Artículos. Sección especial
Posición, identidad y lenguaje. Algunos rasgos elementales de la historiografía económica argentina en la segunda década del siglo XXI
Position, Identity and Language. Some Elementary Features of Argentine Economic Historiography in the Second Decade of the 21st Century
Posición, identidad y lenguaje. Algunos rasgos elementales de la historiografía económica argentina en la segunda década del siglo XXI
Prohistoria, núm. 37, 1-26, 2022
Prohistoria Ediciones
Recepción: 07 Octubre 2021
Aprobación: 21 Diciembre 2021
Publicación: 05 Enero 2022
Resumen: El presente ensayo intenta reconstruir sucintamente una imagen panorámica sobre dos aristas de la historiografía económica argentina actual: su intrínseca constitución interdisciplinaria y su posicionamiento en relación con otras historiografías económicas. Para ello se recuperan de manera abreviada las grandes líneas temáticas visibles en su producción actual, tal como lo reflejan las Jornadas organizadas por la Asociación Civil Argentina de Historia Económica, y su relación con otros congresos y reuniones académicas de alcance internacional. Se intenta ofrecer así una aproximación primaria a aquellas dos aristas, que permita a su vez calibrar el modo en que Historia y Economía se relacionan en la disciplina argentina, así como la posición y relación que el campo de la historia económica sostiene con las otras grandes áreas de la disciplina: la historia social, la historia política y la historia cultural.
Palabras clave: Historia económica, Argentina, Interdisciplinariedad, Historiografía.
Abstract: This essay offers a succinct reconstruction of a panoramic image on two edges of the current Argentine economic historiography: its intrinsic interdisciplinary constitution and its positioning in relation to other economic historiographies. For this purpose, the main thematic lines visible in its current production are briefly recovered, as reflected in the Conference organized by the Economic History Civil Association of Argentina (AAHE), and its relationship with other congresses and academic meetings of international scope. This primary approach to those two edges allows us to calibrate the way in which History and Economics relate to each other in the Argentine discipline, as well as the position and relationship that the field of economic history holds with the other great areas of the discipline: social history, political history and cultural history.
Keywords: Economic History, Argentina, Interdisciplinarity, Historiography.
Introducción[1]
Si se asume que las Jornadas Interescuelas-Departamentos de Historia (JIDH) ofrecen una mirada panorámica posible sobre la distribución temática de la producción historiográfica argentina, las que tuvieron lugar en San Fernando del Valle de Catamarca durante octubre de 2019 permiten observar el lugar de las temáticas económicas en el contexto historiográfico nacional: sobre 107 mesas relevadas, al menos 13 de ellas abordaron desde sus títulos algún tópico expresamente identificable con fenómenos y procesos económicos en la historia. La producción, circulación, distribución o consumo de la riqueza material de una sociedad, así como los actores y las relaciones sociales y culturales a través de las cuales se instituye, organiza y desenvuelve cada una de esas instancias en coordenadas espacio-temporales definidas, parecen haber nucleado entonces el 12% de las discusiones en una de las Jornadas nacionales de mayor concurrencia. Si ello demuestra un interés no menor también evidencia que, tratándose de una de las cuatro grandes áreas en las que tradicionalmente puede deslindarse la investigación histórica (social, económica, política y cultural), la historia económica cuenta todavía con un importante potencial de expansión en el contexto de producción historiográfica argentina.
El presente ensayo intenta reconstruir sucintamente una imagen panorámica sobre dos aristas de la historiografía económica argentina actual: su intrínseca constitución interdisciplinaria y su posicionamiento en relación con otras historiografías económicas. Para ello se recuperan de manera abreviada las grandes líneas temáticas visibles en su producción actual, tal como lo reflejan las Jornadas organizadas por la Asociación Civil Argentina de Historia Económica, y su relación con otros congresos y reuniones académicas de alcance internacional. Se intenta ofrecer así una aproximación primaria a aquellas dos aristas, que permita a su vez calibrar el modo en que Historia y Economía se relacionan en la disciplina argentina, así como la posición y relación que el campo de la historia económica sostiene con las otras grandes áreas de la disciplina: la historia social, la historia política y la historia cultural.
En este sentido, las siguientes líneas no se proponen recuperar una historia de la historiografía económica argentina, ni se adentran en la singularidad de los problemas investigativos de las temáticas trabajadas o en los avances experimentados en determinadas áreas. Tampoco en los debates generados, ni en las corrientes teóricas que los protagonizan. Lejos de intentar un estado de las cuestiones sobre las que trabaja la historiografía económica argentina, este ensayo bosqueja aquellos rasgos generales para ponerlos en diálogo con las otras grandes áreas disciplinares, visibilizando la retroalimentación que la historia económica sostiene potencial o activamente con estas.
La historiografía económica argentina: un terreno con demarcaciones cambiantes
Al igual que en otras latitudes, la investigación en historia económica se desarrolla en la República Argentina a través de una considerable diversidad de proyectos, congregados a su vez en grupos, programas y centros interconectados mediante redes que se estructuran con arreglo a una heterogeneidad de afinidades temáticas y problemáticas, definidas usualmente en función de arcos temporales delimitados. Entre tanto, la habitual implantación de investigadores e investigadoras en diversos espacios garantiza el trasvase de temas y problemas, volviendo en ocasiones sólo formal la delimitación entre unos y otros. Y la dinámica emergencia de espacios, así como la modulación de los existentes, volverían incompleto (cuando no desactualizado) todo intento por listar las diversas instancias académicas en las que se congregan las investigaciones en historia económica en Argentina.
Sin embargo, la persistencia de ciertos espacios, la amplitud de su convocatoria y la consolidación institucional de algunos de ellos como asociaciones, permiten trazar una cartografía posible aunque parcial de aquel abigarrado territorio académico. Por caso, la Asociación Argentina de Economía Política (AAEP) realiza reuniones anuales de profusa concurrencia, en las cuales se discuten investigaciones realizadas en el ámbito de la Economía en torno a una diversidad de tópicos, entre los cuales se cuentan la política económica, análisis de coyuntura, discusiones y avances metodológicos y, desde luego, historia económica, resultando de ello publicaciones de referencia a cargo de prestigiosos y prestigiosas profesionales. Entre tanto, la Asociación Civil Argentina de Historia Económica (AAHE) nuclea, más particularmente, a investigadores y docentes, tanto historiadores como economistas, en función de su puntual interés por el desarrollo de la historia económica como disciplina, y tiene entre sus objetivos específicos la promoción del estudio de la historia económica, el fomento de vínculos entre docentes e investigadores ligados a la disciplina, la sistematización de los conocimientos de la materia, y la organización periódica de las Jornadas de Historia Económica Argentina (en adelante, JAAHE).
En este sentido, la AAHE toma particularmente a la historia económica como su objeto de estudio constitutivo, procurando integrar la totalidad de campos temáticos posibles. Así, representa su institucionalización como disciplina en Argentina. Y si bien distintos departamentos de Economía, centros de estudio, redes y grupos de investigación realizan periódicamente valiosas reuniones de presentación y debate en torno a investigaciones en historia económica sobre áreas temáticas definidas (en efecto, por cada mesa temática de las JAAHE es posible identificar una -o más de una- reunión académica organizada periódicamente por centros abocados al estudio del campo específico), la amplitud de convocatoria y la naturaleza institucional de las JAAHE permiten contemplarlas como un espacio en el cual distinguir, si bien parcialmente, algunas características distintivas de la historiografía económica argentina en su conjunto.
Las JAAHE: una cartografía posible
Organizadas en 15 mesas temáticas entre las cuales se distribuyeron las 142 ponencias aceptadas, las XXVI JAAHE realizadas en Santa Rosa (La Pampa) en 2018 ofrecen, por lo tanto, una imagen posible y reciente del campo.
Una primera característica remite a la radicación de los trabajos allí presentados. De las 142 ponencias aceptadas en las XXVI JAAHE, 131 (92.25%) fueron producidas por investigadores e investigadoras con radicación en instituciones de la República Argentina.[2] Ello permite contemplar a las JAAHE como una instancia representativa de las principales líneas de trabajo abordadas por la investigación en historia económica desarrollada en sedes académicas de la República Argentina.
Siglo | Historia / Humanidades | % | Cs. Econ. | % | Cs. Soc. | % | Derecho | % | Sin datos | % | Total | % |
XX | 37 | 51% | 34 | 47% | 2 | 3% | 0 | 0% | 0 | 0% | 73 | 51% |
XIX | 29 | 83% | 4 | 11% | 0 | 0% | 1 | 3% | 1 | 3% | 35 | 25% |
XVIII | 10 | 91% | 1 | 9% | 0 | 0% | 0 | 0% | 0 | 0% | 11 | 8% |
XXI | 2 | 22% | 5 | 56% | 2 | 22% | 0 | 0% | 0 | 0% | 9 | 6% |
XV | 1 | 100% | 0 | 0% | 0 | 0% | 0 | 0% | 0 | 0% | 1 | 1% |
Sin datos | 10 | 77% | 3 | 23% | 0 | 0% | 0 | 0% | 0 | 0% | 13 | 9% |
Total | 89 | 63% | 47 | 33.1% | 4 | 2.8% | 1 | 0.7% | 1 | 0.7% | 142 | 100% |
Entre tanto, la adscripción institucional de los autores y las autoras de las ponencias arroja una clara preponderancia de instituciones académicas vinculadas a la disciplina histórica y, en menor medida, a las ciencias económicas. Un recorrido por aquellas 142 ponencias aceptadas permite comprender que 89 de ellas fueron producidas por investigadores e investigadoras con radicación en centros e institutos pertenecientes a escuelas, departamentos o facultades de Historia, Humanidades (y espacios interdisciplinarios que incorporan a las Ciencias Sociales aunque con protagonismo de aquellas, si bien se computan aparte las ponencias de investigaciones radicadas en instituciones exclusivamente vinculadas a las Ciencias Sociales), mientras que 47 ponencias fueron realizadas por profesionales con lugar de trabajo en instituciones pertenecientes a departamentos o facultades de Ciencias Económicas.[3] Así, el 62% de las ponencias se correspondió con producciones radicadas en institutos académicos de Historia y Humanidades (o centros interdisciplinarios con protagonismo de estas), mientras que el 33% de ellas procedió de espacios adscriptos académicamente a la Economía. A su vez, entre aquellas 47 ponencias producidas en institutos con sede en departamentos y facultades de Economía, se advierte la presencia de al menos 12 autores y autoras con formación de grado y posgrado en Historia, quienes desempeñan sus labores en dichas instituciones.
En cuanto a las temporalidades trabajadas, los títulos de las ponencias permiten comprender que el siglo XX fue abordado por el 51% de las mismas (73 trabajos), representando con ello el período más frecuentemente visitado por las investigaciones presentadas. Lo secunda el siglo XIX, que fue abordado por el 25% de los trabajos (35); el siglo XVIII, que fue visitado por el 8% de las ponencias (11) y el siglo XXI, que recibió atención del 6% de las presentaciones (9). Un único trabajo abordó problemáticas referidas al siglo XV, y se carece de una delimitación precisa en cuanto al arco cronológico en el título de otras trece ponencias.
Como puede observarse (Tabla I), los trabajos producidos en el seno de instituciones con sede en departamentos o facultades de Ciencias Económicas tienden a circunscribir su interés al período estadístico, esto es, a partir de la década de 1880 en adelante (y, más puntualmente, el siglo XX): representan el 47% de las ponencias abocadas al siglo XX y el 56% de aquellas que trabajan sobre el siglo XXI, lo cual da cuenta de una focalización en períodos recientes o actuales por parte de los trabajos radicados en instituciones de Ciencias Económicas. Dichos períodos también son abordados, desde luego, por investigaciones producidas en instituciones de investigación histórica: en efecto, aun en los trabajos que abordan el siglo XX, las producciones radicadas en espacios académicos adscriptos a la Historia y a las Humanidades representan el 51%, logrando una participación equilibrada con los trabajos procedentes de instituciones adscriptas a las Ciencias Económicas
De esta manera, la prevalencia de investigaciones radicadas en instituciones adscriptas a las Humanidades y a las Ciencias Sociales imprime en las JAAHE un relativo protagonismo de metodologías y claves de interpretación procedentes de dichas disciplinas y, más particularmente, del oficio historiográfico. Algo que se advierte no sólo en la predominancia de investigaciones con sede en institutos y centros adscriptos a la Historia y a las Humanidades, sino en la activa participación que historiadoras e historiadores tienen asimismo en las producciones realizadas desde espacios académicos adscriptos a las Ciencias Económicas.
Fuente: Elaboración propia en base a programa completo de XXVI JAAHE.
Como se observa en la Gráfica I, las mesas temáticas de las JAAHE dan cuenta de la heterogeneidad de tópicos de investigación que permiten organizar el encuentro. Entre sus mesas pueden reconocerse los estudios sobre el comercio, la circulación y los mercados; sobre los sistemas fiscales, las finanzas y la moneda; sobre el rol económico de las instituciones del Estado, las políticas económicas, y las relaciones económicas internacionales; sobre los sistemas de innovación, el cambio tecnológico, el crecimiento económico, su relación con la desigualdad y los estándares de vida; sobre la historia agraria, las fronteras y las economías regionales; sobre la población, sus migraciones y los procesos de urbanización; sobre el sector de servicios, la historia industrial, las empresas y empresarios; sobre el vasto y complejo mundo del trabajo; sobre la organización cooperativa y la economía social; sobre la propia historiografía; y sobre el pensamiento económico en la historia. Desde luego, numerosos trabajos abordan más de uno de aquellos eje temáticos y no siempre existen, consecuentemente, mesas que den cuenta de las singularidades temáticas resultantes de ello; pero dicha compartimentación habilita un modo organizacional que tiende a representar eficazmente las coordenadas temáticas de las ponencias así agrupadas. En efecto, buena parte de quienes participan en cada mesa suelen asimismo presentar sus investigaciones en reuniones, actividades y jornadas específicas de la temática, organizadas por centros y grupos abocados de manera puntual al estudio de la misma.
La distribución de los trabajos entre las mesas permite observar que cinco de los quince ejes temáticos han reunido casi la mitad de las ponencias presentadas en las XXVI JAAHE de 2018: Historia Agraria (15,49% del total de las ponencias), Crecimiento económico, desigualdad, y estándares de vida (8,45%), Empresas y empresarios (7,75%), Relaciones económicas internacionales (7,75%) e Historia industrial (7,04%).
La atención conferida a tópicos de la historia agraria resulta sobresaliente a la vez que comprensible, dado el protagonismo que el sector agropecuario y la producción rural detentaron para la historia argentina como factor determinante tanto en la estructuración de su economía desde el temprano siglo XIX, como en los modos mediante los cuales dicha economía se integró desde entonces al mercado mundial.[4] Entre las problemáticas abordadas por las veintidós ponencias presentadas a la mesa de “Historia Agraria” (las cuales tocaron procesos y casos experimentados entre los siglos XVIII y XXI), pueden distinguirse tres ejes de interrogantes. En primer lugar, aquellos relativos a las modalidades de tenencia de la tierra, su relación con la regulación institucional, las condiciones que ello impone sobre la producción, así como las tensiones y conflictos que ello despliega entre los actores sociales involucrados. En segundo lugar, las formas de producción rural, las estrategias afrontadas por los actores y la productividad resultante de ello. Y en tercer lugar, la legislación rural y el rol de las corporaciones agrarias. Desde luego, existe una clara interconexión entre dichos interrogantes, los cuales encontraron respuestas en abordajes que tendieron a tomar referencias bibliográficas y metodológicas de la Historia Rural Latinoamericana: un enlace que pareciera dar cuenta de algunas problemáticas comunes durante los siglos XIX y XX, tales como el acceso a la propiedad o al agua, así como los procesos de construcción de estatalidad y su institucionalización en el sector rural (que tomó lugar en escenarios tales como los ejidos o las municipalidades).[5]
Entre tanto, la mesa sobre “Crecimiento económico, desigualdad, y estándares de vida” fue protagonizada por un conjunto de trabajos que propusieron abordar el interrogante sobre las relaciones históricas existentes entre esas tres variables a lo largo de los siglos XVIII y XIX, en las regiones que terminarían conformando la República Argentina. Dichos trabajos (ocho de las doce presentaciones, nucleadas en torno a un proyecto común) aportaron estudios de casos, espacial y temporalmente delimitados, desde los cuales procuraron dar respuesta a aquel interrogante en términos comparativos, apelando a datos y metodologías que favoreciesen la comparación. Las restantes ponencias tendieron, entre tanto, a focalizar su eje problemático en la desigualdad regional (que también forma parte de los tópicos abordados por aquel proyecto): sus orígenes, las inflexiones en el largo plazo y, particularmente, las razones de su persistencia a través de modelos económicos disímiles.[6]
La mesa sobre “Empresas y Empresarios” estuvo caracterizada por indagaciones en torno a la heterogeneidad en la trayectoria de las empresas, los fundamentos que explican la extensión o interrupción del ciclo de vida de una empresa. Los estudios de casos sugieren dos grandes grupos de hipótesis: aquellas que identifican las razones en las condiciones macroeconómicas, y aquellas centradas en las estrategias empresariales. Y las respuestas encuentran soporte en una diversidad de bagajes teóricos: mientras que algunos abordajes estructurales tienden encontrar respuestas en las condiciones de la estructura productiva, su relación con el contexto macroeconómico y las modalidades de inserción en la economía mundial, los abordajes que apelan a las teorías de la empresa tienden a identificar aquellas razones en los desafíos afrontados para acceder a financiamiento, el recambio generacional, las estrategias de concentración, diversificación o integración, y los horizontes de innovación tecnológica u organizativa.[7] Entre tanto, las indagaciones sobre las aristas comerciales y publicitarias de aquellas estrategias, así como la identificación de pautas de consumo históricamente situadas, permite comprender que la dimensión cultural permea el estudio de la historia de empresas, empresarios y empresarias, contribuyendo desde la especificidad de dicho campo a la naturaleza multidisciplinaria de la historia económica.
La mesa sobre “Relaciones económicas internacionales” tendió a concentrar sus trabajos en torno a los siglos XX y XXI, confiriéndole una impronta contemporánea al campo temático desde un abordaje distintivamente multidisciplinario: sus investigaciones abrevan en aproximaciones procedentes de las Relaciones Internacionales, las Ciencias Económicas, las Ciencias Políticas, la Sociología o la Historia. Y, al igual que lo ocurrido con otras mesas, los temas allí expuestos son igualmente admisibles en otras mesas temáticas (como las abocadas al Estado y las políticas públicas, empresas y empresarios, o comercio, circulación y mercados). Entre las investigaciones pueden destacarse los estudios sobre la dimensión comercial e inversión (relaciones económicas bilaterales, la evolución del comercio exterior y los términos de intercambio desde fines del siglo XIX, o la dinámica afluencia de capitales extranjeros en la explotación de ciertos recursos), políticas de integración (las implicancias de pactos bilaterales y multilaterales, el impacto que la política doméstica tuvo en los modos de integración argentina en la economía regional e internacional, así como el diseño y las iniciativas políticas en torno a las modalidades de esa integración) y regulatoria (tal como dan cuenta los trabajos que abordan el desarrollo de marcos normativos bilaterales en torno a la explotación de recursos claves, tales como los energéticos). Desde luego, todas esas temáticas se encuentran mutuamente interconectadas en el amplio espectro de las relaciones económicas internacionales, un terreno que expresa pero también retroalimenta los modos en que la economía argentina configuró su estructuración en el largo plazo.[8]
La Historia Industrial participa, desde luego, de este segmento de temáticas con marcado protagonismo en la producción historiográfica económica. El sector manufacturero y el proceso de industrialización revisten una importancia crítica en la historia argentina, no sólo por los desafíos que supo afrontar ante una estructuración económica protagonizada inicialmente por el sector agropecuario, sino por la centralidad que su desempeño tuvo y sigue teniendo como clave de bóveda en el diseño de estrategias para el desarrollo.[9] Apuntaladas en una diversidad de enfoques e hipótesis específicas, las problemáticas abordadas permiten advertir el protagonismo de las investigaciones sobre el rol del Estado y la incidencia de sus políticas industriales en la estructura productiva desde el siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XXI; sobre los desafíos afrontados por las políticas sectoriales sobre el sector manufacturero y su impacto sobre el mismo; sobre las estrategias productivas implementadas por el empresariado industrial; así como el estudio sobre los cuerpos de ideas, proyectos y propuestas orientadas al crecimiento industrial y al cambio estructural.[10]
De esta manera, la relativa concentración de trabajos en estos grandes ejes temáticos parece dar cuenta de un acentuado interés sobre algunos de los principales nudos que estructuran una narración posible de la historia nacional y regional: el protagonismo del sector agrario en la estructuración económica inicial de Argentina, los desafíos afrontados por la industria ante una estructura productiva desequilibrada, la evolución de las relaciones internacionales mediante las cuales esa economía se insertó mundialmente, la incidencia que esa estructuración y que esta inserción ejercieron en el crecimiento y en la sistémica desigualdad social y regional, y los modos bajo los cuales los actores económicos organizaron socialmente y racionalizaron estratégicamente las empresas mediante las cuales se produce, distribuye y consume la riqueza material. No sorprende, por lo tanto, que estos ejes operen como núcleos centrales en reuniones académicas como las JAAHE, en las que otras diez mesas temáticas permiten vislumbrar el desarrollo de otras aristas de la economía que sólo analíticamente pueden deslindarse de estas cinco.[11]
Entre la humanística y la cliométrica: una impronta de las JAAHE
Es a través de esa diversidad de tópicos temáticos que se despliega aquella heterogeneidad de anclajes institucionales y disciplinares, que se encuentran y dialogan en las JAAHE. En este sentido, y tal como fuese recientemente señalado por Roberto Cortés Conde, Gerardo Della Paolera y Javier Ortiz Batalla en un valioso trabajo (2018: 28-29), la investigación en historia económica en la República Argentina se caracteriza por la coexistencia de dos vertientes complementarias: aquella que parte de la teoría económica para la formulación de modelos, y aquella que focaliza en el relevamiento de casos particulares y en sus coordenadas sociales para comprender el universo económico. Tomando en consideración esta coexistencia de vertientes complementarias, es posible advertir que la historia económica argentina cuenta, a su vez, con dos dialectos que tienden a corresponderse con aquella diversidad de anclajes disciplinares: una lengua humanística y una lengua cliométrica.
Un sucinto recorrido por las palabras que pueblan los títulos de los trabajos presentados en aquellas mesas temáticas de las XXVI JAAHE pareciera dar cuenta del modo en que esa heterogeneidad de anclajes disciplinares permea la producción de las ponencias, resumiendo metonímicamente algunos rasgos que caracterizan la participación de aquellas vertientes humanística y cliométrica.
Si se desagregan las palabras contenidas en los títulos de las 142 ponencias que integraron el programa de las XXVI JAAHE (2018), se excluyen artículos y se reemplazan los años expresados en numerales por el siglo en el que se inscriben, el total de los 804 vocablos detectados arroja una distribución ilustrativa (Gráfica II). Los once vocablos más frecuentemente empleados en los títulos (aparecidos en el 22.03% de los mismos) fueron: “Argentina” (cuyo peso o frecuencia equivale al 3.61% del total de usos de vocablos), “XIX” (3.23%), “XX” (2.74%), “siglo” (2.24%), “durante” (2.24%), “política” (1.62%), “caso” (1.62%), “Buenos Aires” (1.37%), “economía” (1.24%), “años” (1.12%), “tierra” (1%).
Lugares, tiempo, casos, política. La localización de los problemas económicos en lugares precisos y su ubicación en períodos específicos, la consecuente habilitación del estudio de caso como vía de abordaje y la visibilización de la dimensión política en el proceso económico, vienen a sugerir que la historiografía económica que protagoniza las JAAHE tiende a identificar en la economía un proceso inmanentemente social e históricamente situado.[12] Esta mayor visibilidad de la impronta humanísticade la historia económica en las JAAHE parece traslucir, por lo tanto, aquellos factores mencionados previamente: una relativa predominancia de investigaciones radicadas en instituciones que adscriben a la Historia y a las Humanidades, la presencia de historiadoras e historiadores en investigaciones realizadas en centros adscriptos a las Ciencias Económicas, así como una relativa concentración de las investigaciones de Ciencias Económicas en el abordaje de arcos temporales contemporáneos (con el consecuente protagonismo relativo de las vertientes humanísticas en el tratamiento de períodos preestadísticos, si bien los trabajos que abordan el período estadístico también son realizados en más de la mitad de los casos por investigadores e investigadoras con radicación en centros e institutos de Historia o Humanidades).[13]
Desde luego, esta aproximación extrapola características distintivas de vertientes cuyo contraste no implica, sin embargo, escisión alguna. Buena parte de los trabajos que abordan los procesos económicos desde preguntas de investigación formuladas con arreglo a claves de interpretación procedentes de las Humanidades apelan, no obstante, a bagajes metodológicos y analíticos surgidos de la econometría, la estadística y las teorías económicas. De igual modo, diversos trabajos cuyos abordajes parten de problemáticas investigativas formuladas en el campo de las Ciencias Económicas, no por ello dejan de reconocer la fundamental importancia que las singularidades sociales, culturales y políticas tienen para la comprensión de los procesos económicos inscriptos en coordenadas históricas precisas. En efecto, el lenguaje estadístico, econométrico y matemático en general (que alcanza a metodologías híbridas con peso específico propio, como el Análisis de Redes Sociales) porta una utilidad metodológica que lo vuelve fundamental para la historia económica: contribuye a la administración de información relativa a fenómenos cuantificables y, particularmente, a la identificación de interrelaciones no siempre evidentes en primera instancia o a partir de referencias cualitativas. De ello da cuenta, por caso, la presencia en diversos trabajos de los análisis de regresión y covarianzas para inferir variables interrelacionadas y posibles causalidades, o las discusiones sobre la ponderación, factores y coeficientes aplicados en la mensurabilidad de los niveles de vida. Su uso crítico, riguroso y creativo permite, por lo tanto, insertar al herramental matemático en métodos inferenciales y razonamientos inductivos, posibilitando la instrumentación de aquellas herramientas al servicio de la densificación del conocimiento sobre el proceso histórico.[14]
Así, mientras que las vertientes cliométricas tienden a apelar a la econometría para estimar parámetros de un modelo, contrastar hipótesis sobre dichos parámetros y evidenciar, con ello, la validez de una teoría, las vertientes humanísticas han logrado recurrir al instrumental de métodos cuantitativos para densificar el conocimiento del proceso histórico y de sus dimensiones cualitativas. Efectivamente, ello implica diferencias en cuanto a los objetivos de investigación, a los modos de recolectar y emplear las fuentes y los datos, así como a las categorías con las que aquellos son pensados y representados: distintas maneras de construir una hipótesis y de refrendarla empíricamente, con arreglo a problemas investigativos de naturaleza diferente. Pero la retroalimentación entre ambas tendencias en la historiografía económica argentina parece erosionar, en ocasiones, las demarcaciones entre una y otra.[15] Desde su rol fundamental para la investigación en historia económica, los métodos cuantitativos se incorporan entonces a un abanico metodológico heterogéneo, en el cual participan con igual peso específico distintas herramientas de análisis cualitativo.
En función de ello, la naturaleza interdisciplinaria de la historiografía económica argentina permite adoptar los valiosos desarrollos teóricos y metodológicos aportados por disciplinas como la Economía, matizando la universalidad de sus alcances explicativos mediante un uso que advierte y reconoce críticamente los presupuestos epistemológicos sobre los que se construyeron.[16] Es posible entonces apelar a las categorías y metodologías ofrecidas por la Economía para emplear cautelosamente sus instrumentos analíticos sobre realidades sociales, culturales y políticas concretas, reconstruidas mediante el trabajo crítico con fuentes primarias y secundarias: toda información económica observacional está por antonomasia situada en un contexto histórico particular que le confiere un significado cualitativo al dato cuantitativo.[17]
De esta manera, la vertiente humanística de la historiografía económica argentina parece encontrar en la estilización matemática, allí cuando la emplea, una herramienta para contribuir a corroborar hipótesis validadas empíricamente, sin por ello depositar en dicha formalización la potestad para conferir legitimidad a una hipótesis.[18] Se tiende así, a emplear el lenguaje matemático en función de una argumentación que le confiere sentido empíricamente desde el recurso intensivo a las fuentes documentales en el archivo.
Así, esta aproximación primaria permite comprender que en las JAAHE tiende a prevalecer una concepción según la cual la economía encuentra en las dimensiones políticas y culturales de su sociedad elementos que le son constitutivos, y que su abordaje requiere situar al proceso en coordenadas precisas y dinámicas que den cuenta de su cambiante significado. En este sentido, la cuantificación de los fenómenos opera, primordialmente, en función de una concepción inmanentemente histórica de la economía y con el objeto de refrendar respuestas posibles a preguntas sobre los fundamentos sociales, políticos y culturales de los procesos económicos.
Historia y Economía: coexistencia interdisciplinaria para una equilibrada complementación
En un estudio relativamente reciente, Robert Margo (2017) señala que el campo académico de la historia económica estadounidense se encuentra –almenos desde comienzos del siglo XXI– mucho más cercano a la Economía que a la Historia en cuanto a su desempeño profesional. Corrobora su hipótesis en el creciente empleo del lenguaje econométrico, que acercó a la historiografía económica norteamericana a una profusa publicación en revistas económicas en detrimento de su presencia en publicaciones historiográficas. En suma, la historia económica norteamericana pareciera haberse subsumido aceleradamente a la disciplina económica, en lugar de conformar un espacio distintivo y multidisciplinario, con “identidad académica” propia.[19] Margo sugiere que las razones de este proceso pueden explicarse por el hecho de que un doctorado en economía genera mejores estándares que un doctorado en humanidades para competir en el mercado de trabajo del sector privado, en un contexto en el cual este pareciera constituirse como el destino preeminente de esos recursos humanos cualificados académicamente.
En este sentido, puede afirmarse que el lenguaje metodológico no sólo expresa la adecuación del proceso de investigación a un marco disciplinario determinado y a sus prácticas epistémicas, sino que al hacerlo evidencia los condicionamientos institucionales en los cuales ese proceso se desenvuelve. Unos condicionamientos que en el caso argentino parecieran diferir respecto de la caracterización que Margo ofrece sobre la experiencia reciente norteamericana. En efecto, en la historiografía económica argentina se hallan asimismo presentes las vertientes investigativas procedentes tanto de la Historia como de la Economía, pero la coexistencia entre ambos campos disciplinares no conllevó el desplazamiento de las Humanidades, ni una relación de subsunción entre la disciplina histórica y la económica.
En la República Argentina, la consolidación de diversos departamentos, carreras y posgrados de Historia, así como centros interdisciplinarios encabezados por las Humanidades y las Ciencias Sociales en los que se desenvuelven proyectos de investigación sobre historia económica, parecen haber contribuido a dinamizar dicha área y a marcar su impronta en ella, en constante diálogo y colaboración con proyectos canalizados a través de los Departamentos de Economía.[20] Y ese entorno institucional parece haber contribuido con el desarrollo local de una historiografía económica en la cual el lenguaje de las humanidades no experimentó un relegamiento, conjugándose de manera balanceada con los lenguajes empleados por las vertientes cliométricas. La historiografía económica argentina visible en las JAAHE parece, por lo tanto, haber logrado una coexistencia entre historia y economía en un punto de equilibrio en el cual ninguna se encuentra subrepresentada ni subsumida a la otra.
Así, la historiografía económica argentina pareciera tener una identidad académica distintiva, en la que confluyen tanto historiadoras e historiadores como economistas y profesionales procedentes de otras disciplinas colindantes, agrupados en trayectorias diversas y diferentes vertientes teóricas con anclajes institucionales heterogéneos.
Una historiografía integrada globalmente desde América Latina
Esta impronta y aquellas características distintivas de la historiografía económica argentina conllevan, consecuentemente, ciertas continuidades y contrastes con las tendencias experimentadas internacionalmente por el campo disciplinar. Una mirada a la inserción de la historiografía económica argentina actual en el campo internacional de la disciplina permite vislumbrar, por lo tanto, algunos puntos de contacto y ciertas singularidades. En este sentido, si las JAAHE pueden contemplarse como una instancia en la cual la historiografía económica argentina se da cita a escala nacional, otras dos instancias pueden considerarse representativas de su participación en el plano regional y global: el Congreso Latinoamericano de Historia Económica (en adelante, CLADHE) y el Congreso Mundial de Historia Económica (WEHC, por sus siglas en inglés), respectivamente. Esto es, tres instancias representativas de escala nacional, regional y global, a las cuales los investigadores y las investigadoras con radicación en Argentina llevan sus problemáticas de investigación.[21]
Una forma posible de trazar los puntos de continuidad y divergencia entre los tópicos tratados en cada uno de esos tres espacios consiste en homogeneizar los nichos temáticos con arreglo a una codificación internacionalmente empleada: el Journal of Economic Literature Classification System (en adelante, JEL), que dispone de códigos para identificar las áreas de investigación según categorías estandarizadas en constante actualización.[22] Como toda clasificación, ofrece una compartimentación que en ocasiones se revela más estanca y ficticia que en los hechos, toda vez que los interrogantes planteados en la investigación histórica suelen responder a una multitud de aristas de la realidad social y nunca a una sola. Pero asignar esa codificación, a partir del tópico sobresaliente en los títulos de los simposios y las ponencias de WEHC, CLADHE y JAAHE, permite contar con un denominador común en base al cual cotejar la distribución temática entre las tres reuniones. De esta manera, considerando los títulos de ponencias en JAAHE y de simposios en CLADHE y WEHC, se ha procedido a agrupar sus líneas temáticas con referencia a sus posibles categorizaciones según el código JEL (una descripción sobre los criterios, la codificación y agrupación aplicada en el presente estudio puede observarse en el Apéndice).
En este sentido, es visible que en el WEHC realizado en Boston hacia 2018 tuvieron protagonismo los trabajos sobre los procesos de cambio tecnológico y su impacto en el crecimiento económico (grupo A), la articulación de los mercados mediante el comercio y sus circuitos (B), así como las finanzas públicas y privadas, la fiscalidad y los problemas monetarios (C), tal como lo demuestra la distribución temática entre sus simposios (Gráfica III).
Entre tanto, el CLAHDE realizado en Santiago de Chile en 2019 fueron relevantes temáticas tales como el impacto económico de las instituciones públicas (I) y el cambio tecnológico (A, en línea con WEHC). Sin embargo, también priorizó la discusión sobre el desarrollo del sector servicios (L) y sobre las relaciones económicas internacionales (K) en mayor medida que la atención que dichos tópicos recibieron en el WEHC de 2018.
A su vez, y tal como se anticipase previamente, las JAAHE realizadas en Santa Rosa hacia 2018 dan cuenta de la importancia que se le confiere al estudio de la historia agraria (G), así como a la desigualdad, la distribución de la riqueza y del ingreso, y su relación con los niveles de bienestar (D).
Si considerásemos como norma a la distribución de temáticas del WEHC (esto es, a la participación porcentual que cada grupo temático tuvo en el total de sus simposios), e hiciéramos de ella un parámetro para comprender cuán cerca o cuán lejos se posicionan las preocupaciones historiográficas argentinas respecto de los tópicos trabajados en otras latitudes, los resultados son quizás algo previsibles pero bastante claros.
Tomando como valor de referencia al grado de participación que cada temática ocupó en el WEHC 2018, se revela que tanto JAAHE 2018 como CLADHE 2019 están posicionadas de un modo similar en relación a las preocupaciones del resto el mundo (Gráfica IV).
En relación a los parámetros del congreso mundial, tanto en la historiografía argentina como en la latinoamericana se advierte un mayor interés por los estudios sobre el sector servicios (L) y las relaciones internacionales (K) así como por los estudios agrarios (G) y por las instituciones públicas en el desempeño de la economía (I); la organización cooperativa y la economía social (R) tuvo en las reuniones argentina y latinoamericana una atención mayor que en el WEHC 2018, en el que no parecen haber tenido un espacio propio; los estudios sobre la enseñanza de la economía y de la historia económica (T) concitó discusiones en el CLADHE 2019 en contraste con su virtual ausencia respecto del WEHC 2018; la historia regional (S) e industrial (O), entre tanto, reportó un interés proporcionalmente mayor como clave de análisis en las JAAHE 2018. Se trata de campos atendidos por la investigación argentina y latinoamericana con una mayor intensidad que la que le confieren historiografías de otras latitudes mundiales.Entre tanto, algunos temas adquieren en Argentina y en Latinoamérica una participación semejante a la que tuvieron en el encuentro mundial, y se hallan más en línea con el peso que adquieren en esa instancia global: es el caso del tópico de la desigualdad, la distribución de la riqueza, el desarrollo y el bienestar (D), así como el área de estudios sobre las finanzas, la fiscalidad y la moneda (C). A su vez, el tópico de las crisis económicas (J) ocupó en las reuniones nacionales (2018) y latinoamericanas (2019) un lugar mucho menos relevante que el que encontró en la reunión mundial (2018), y lo mismo ocurrió con los trabajos de historia económica vinculados a clase trabajadora y abordajes de género (F); lo cual no significa necesariamente que dichos temas estén ausentes en las agendas latinoamericanas y argentinas, sino que encontraron sus espacios en simposios que no tomaban como principal eje de organización a dichos tópicos.[23]
Tabla II. Coeficientes de correlación entre participaciones temáticas de JAAHE, CLADHE y WEHC | |
Relación | Coeficiente de correlación |
JAAHE / CLADHE | 0.535476387 |
JAAHE / WEHC | 0.380334773 |
CLADHE / WEHC | 0.601378471 |
Esta proximidad entre la historiografía económica argentina y la latinoamericana en cuanto al peso relativo de sus temáticas de investigación, visible en las gráficas III. IV, se corrobora al observar el coeficiente de correlación entre ambas distribuciones (Tabla II). Mientras que la distribución de temas en JAAHE y CLADHE está correlacionada en 0.53, la correlación entre las temáticas argentinas y las del WEHC se sitúa en 0.38: hay, por lo tanto, una proximidad acentuada entre Argentina y Latinoamérica (y, a su vez, es clara la conexión entre la historiografía económica latinoamericana y la del resto del mundo, correlacionada en 0.60). Todas las correlaciones son positivas, pero es evidente la afinidad que la historiografía económica argentina sostiene con los temas de investigación del resto de Latinoamérica. La historiografía económica argentina y la del resto de América Latina ponen así el acento en algunos temas comunes para indagar en las historias económicas de sus respectivas sociedades.
Esa mayor proximidad temática entre JAAHE y CLADHE remite, en parte, a la obvia razón de una mayor incidencia en el CLADHE que en el WEHC por parte de las historiadoras e historiadores que participan de las JAAHE. Pero ello quizás no resulte en sí mismo suficiente para explicar dichas afinidades. Esa correlación también pareciera visibilizar lazos institucionales estrechados a lo largo del tiempo, lecturas compartidas y una historia en común que promueve una ponderación temática similar, aun cuando las vías de abordaje y los interrogantes formulados puedan nacer de tradiciones académicas que en ocasiones no converjan.
Desde preguntas y escuelas que difieren tanto como los acentos locales y regionales pueden distinguirse en las sesiones del CLADHE, las historiadoras y los historiadores económicos de Argentina compartimos con Latinoamérica cierto énfasis sobre temáticas comunes. Huelga decirlo aunque quizás no explicitarlo: la historiografía económica argentina es una historiografía latinoamericana.
Conclusiones
La historiografía económica que prevalece en las JAAHE da cuenta de una impronta humanística que apela al herramental de las ciencias económicas, un punto de confluencia que pareciera estar definido por la aceptación consensuada de una premisa que no por obvia resulta siempre visible: la economía es un proceso social y, por lo tanto, histórico. El acuerdo básico (y en ocasiones, tácito) en torno a este supuesto mantiene a la historia económica en Argentina como un campo de estudios muy heterogéneo pero con identidad académica distintiva, resultante de una intersección singular en la que confluyen distintas escuelas, corrientes teóricas y disciplinas.
En los distintos tópicos que se tratan en las JAAHE está presente aquella premisa consensuada, aunque no siempre visibilizada, según la cual la economía es un proceso inherentemente situado en coordenadas históricas precisas, cuyas singularidades sociales, políticas y culturales le confieren al proceso un sentido históricamente distintivo, discernible del sentido que el mismo proceso podría detentar al inscribirse en otras coordenadas históricas. Se presupone así que la producción, distribución, circulación o consumo –esto es, la organización social de la realidad material– se hallan inmanentemente instituidos: inscriptos en dispositivos institucionales singulares que dotan de un sentido históricamente distintivo al proceso económico.[24] En estos términos, la presencia de las dimensiones sociales, culturales y políticas en la historiografía económica no da cuenta de un límite difuso entre esta y aquellas áreas historiográficas: antes bien, da cuenta de una relación intrínsecamente constitutiva que hace del proceso económico uno inherentemente social, político y cultural.
En una obra que logró compendiar las grandes líneas sobre las que discurría la historiografía económica argentina al promediar la primera década del siglo XXI, Jorge Gelman (2006) advertía una declinación en la participación que la historia económica tenía sobre el terreno investigativo argentino, en relación a una historiografía política y cultural cuyas renovaciones se traducían en la expansión de sus respectivos campos. Un retroceso que parecía iniciar por aquel entonces su reversión, y cuya marginalidad relativa quizás pueda advertirse todavía en las JIDH de 2019. Pero precisamente por ello, la historiografía económica argentina tiene un largo recorrido por delante: las vacancias temáticas siguen ofreciendo un amplio y fértil terreno para la investigación, y la emergencia de nuevos interrogantes demuestra la pertinencia de continuar ese recorrido con claves de interpretación renovadas, nutriéndose de los sólidos avances que la historiografía económica argentina construyó y acumuló desde mediados del siglo XX.
Las JAAHE de 2018 demuestran que ese camino está recorriéndose con dinamismo, orientándose por el horizonte de una frontera de posibilidades de producción todavía distante.[25] La sólida inserción de la historiografía económica argentina en las corrientes internacionales expresa, en efecto, su constante y actualizada interlocución en los debates vigentes sostenidos a escala regional y global. Se trata de un posicionamiento internacional con signo latinoamericano, tal como lo muestra una común ponderación de temáticas investigativas.
En este sentido, la historiografía económica argentina ha logrado construir y sostener una identidad académica propia, resultante de una participación equilibrada de las humanidades y las ciencias sociales. En esa intersección, Historia y Economía se encuentran y colaboran sin que ninguno de sus lenguajes disciplinares se vea relegado.
En aquel balance, Jorge Gelman (2006: 10, 13) alentaba a la historiografía económica argentina a afrontar el desafío de reconstruir “fenómenos mensurables a través de las fuentes”. Proponía recuperar la elaboración de series de datos sobre variables elementales, que permitiesen consumar la inconclusa tarea de reponer información básica de la economía regional en el largo plazo. Y en efecto, desde aquel entonces se experimentaron profundos avances en el trabajo sobre algunas de dichas variables.
Expandir ese acervo de conocimientos sobre la dimensión material de la realidad social no sólo se revelaba necesario para cubrir las vacancias relativas a la historia económica, sino para habilitar una mejor plataforma sobre la cual pudiesen discutir y dialogar los estudios políticos y culturales, clarificando los condicionamientos materiales de una vida social que sólo analíticamente puede desagregarse entre diferentes campos temáticos y disciplinares (Gelman, 2006: 13).
Hoy sabemos que ese propósito es posible, gracias a una historiografía económica que no sólo continúa reconstruyendo voluminosas series de datos para responder con el archivo documental a interrogantes en constante actualización, sino que reconoce en la dimensión política y cultural de la sociedad un elemento constitutivo del proceso económico. En este sentido, la historia económica argentina parece haber redoblado su marcha.
Referencias bibliográficas
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Programa completo de las XXIV Jornadas de Historia Económica, Rosario, Santa Fe, 1, 2 y 3 de octubre de 2014. URL:http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/jornadas-de-historia-economica/xxiv-jornadas-de-historia-economica/descargables/Programa%20XXIV%20JHE%202014.pdf
Programa completo de las XXV Jornadas de Historia Económica, Salta, 21, 22 y 23 de septiembre de 2016. URL: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/jornadas-de-historia-economica/xxv-jornadas-de-historia-economica/descargables/Programa%20XXV%20Jornadas%202016.pdf
Programa completo de las XXVI Jornadas de Historia Económica, Santa Rosa, La Pampa, 19, 20 y 21 de septiembre de 2018. URL: https://joraahe2018.wordpress.com/programa-completo/
Programa completo de XVIII World Economic History Conference, http://wehc2018.org/wp-content/uploads/2018/07/WEHC_2018_Program.pdf
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Wooldridge, J. (2006). Introducción a la econometría. Un enfoque moderno. Paraninfo.
Apéndice
Relación entre agrupaciones temáticas y códigos JEL
Apéndice. Relación entre agrupaciones temáticas y códigos JEL | ||
Grupo | Código JEL | Categoríasabarcadas |
A | O00 | Economic Development, Innovation, Technological Change, and Growth |
B | N70 | Economic History: Transport, International and Domestic Trade, Energy, Technology, and Other Services: General, International, or Comparative |
C | H30 | Fiscal Policies and Behavior of Economic Agents: General |
G00 | Financial Economics: General | |
D | O15 | Economic Development: Human Resources; Human Development; Income Distribution; Migration |
I30 | Welfare, Well-Being, and Poverty: General | |
E | B00 | History of Economic Thought, Methodology, and Heterodox Approaches |
F | J00 | Labor and Demographic Economics: General |
J16 | Economics of Gender; Non-labor Discrimination | |
G | N50 | Economic History: Agriculture, Natural Resources, Environment, and Extractive Industries: General, International, or Comparative |
Q00 | Agricultural and Natural Resource Economics; Environmental and Ecological Economics: General | |
H | M00 | Business Administration and Business Economics; Marketing; Accounting; Personnel Economics: General |
I | D02 | Institutions: Design, Formation, Operations, and Impact |
J | H12 | Crisis Management |
K | N40 | Economic History: Government, War, Law, International Relations, and Regulation: General, International, or Comparative |
F21 | International Investment; Long-term Capital Movements | |
F60 | Economic Impacts of Globalization: General | |
L | L80 | Industry Studies: Services: General |
M | R23 | Urban, Rural, Regional, Real Estate, and Transportation Economics: Regional Migration; Regional Labor Markets; Population; Neighborhood Characteristics |
N | P00 | Economic Systems: General |
O | L00 | Industrial Organization: General |
P | D80 | Information, Knowledge, and Uncertainty: General |
Q | D73 | Bureaucracy; Administrative Processes in Public Organizations; Corruption |
R | P13 | Cooperative Enterprises |
S | N90 | Regional and Urban History: General |
T | A00 | General Economics and Teaching |
Notas
De igual modo, las temáticas sobre “Comercio, circulación y mercados” difícilmente puedan deslindarse de aquellos tópicos, aun cuando en la mesa temática correspondiente los trabajos se han focalizado en los siglos XVIII y comienzos del XIX (un área temporal en la que se encuentran algunos de los fundamentos de largo plazo de procesos abordados en otras mesas). En esas coordenadas temporales, se han ofrecido estudios sobre circuitos mercantiles locales pero, particularmente, regionales e interregionales, apuntalados en estudios de caso que permiten reconstituir las redes comerciales, así como en fuentes de origen fiscal que habilitan una reposición de aquellas tramas sobre espacios que trascienden las demarcaciones nacionales de la economía. La focalización en el período mencionado permite comprender que referencias del campo, tales como el modelo explicativo sobre el espacio económico peruano desarrollado por Carlos Sempat Assadourian, constituyen tanto una herramienta de análisis ineludible como un punto de partida para la construcción de renovadas propuestas interpretativas. Se agradecen los comentarios ofrecidos por José Sovarzo a partir de su experiencia en la coordinación de la mesa temática sobre “Comercio, circulación y mercados” en 2018.