonces, El Liberal fue uno más de los voceros del peronismo.[14]

El escenario mediático se completaba de la siguiente manera. El Noticioso, que representaba al partido Liberal, dejó de salir en 1948. Posteriormente, se sumaron nuevos medios oficialistas como Sapukay, un periódico que representaba a la línea interna del peronismo provincial liderada por el diputado nacional Manuel Mendiondo, que se publicó entre 1948 y 1950. En 1953 empezó a salir La Calle que se convirtió en la voz oficial del gobernador Castillo.

Finalmente, La Mañana propiedad de Elías Abad –presidente del Partido Demócrata (ex autonomista)– y codirigido junto a Gabriel Feris, era el órgano difusor del partido Autonomista. Empezó a publicarse en 1930 y a pesar de las enormes dificultades por las que tuvo que atravesar siguió editándose durante todo el peronismo (Feris,1992: 27-30).  Como se verá más adelante, los procesos de “peronización” de los medios correntinos fueron paulatinos. Pero hacia 1955 el conjunto de periódicos eran en su mayoría una voz uniforme en favor del modelo social y político propuesto por el peronismo. En una década se había canjeado esa diversidad de voces por un temario hegemónico y uniforme, pero también novedoso. 

 

El Diario del Foro y El Liberal antes del peronismo

En este apartado se realiza una breve descripción de los dos periódicos que son objeto de análisis en este artículo: El Diario del Foro y El Liberal. El primero empezó a publicarse el 5 de agosto de 1941, como un órgano eminentemente judicial que tenía por objeto dar a conocer los fallos de los jueces, discutir sobre teorías jurídicas y otras cuestiones vinculadas con la justicia. En ese momento, solo en la ciudad de La Plata existía un diario de esas características, el cual fue tomado como modelo. Sus redactores y primeros directores fueron todos abogados.[15] Se accedía al diario por medio de suscripción aunque también se vendía de manera individual.

Durante los dos primeros años de publicación, 1941 y 1942, una de las principales fuentes de ingresos eran los edictos judiciales anunciando remates, disposiciones, herencias, etc. Además, contaba con unas pocas publicidades también relacionadas con el ámbito jurídico, como estudios de abogados, martilleros, escribanos y contadores. Año a año, el tipo de publicidad fue modificándose. Primero se incorporaron productos de consumo masivo y con el tiempo se sumaron auspiciantes privados como representantes de arroceras o artículos de ramos generales, papelería y librería, tiendas populares, joyerías, ópticas y otros pequeños comercios del interior de Chaco y Corrientes. Este esquema publicitario duraría hasta 1945, cuando la contratapa era ocupada por avisos clasificados reducidos. Entre 1946 y 1947 durante el período de gobierno del radical Blas Benjamín de la Vega, el Poder Judicial de la provincia decidió no seguir publicando edictos en este diario. Esta situación afectó fuertemente sus finanzas haciendo crítica su edición. Posteriormente, y en forma paulatina, se comenzó a observar un viraje en la línea editorial del diario que empezaría a mostrar una simpatía por el nuevo gobierno peronista, situación que se tornaría explícita en septiembre de 1947, coincidiendo con la intervención a la provincia.

El segundo medio que se analiza para este artículo es EL, periódico que empezó a publicarse en la ciudad de Corrientes el 19 de marzo de 1909, como representante del partido del mismo nombre. Pasó luego por un período independiente entre 1916 y 1918, para después transformarse, aunque sin reconocerlo abiertamente, en representante del partido Autonomista. Su primer director fue Juan B. del Giorgio, que al mismo tiempo ocupaba los cargos de subsecretario de Gobierno y diputado provincial. Bajo el nombre del diario se podía leer “Órgano del pueblo” pero, en realidad, reflejaba el pensamiento del partido Liberal.

En 1916, el periódico fue vendido y asumió como nuevo director Servando Lubary Medina, quien estuvo al frente del medio hasta enero de 1918. En este período, adquirió un carácter de “diario independiente” incorporando como redactores a Alcibíades Z. Rojas, Luis Golpe y Cora, Roberto Martí, Ernesto Cordini, Federico Esquivel, Santiago Armella y Leopoldo Blugerman. Bajo esa dirección se ampliaron los alcances del diario que aumentó el número de suscriptores y de avisos publicitarios, lo que derivó en un incremento de sus páginas que pasaron de cuatro a seis. Esto, a su vez, obligó la incorporación de nuevos redactores, Pedro Blugerman como cronista informativo, Noemí Virasoro como redactora de la parte correspondiente a “Sociales”, y Juan Gay como crítico de arte. Además empezó a recibir colaboraciones permanentes de Horacio Perfumo, Justo Álvarez Hayes, Hernán Gómez, J. Bernardino Acosta, Hugo Alsina, Manuel Vicente Figuerero, Valentín Aguilar y Ottomar Smiedler.

Entre 1918 y 1921, asumió la dirección del diario Hernán Gómez, sumando varios colaboradores que dieron impulso al diario desde el punto de vista periodístico y técnico. En este período el diario abandonó un tanto el tono “independiente” que había conseguido en la etapa anterior, demostrándose con mayor claridad su vínculo con el partido Autonomista. Lo sucedieron en la dirección, Rafael Lubary y José María Garrido, éste último la abandonó en 1922, mientras que Lubary permaneció hasta fines de enero de 1924, momento en que se decidió que el periódico tuviera un Consejo Directivo formado por Félix María Gómez y Ramón Gómez, asesorados por un representante directo de Juan Ramón Vidal, su propietario, un antecedente singular para un medio de prensa de tirada provincial. A partir de allí, se volvió a aumentar la cantidad de páginas, llegando a tener en ediciones especiales, un número de 34. Se modernizó su publicación incorporándose maquinarias, tales como un taller de fotograbados y una sección de linotipos.[16]

Luego de la muerte de Vidal, el 4 de septiembre de 1940, su viuda, Eloísa Torrent continuó a cargo del diario por un tiempo, pero las dificultades empezaron a manifestarse tras el golpe de 1943 cuando el periódico fue víctima de persecuciones y censura. Posteriormente, el comercio le fue retaceando los avisos publicitarios y al no poder sostenerlo pasó por varias manos hasta que en 1952 fue alquilado por el empresario de medios, Enrique Jasid, muy vinculado al gobierno peronista, que también había sido propietario del DF.

Desde mayo de 1952 EL empezó paulatinamente a mostrarse como un diario oficialista, dedicando cada vez mayor espacio a noticias del gobierno nacional y provincial y del partido peronista pero aún sus editoriales seguían ocupándose de cuestiones generales y sin adentrarse en las temáticas tradicionalmente asociadas a la prensa peronista.

 

La “peronización” de El Diario del Foro y El Liberal

Con el objetivo de realizar una radiografía histórica del DF y EL para comprender las prácticas periodísticas que decantaron en su “peronización”, se analizan ambos medios a partir de su personalidad y morfología según la propuesta de Jacques Keyser.[17]

Los dos periódicos estudiados se corresponden con la definición de Unesco que señala que un medio de prensa es “una hoja o más, que se ofrece al público de manera gratuita u onerosa, y se distribuye de diversas maneras”. A la vez, tomamos cuatro lineamientos para analizar un medio de prensa: periodicidad, contenido, horario de aparición y ámbito de circulación.[18]

Según el criterio de periodicidad, la prensa gráfica se clasifica en cotidiana y no cotidiana. En el caso deDF, se trataba de un medio cotidiano, publicado más de tres veces por semana, aunque no se haya podido establecer con certeza los días que se imprimía y salía a la calle; debido a que en el AGPC no se encuentran todos los números y la correlatividad de los mismos varía de año a año y de mes a mes. Lo que sí se pudo determinar es que no salía los domingos y que en su primera etapa no se publicaba durante la feria judicial de enero. Mientras que el diario EL mantuvo una regularidad periódica desde su fundación en 1909. Si bien los días de publicación variaron, en el periodo analizado se editaba de lunes a sábado.

Respecto al criterio de contenido, podemos indicar que DF nació como un medio de prensa especializado en una temática judicial. En ese momento solo en la ciudad de La Plata existía un diario de esas características, el cual fue tomado como modelo. Como se señaló anteriormente, empezó a publicarse el 5 de agosto de 1941, como un órgano judicial que tenía por objeto dar a conocer fallos de los jueces, discutir teorías jurídicas y temas de esa índole.

 

Diario del Foro es un órgano de publicidad, esencialmente jurídico, al margen en absoluto de todo interés político (…) Diario del Foro seguirá siendo un informativo de tribunales y no intervendrá en las lides políticas.[19]

 

Esta línea editorial que moldeaba el contenido del medio se repetiría en varias columnas a lo largo de los primeros cinco años. Sin embargo, con el advenimiento del peronismo nacional primero y luego en una instancia local el diario se “peronizó”. En poco más de un año pasó de tratar exclusivamente una temática judicial a ser un vocero del peronismo provincial, ponderando la figura del interventor y luego gobernador Juan F. Velazco.

Esta transformación de su línea editorial tuvo un correlato en todo el cuerpo del diario. No sólo modificó su tendencia política sino que se trasformó en un diario de información general, incorporando temáticas de actualidad, relacionadas con los asuntos públicos y partidarios, además de secciones que se identifican con la prensa moderna. 

El diario EL en tanto nació siendo un ejemplo de prensa política.[20] Dedicado a difundir las ideas del partido Liberal, se consagraba a combatir a los adversarios y a defender a las figuras liberales correntinas de los ataques de la oposición. Como se indica más arriba a lo largo de las primeras cuatro décadas de existencia, el contenido de este medio y su línea editorial fue mutando de la mano de cambios en la administración. Durante el período analizado, el medio se trasformaría definitivamente en un diario de información general. Con un contenido de noticias internacionales, nacionales y locales, además de entretenimiento y abundante publicidad.

En cuanto al horario de aparición, el diario EL fue durante toda su existencia un diario vespertino, mientras que DF era matutino.

Finalmente, el cuarto criterio es el ámbito de circulación que permite identificar que DF nació como un medio de prensa de doble circulación, tanto en la provincia de Corrientes como en el Territorio Nacional del Chaco. Ese tráfico era apuntalado por publicidad de ambos distritos y agencias de distribución ubicadas en Corrientes, Resistencia, Sáez Peña y Goya. En tanto, el diario EL se concentraba en la ciudad de Corrientes.

 

Morfología

El análisis morfológico permite identificar las decisiones que tomaron oportunamente los editores de los periódicos. Como indica Fonctcuberta “el aspecto formal de una información no se limita a ofrecer un aspecto visual agradable, sino que tiene dos objetivos: facilitar el acceso de esa información al público y valorar la información” (Fontcuberta, 1995).

Los profesionales de los medios no sólo influyen en la selección de los temas a tratar, sino también en su distribución formal. A partir de esas consideraciones, la propuesta es adaptar la metodología de Keyser para explorar los elementos de ambos periódicos, tanto en sus superficies impresas como en las estructuras generales. Para ello, se analizan: el formato, el número de páginas, el diseño de la portada y su encabezado, y finalmente la distribución. Respecto al formato, ambos diarios eran tabloides y si bien mantuvieron su tamaño de 1940 a 1955, su diseño se modificó sustancialmente.

La segunda caracterización se refiere al número de páginas. En DF se pudo establecer que desde 1941 a 1946, el promedio de páginas impresas era de 4 a 6, en algunas excepciones 8 o 12 páginas, y de manera extraordinaria en 1944 editó un número de 64 páginas[21] que tenía como fin publicitar un importante volumen de jurisprudencia regional. En tanto, desde 1947 a 1951 – cuando se deja de tener registro del medio – el promedio de páginas impreso era de 8. La suerte que corrió DF no fue la misma que la mayoría de los medios nacionales, ya que debido a la crisis que se desencadenó por las restricciones a la importación del papel prensa, buena parte de los medios debió reducir su número de páginas, a la inversa de lo que ocurrió con este periódico durante su transición hacia una peronización.  

Con respecto a la cantidad de páginas en EL también se evidencia un incremento en los pliegos de sus impresiones. Entre 1945 y 1951, este periódico publicaba una edición fija de 6 páginas. Esto se fue transformando a la par de su peronización, que comenzó a advertirse en 1952, cuando el diario presentaba una edición estable de 8 páginas.


Imagen 2 El Diario del Foro, 1941

Imagen 1 El Diario del Foro, 1950

 

 

Imagen 3 Diario Del Foro, 1/12/1941


La tercera característica para analizar se refiere al diseño de la portada y sus elementos. DF al mismo tiempo que modificaba su línea editorial, reconvertía notoriamente su primera página. Para observar el cambio, podemos identificar que en 1941, el encabezado de la portada disponía a lo largo de cuatro columnas el emblema “Diario del Foro – Informativo de los Tribunales”. Al año siguiente, se agregó la ubicación y la cobertura geográfica de la publicación. Desde entonces, Diario del Foro estaba acompañado por el slogan: “Informativo de los Tribunales de la Provincia de Corrientes y el Territorio Nacional de Chaco”.

La primera variación importante en el formato del diario que revela su nueva identidad se observa en marzo de 1947, cuando cambia la tipografía de su logo, se incorpora la palabra “El” al nombre y se quita la leyenda “Informativo de los Tribunales de la provincia de Corrientes y el Territorio Nacional del Chaco”. Se destacan con un mayor tamaño las palabras “El Diario” y se despliega a un segundo plano en un cuerpo más pequeño, las palabras “Del Foro”. En ese primer número, de lo que se podría llamar la segunda etapa del diario, el contenido también inició una transición.

 

Imagen 4 -El Diario Del Foro, 1/8/1947

En los próximos cuatro años, se modificarían tres veces más el encabezado. Estos cambios no obedecían sólo a una cuestión estética, sino que articulaban trasformaciones hacia el interior del medio, vinculándose cada vez más con la línea interna del partido Peronista que, a nivel local, ponderaba al gobernador Velazco. A la vez, también significaría un cambio de contenido.

Imagen 6 El Diario Del Foro, 8/5/1950

Imagen 5 El Diario del Foro, 8/8/1947

 

 

Imagen 8 El Liberal, 1955

Imagen 7 El Liberal, 1950

Entre 1952 y 1955, cuando EL había cambiado de administración y mostraba una tendencia identificada con el peronismo, la portada fue cambiando de forma notoria.

Las reformas que se evidencian empiezan por el encabezado, que se convirtió a un sistema móvil – similar al que se empleaba en DF – aunque la tipografía que lo identificó se mantuvo. Durante esta etapa, el diario no presentaba publicidades en su portada, lo que sí ocurría durante la década del 40. Los titulares centrales también se modificaron, y si bien seguían obedeciendo a una temática internacional, abundaban las noticias nacionales vinculadas al movimiento peronista. Otro aspecto destacado es que en 1954 se emplea como parte del logo de EL una composición similar a la de DF, y a la de tantos otros medios nacionales, al utilizar una fotografía, en este caso de Perón.

 

Imagen 8 El Liberal, 1954

La disposición de las columnas de la portada también se modificó, ya que pasaron de ocho a seis, en un intento de lograr una presentación más clara. Ese orden además obedecía a la disminución en la cantidad de temas presentados en la primera página, que en el primer caso presenta 20 noticias del orden nacional e internacional en la mitad de la superficie, y el espacio restante se ocupaba con publicidad. En tanto, en 1955, la información de portada era presentada de otra manera. Se proponían menos temas y mayor contextualización de los mismos. Además de organizar la información de manera jerarquizada, a partir del tamaño de la tipografía del título. De esa manera se pueden observar titulares bien definidos, de primero y segundo orden.

Imagen 10 Diario del Foro, 1951

Imagen 9 Diario del Foro, 1944

Respecto al diseño de las páginas internas, al analizar DF, en la primera etapa (entre 1941 y 1947), el material era distribuido de manera uniforme en cuatro columnas, con algunos recuadros resaltados ya sea utilizando líneas de separación o una tipografía distinta. Sólo en unas pocas ocasiones se empleaban cinco columnas en páginas repletas de edictos. Los titulares apenas resaltaban por emplear una tipografía un poco más grande que la del cuerpo del texto, pero no estaban redactados con más intención que nombrar el caso, es decir no había una búsqueda por atraer al lector.

Entre 1949 y 1950, el periódico empezó a incorporar determinados cambios editoriales y estéticos. Se sumaron las secciones Panorama Nacional y Mirador Mundial, que ocupaban buena parte de la portada y el interior. El editorial se presentaba en la página tres de manera fija, aunque la portada continuaba siendo utilizada para dar a conocer determinados puntos de vista del medio. Luego se sumó en la portada un recuadro denominado Taihüí Rembiapó (Trabajo de Hormiga), destinado a destacar las figuras de Velazco y Perón o sus obras públicas para Corrientes.

En esos dos años, se agregaron la cartelera de cine y la lista de las farmacias de turno, entendiendo ya al periódico como un prestador de servicios para el público. Asimismo sumaron secciones que aparecían con intermitencia denominadas Policía o Noticias de Policía, que recogían brevemente información de las fuerzas de seguridad. Una sección fija era también Tribuna Popular, en la que se reseñaban breves noticias de la ciudad.

Para entonces, el diario ya no se promocionaba como un órgano jurídico sino que en las publicidades internas se concebía a sí mismo como “Órgano de publicidad eminentemente peronista, defiende los intereses de la argentinidad, orienta a la opinión pública con la verdad y respeta las opiniones pero repudia la intriga y la calumnia”.[22]

En cuanto a su formato, durante esos años se dieron muchos cambios. Con el trascurrir del tiempo la información se iría segmentando en recuadros, dejando atrás el esquema clásico de las cinco columnas. También las tipografías evolucionaron a otras más modernas, usando distintos moldes para los titulares principales, los secundarios y las denominaciones de las secciones. Un dato interesante es que en 1950, el periódico incorporó la fotografía periodística. Ya no se limitaba sólo a ilustrar noticias con retratos sino que sumaba información a través de imágenes, por ejemplo de operativos municipales, actos oficiales y partidarios o peregrinaciones religiosas: “En nuestro afán constante por superarnos DF ha mejorado su impresión y diagramación, entendiendo con ello satisfacer un anhelo de los lectores, que nos favorecen con su generoso apoyo”.[23]

Para 1951, a lo largo y a lo ancho de todas sus páginas el periódico demostraba una total identificación con Perón y Velazco. Las mismas se dedicaban casi exclusivamente a publicar los conceptos de Velazco y de Perón, incluso en espacios relativamente fijos. No obstante, al finalizar su labor – y más a allá de su partidismo absoluto – el diario mostró un diseño moderno y la inclusión de secciones que permiten pensar en un interés por atraer un público general, además de adoctrinar a los partidarios peronistas.

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen 12 El Liberal, 1955

Imagen 11 El Liberal, 1951

De igual manera el diario EL presentó notables transformaciones en el contenido hacia el interior de sus páginas entre 1952 y 1955. Sin embargo ya había pasado por varios procesos de cambios a lo largo de sus cuatro décadas. Por ejemplo, entre 1918 y 1921, bajo la dirección de Hernán Félix Gómez, había una expresa intención de dejar atrás el diario típicamente político y pasar hacia una profesionalización más objetiva e independiente:

 

(…) evolucionó unánimemente hacia la noticia y la información imparcial y esta es la hora y no obstante las dificultades prácticas de estos temas, ningún diario olvida el deber de hablar del suceso bien o mal, porque entiende existe un deber superior informativo e ineludible (Manzino, 2015).

 

Según consigna Noelia Manzino, ya en la década de 1920 EL se ocupaba de definirse como parte de la prensa moderna, del periodismo industrial que pugnaba por aparecer en la ciudad de Corrientes. Ese tipo de prensa se evidenciaba en el interior de las páginas, en su diseño y en su contenido, incorporando nuevas secciones, jerarquizando la información en función de un esquema periodístico más que político y haciendo uso de las fotografías como parte del discurso mediático.

Habiendo alcanzado un momento cumbre durante la década del ‘20, EL de los años ‘50 era muy distinto. Luego de cinco años del peronismo en el poder, este diario presentaba una edición casi de emergencia, lo cual incluso explicita con sutiliza en una editorial publicada en enero de 1950, cuando hace referencia a las políticas del gobierno contra los diarios de todo el país.[24]

 

Tales circunstancias nos inducen a anhelar, en aras de un idealismo íntimamente compenetrado con la realidad de nuestra patria, que se contemplen como invulnerables, los principios a cuyo amparo cumple su misión el cuarto poder y que, sin otras alternativas, que las que son imperiosas y extremas, en las que los responsables sean responsables, se garantice en forma absoluta la publicación de las ideas sin censura previa.[25]

 

De esa edición se puede además observar un diseño simple, distribuido de manera uniforme a lo largo de ocho columnas, sin ninguna intención de jerarquizar la información, distribuyéndola en pequeños recuadros con titulares cortos y con tipografía similar. El contenido de la información hacía referencia a breves noticias sociales, datos sobre servicios como telegramas, farmacias y viajes; además de referencias sobre entidades civiles. Sólo se distinguía en el interior del diario, la columna editorial, que junto con la portada eran los únicos espacios periodísticos.

A lo largo de los números analizados entre los años 1950 y 1951, no se presentaba al interior del periódico información sobre sucesos de carácter relevante, ni reportajes, ni análisis económicos o políticos, como sí ocurría 30 años antes. No había ninguna columna firmada por su autor ni fotografías. El mayor porcentaje espacial de las páginas del diario, que variaba durante la semana, estaba destinado a la publicidad de clasificados de profesionales médicos y de instituciones de la salud.  

Este esquema de emergencia va a estar totalmente modificado cuando se realiza el segundo corte temporal de este artículo. En 1955, EL había cambiado notoriamente. En primer lugar, se había pasado de 4 y 5 páginas a 8 páginas fijas. En el interior, el rediseño fue aún mayor.

En primer lugar se puede observar la modificación en la distribución del contenido, mientras que en 1950 la información se disponía de manera uniforme en 8 columnas estáticas, en 1955 se utilizaba una maqueta de 6 columnas pero se recurría con frecuencia a las falsas columnas para destacar los recuadros. Se titulaba además con distintas tipografías y de tamaños importantes para separar el título del contenido y facilitar la lectura. Además se empleaban líneas para remarcar la separación entre textos distintos. Otro detalle de diseño es la utilización de publicidades específicas para determinas temáticas. Por ejemplo, “El Siglo. La casa del deporte informal” auspiciando la columna sobre fútbol.

El diario EL de 1955, incluso luego de que fuera derrocado Juan Domingo Perón, tenía una intencionalidad diferente a EL de 1950 y al de 1920. Al finalizar el recorte temporal de este artículo el diario presentaba una tendencia hacia el periodismo moderno, manteniendo secciones formales para diversas temáticas, empleando recursos gráficos para atraer la atención del lector y recuperando la fotografía como insumo. Sin embargo, mantenía en común con los períodos anteriores, una extensa cartera de clientes que publicitaban en sus páginas.

 

Análisis editorial

Entre ambos medios existían características morfológicas compartidas, que se fueron explicitando a la par de que se convirtieron en medios afines al peronismo provincial, de igual manera demostraron una transformación en su política editorial. Se pueden identificar fechas aproximadas en las que cada uno de los medios pasó a uniformar su discurso con el de los medios nacionales afines al peronismo, compartiendo además determinados atributos estéticos y mediáticos, como por ejemplo, la utilización de fotografías de sus referentes principales como parte constitutiva de sus marcas. 

En DF se puede determinar que entre 1947 y 1951, existía una afinidad con el partido peronista, dejando atrás su línea editorial de intenciones neutras y objetivas, dedicada exclusivamente a la temática jurídica.

 

Un diario es un organismo vivo. Sirve al pueblo y debe adaptarse a sus nobles necesidades. […] Fue así, como nuestros editoriales y colaboraciones en general, comentaron, analizaron y difundieron los latidos de una revolución en marcha, que busca vivificar a las masas, humanizar el capital, y celosamente custodiar el patrimonio moral de la nación, al par que sus riquezas materiales, propendiendo bajo el signo de un sincero respeto por todas las naciones de la tierra que la Argentina sea grande, integralmente soberana, conviviendo en un clima de trabajo, de paz y de justicia universal.[26]

 

En tanto, en el diario EL, se advierte que su línea editorial viraría hacia el peronismo después de 1952. Hasta ese momento, se manifestaba distante, aunque no crítico del oficialismo nacional. Como se señaló, el contenido del diario se restringía prácticamente a noticias breves y avisos clasificados. Sin embargo, en un artículo publicado en agosto de 1954 se definía abiertamente como un órgano partidario:

 

El Liberal ha tomado decididamente su lugar en las filas del periodismo revolucionario y no claudicará jamás en sus ideales peronistas de mantener una línea de conducta firmemente trazada y que exhorta sus esfuerzos hacia el triunfo absoluto de la causa popular que tiene en Perón su asta y bandera.

Al integrar esa inmensa masa que se nuclea alrededor del líder insigne, asumimos la responsabilidad de nuestra condición de soldados fervorosos cabalmente identificados con sus directivas de estadista genial y nos empeñamos en aportar nuestro bregar en pro de su lucha recuperadora, convencidos de hacerlo, en la medida de nuestras aptitudes, con sinceridad y leal espíritu.[27]

 

En este paralelismo, se analizan las líneas editoriales de ambos medios con el objetivo de identificar una continuidad entre un diario y el otro, dado que ambos fueron administrados por la misma persona, Vicente Enrique Jasid, y contaban entre sus principales directivos periodísticos con el dirigente peronista Horacio Traynor.

Se tomó como muestra un ejemplar de DF del 12 de julio de 1950, cuando este medio era claramente oficialista. Se trata de un número dedicado a destacar los dieciséis meses que llevaba en el gobierno el general Velazco. Los dos títulos excluyentes de la portada son una enfática propaganda de la gestión del gobernador, la fotografía central es un retrato de Velazco y hay otras cinco fotografías, también retratos de funcionarios provinciales. 

De los textos explicitados en la portada, se analizaron algunas características compartidas.

El artículo titulado “Velazco, haciendo realidad la revolución peronista ha logrado la felicidad de su pueblo”, se valida a sí mismo a partir de la “propia palabra”.  “Consideramos la fecha propicia para hacer ciertas reflexiones (…) Creemos interpretar fielmente el pensamiento de la inmensa mayoría popular”, sostiene. El enunciador se presenta en un texto descriptivo en que se arroga la verdad y la autoridad de conocer el pensamiento “del pueblo”, no desde una distancia pretendidamente neutra sino asumiéndose parte del discurso mediático; ésta es una característica presente en la prensa política.

El segundo pasaje que se analizó es el titular de esta portada con su bajada. En este caso se presenta un enunciado argumentativo, que se apoya en las verdades existentes del relato peronista; en el que se pondera como un valor esencial y constitutivo la lealtad y el “ser” peronista “de la primera hora”, un atributo que permanentemente se exaltaba desde la militancia.

En cuanto a EL, se tomó para el análisis un artículo publicado al cumplirse 46 años de vida: el 19 de marzo de 1955. Como se mencionó, durante las décadas pasadas el periódico había sido vocero de diversas identidades políticas e incluso había iniciado el camino hacia un periodismo profesionalizado, en los primeros años de la década del 20. Al momento de consolidarse la peronización del medio, ya con Jasid y Traynor al frente, se celebra el aniversario del diario. Así lo consigna en su portada:

 

Fecha grata para el personal de esta empresa es la de hoy en que cumple 46 años de vida periodística al servicio de la provincia y del pueblo correntino y que lo sorprende en la honrosa misión de difundir las magníficas realizaciones del peronismo y orientar a la opinión pública con una prédica doctrinaria elevada y honesta.

Defendemos los postulados justicialistas y divulgamos la obra titánica del general Perón, paladín de la resurrección nacional y el emergimiento de la masa trabajadora que promueve la grandeza de la república bajo su guía inspirada.

Hacemos propicia la ocasión para saludar con nuestro afecto y admiración de soldados leales a la causa, a las figuras rectoras que luchan cotidianamente por los ideales de la Patria que sustentan como auténticos exponentes de la nacionalidad.[28]

 

Luego de ubicar a EL bajo la doctrina peronista, se enuncia una secuencia con los principales referentes del partido, encabezado por Perón, “genial conductor del pueblo argentino y edificador de la admirada Nueva Gran Argentina”; seguido por el contralmirante Tesaire, presidente del Consejo Superior del Partido Peronista, “que secunda desde cerca la labor ímproba del Líder y es una de las figuras más prominentes de la revolución” y por la señora Parodi, “presidenta del Peronismo Femenino”. Luego saluda “al compañero Vuletich, puntal de la otra fuerza del peronismo, la CGT”, y recién al finalizar el pase de lista menciona al gobernador Castillo, “cuyo accionar dinámico lo muestra plenamente consustanciado con la obra y orientaciones del general Perón”.

La jerarquización en el editorial permite inferir que el medio estaba más consustanciado con el peronismo en general que con la obra del gobernador en particular, quien por su parte tenía como vocero oficial al diario La Calle. Es así que en el diario EL, la identificación con el peronismo está presente en la columna editorial y en la publicación sostenida de las temáticas vinculadas al gobierno nacional y a los diversos sindicatos, identificados con la gestión peronista. EL no fue un órgano de difusión del gobierno de Castillo como sí lo había sido DF durante el gobierno de Velazco.

Finalmente del comentario editorial, publicado en tapa, en ocasión del aniversario del diario destacamos la salutación a “quienes ponen lo mejor de sí para cumplir con la noble misión del periodismo constructivo”, por oposición del lado de enfrente estaban aquellos periodistas “destructivos” que atentaban contra la nación peronista.

La distancia entre uno y otro medio se evidencia en que en EL continuaron abundando las temáticas vinculadas a las noticias internacionales, aunque se incorporaron informaciones del ámbito local, en general hacían referencia a cuestiones deportivas. En cambio en DF, el mayor porcentaje de las páginas se dedicaba casi exclusivamente a la política regional.

 

Conclusiones

A partir del estudio de los dos diarios correntinos que se tomaron como unidades de análisis es posible afirmar – siguiendo a James Cane– que el proceso de peronización de la prensa argentina fue mucho más que un simple ejemplo de autoritarismo político, con el cual se identifican las estrategias políticas de Juan Domingo Perón. Intervinieron en los casos analizados, la filiación política que fueron edificando dos referentes locales con el partido gobernante Horacio Traynor y Vicente Enrique Jasid, lo cual posibilitó el sostenimiento y la edición de ambos diarios.

En primer lugar, la peronización de DF fue consecuencia de un proceso de identificación de sus directores y redactores con el nuevo sector político en formación. Este acercamiento tuvo en un primer momento una causa económica precisa, que como se señaló más arriba, fue la decisión del gobierno provincial de quitarle a ese medio la publicación de los edictos, principal fuente de ingreso y sostenimiento. La crisis financiera que tal situación generó derivó en un malestar de sus directivos con el gobierno provincial que los llevó a contrastar la situación política correntina con las políticas implementadas en el orden nacional e incluso en el Territorio Nacional del Chaco.

Este panorama empujó al diario a apoyar los pedidos de intervención federal a la provincia. Con la llegada de Velazco como interventor federal en 1947, el respaldo al peronismo se tornó abierto y definido. La transformación de la línea editorial del diario se reflejó también en su morfología. Hasta su nombre fue objeto de una modificación particular, sin cambiar de denominación, la tipografía de El Foro se redujo frente a la de El Diario. Al mismo tiempo, el periódico fue adoptando rasgos modernos incorporando secciones y servicios que reflejaban el interés de acercarse a un público masivo y más diverso en relación al que antes estaba destinado.

Paralelamente, como actor político, DF participó activamente del proceso de organización partidaria del peronismo de Corrientes. A través de sus páginas pueden reconstruirse los diferentes acontecimientos, acuerdos y conflictos al interior del partido durante esos años de formación. Fue construyendo su propia identidad como órgano de publicidad peronista al mismo tiempo que el partido se organizaba y definía sus singularidades locales.

Respecto a EL se puede señalar que los cambios fueron también notorios tanto en el tratamiento del temario informativo como en su estética. Hubo, desde 1952, un intento de recuperar la impronta perdida en cuanto a hacer del diario un periódico generalista con características de la prensa moderna. Se infiere además que hubo atenuantes financieros que posibilitaron el resurgimiento de este diario, que ya presentaba una marca propia. Se amplió la cantidad de páginas, la cantidad de días de circulación y la definitiva modificación de su estructura y contenido, con la intencionalidad de dialogar con un público urbano más diverso.

Las conclusiones de este trabajo, sugieren que ambos medios tuvieron en común una identificación con el partido Peronista, a partir de situaciones particulares. Ambos compartieron personal y directores, y si bien se advierten ciertas continuidades en el tratamiento de la información y en la disposición estética de sus contenidos y emblemas, mantuvieron algunas diferencias. DF cambió por completo cuando se sumó a los medios que hacían propaganda del peronismo, pero no ocurrió lo mismo con EL, en primer lugar porque en este caso ya se trataba de un medio de información general y en segunda instancia porque el diario mantuvo un importante porcentaje de su contenido dedicado a las cuestiones internacionales, que en el primer periódico eran prácticamente inexistentes.

En los dos casos estudiados, tanto DF como EL, la identificación del medio con el peronismo no fue producto de una intervención directa por parte del gobierno ni tampoco resultado de una expropiación. Se trató más bien de un proceso complejo y paulatino por el cual ambos, en sus respectivos períodos, pasaron de concebirse como “hoja judicial” y “periodismo objetivo” a definirse como órganos de publicidad peronista. Esa identificación es mucho más notoria y directa con el gobierno de Velazco, que con el gobierno de Castillo, lo que se vincula con la afinidad que los directivos de ambos diarios tuvieron con esa línea interna del peronismo provincial.

Finalmente, esas transformaciones se presentaron tanto en sus líneas editoriales como en la materialidad del diario. Lo cual permite afirmar la importancia del análisis morfológico como una herramienta metodológica adecuada para estudiar los cambios de los medios de prensa a través del tiempo.

En suma, la peronización de estos diarios podría sintetizarse en la metáfora del trabajo de hormiga (Taihüí Rembiapó) como se denominó una sección del DF, por el incesante y decidido aporte de la prensa correntina en pos de la construcción de la argentina peronista.

 

 

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Recibido con pedido de publicación 09/02/2019

Aceptado para publicación 26/03/2019

Versión definitiva 28/04/2019



*Este trabajo se enmarca en el PI 16S003 de la SGCyT- UNNE: “La política y el Estado en los márgenes. Saberes, identidades y prácticas políticas en el Nordeste Argentino (S. XX- XXI)”. Un análisis similar pero centrado únicamente en El Diario del Foro lo hicimos en Solís Carnicer, María del Mar y de los Reyes, Andrea (2014). Versiones preliminares de este artículo fueron presentadas y discutidas en las XIX Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación. Corrientes, noviembre de 2015 y en el XXXVII Encuentro de Geohistoria Regional. Fronteras y conflictos, Posadas-Misiones, octubre de 2017.

[1]Instituto de Investigaciones Geohistóricas CONICET/Universidad Nacional del Nordeste y  Facultad Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste Correo electrónico: marimarsolis@yahoo.com.ar

[2]Instituto de Investigaciones Geohistóricas CONICET/Universidad Nacional del Nordeste y  Facultad Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste. Correo electrónico:  andreadelosreyes@gmail.com

[3]Así lo reflejan las compilaciones de Macor y Tcach (2003) Macor y Tcach (2013); Melón Pirro, y Quiroga (2006); Bona, Vilaboa, (2007); Aelo (2010) y Rafart y Mases (2003).

[4] Véase: Sirven (2011) y Waldmann (2008).

[5]Véase: Cane (2011); Panella (1999); Sidicaro (2009); Varela (2005) y Da Orden y Melón Pirro, (2007).

[6] Así denomina Julio Aróstegui a la técnica de análisis documental en el marco del método historiográfico, en la que le da un espacio central a la documentación hemerográfica. Esta técnica consiste fundamentalmente no sólo en la extracción de información primaria de las fuentes sino, sobre todo, su trasvase a un aparato de organización de la información en función de los objetivos propuestos. Véase: Aróstegui (2001: 404-405).

[7] Sobre los orígenes del peronismo en Corrientes véase Solís Carnicer (2013)

[8]La Prensa y el peronismo. Crítica, conflicto, expropiación” es una compilación editada por Claudio Panella (1999), que reúne trabajos sobre el complejo caso del diario La Prensa, analizando el ascenso de Perón a través de las páginas de este periódico, los conflictos judiciales del mismo, y el proceso de expropiación que culminó en 1951. 

[9]Carlos Vicente Aloé fue un militar argentino, gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1952 y 1955. A partir de su cercanía con Perón fue ocupando diversos cargos en el gobierno y llevando adelante diversas iniciativas sociales. A la vez, fue director de la editorial ALEA que publicaba un conjunto de diarios y revistas peronistas.

[10]Se considera conveniente aclarar aquí el significado que en este artículo se da al término peronización. En general la literatura sobre el primer peronismo lo ha utilizado para denominar el avance del gobierno peronista sobre distintas instituciones hasta que éstas adopten los lineamientos ideológicos del gobierno. Mariano Plotkin, lo asocia a su vez con un carácter pasivo del consenso autoritario es decir se aleja de la concepción de politización; otros autores como Omar Acha, tratando de situarse desde la perspectiva de cómo los contemporáneos utilizaban el término, plantea, por el contrario, que peronizar se vincula con la idea de politizar la sociedad civil a través de la promoción de identificaciones específicas en la sociedad política argentina. Es decir donde los actores no son pasivos sino que se apropian de determinadas ideas o prácticas. Un significado intermedio entre ambos es el que se da en este artículo pues si bien se considera que se trató de un proceso en el que el Estado peronista tuvo un papel fundamental en el avance sobre la prensa, ésta asumió estrategias diferentes frente a ese avance. Un análisis crítico sobre el uso de estos conceptos en la historiografía contemporánea puede leerse en Quiroga (2013).

[11] Horacio Traynor nació en Buenos Aires en 1900. En 1929 se casó con María Magdalena Balestra y se instaló en Goya (Corrientes). Desde allí inició su carrera política en el Partido Autonomista llegando a ocupar varios cargos (comisario, concejal y diputado provincial). Por diferencias con las nuevas autoridades partidarias se distanció del autonomismo luego de la muerte de Juan Ramón Vidal en 1940. Al mismo tiempo ejerció la profesión de periodista. En la ciudad de Goya era propietario de Jornada, un diario oral y también colaboró en varias oportunidades con el diario La Prensa de Buenos Aires. En 1943 se mudó con toda su familia a la ciudad de Corrientes y empezó a colaborar con Antonio Canclini (a quien ya conocía de la ciudad de Goya) en el DF. Se sintió atraído por el peronismo desde los primeros tiempos. Durante el período en el que fue director del diario éste adquirió una identidad peronista definida y declamada. En 1951 fue elegido senador provincial por el peronismo, ocupaba ese cargo cuando se produjo el golpe de 1955. Falleció en Corrientes en 1970. Entrevista realizada a su hija María Mercedes Traynor Balestra en Corrientes, 1 de septiembre de 2014.

[12] El diario de se registró en Propiedad Intelectual el 14 de septiembre de 1951, pero empezó a publicarse en agosto de ese año. Véase: Boletín Oficial. Buenos Aires, 18 de octubre de 1952. P 17

[13] La prensa moderna suponía un mercado masivo, urbano y se identificaba como una industria cultural que ofrecía servicios, esencialmente informativos. La Alianza Editorial de España define que el “nuevo diario”, de las primeras décadas del siglo XX, se movía bajo los dictados de la competencia y en el camino de los beneficios; para lo cual era necesaria una organización de servicios periodísticos, comerciales y de publicidad.

[14] Según el Boletín Oficial del 28 de junio de 1955 El Liberal pertenecía a la Sucesión de Juan Francisco Torrent (Administradora judicial: María del Rosario Corrales de Torrent). Enrique Jasid figura como su director. Boletín Oficial. Buenos Aires, 28 de junio de 1955. p 4.

[15] El primer director del diario fue el abogado Raúl F. Arballo, a quien lo sucedió en 1942 Pedro Gómez de la Fuente (ex fiscal y ministro del Superior Tribunal de Justicia). Ya desde ese año, estará presente en la Redacción, escribiendo artículos de opinión, el juez de Goya, Antonio C. Canclini, quien más adelante ocuparía la Dirección. Entre marzo y junio de 1943, el periodista Eugenio Ledse hizo cargo de la Dirección lo que sería una experiencia inédita para el medio pues fue el primero que no provenía del ámbito estrictamente judicial, sin embargo su paso fue muy breve. Antonio Canclini se convirtió entonces en la cabeza del medio hasta su muerte ocurrida en agosto de 1946. Luego de unos meses de aparente acefalía, en noviembre de 1946, asumió la dirección Humberto Amábile, un letrado que promocionaba su estudio jurídico en las páginas del DF. En agosto de 1947 se produjo una nueva modificación en la Dirección, que se dividió en dos, por un lado el sector jurídico y doctrinario y por otro la información general y política a cargo de Humberto Amábile y Rodolfo Mendíaz respectivamente.

[16] Estos datos aparecen en el número especial de El Liberal del 20 de marzo de 1924, al celebrar 15 años de existencia.

[17]La propuesta metodológica de Jacques Kayser publicada en Le quotidien francais para estudiar la prensa presenta una doble entrada de análisis: la personalidad y la morfología del diario. Sobre el primer apartado, se registran datos esenciales como el nombre del periódico y las indicaciones que lo acompañan, su sede administrativa, la imprenta y la redacción, la fecha del primer número publicado, la periodicidad, el momento de su aparición, la zona principal de difusión, la tirada, el número de ediciones y las zonas cubiertas, el precio, el formato, el número habitual de páginas y de columnas por página, las características excepcionales de la vida del periódico, así como los datos que pueden facilitar la investigación. El “expediente” del diario estaría completo al conocer su estructura financiera, las condiciones de fabricación, de distribución, la organización de la Redacción y las líneas de acción y políticas. El segundo aspecto que propone Keyser para estudiar la prensa es el análisis de la morfología, que consiste en delimitar, medir y comparar los elementos de su estructura, además de analizar las unidades redaccionales del contenido.  Véase: Moreno Sardá (1998: 19).

[18] Véase: Ambort y Loyola (1996).

[19]DF, 30 de noviembre de 1942.

[20] Véase: Alonso (1997: 35- 70).

[21]DF, 15 de abril de 1944.

[22]DF, 3 de junio de 1949,

[23]DF, 8 de noviembre de 1950,

[24]EL, 10 de enero de 1950.

[25]EL, 10 de enero 1950.

[26]DF, 3 de junio de 1949.

[27]EL, 31 de agosto de 1954.

[28]EL, 19 de marzo de 1955.