Artículos. Sección especial

La historiografía argentina reciente: recorridos, logros y desafíos

Recent Argentine Historiography: Paths, Achievements and Challenges

Mirta Zaida Lobato
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Argentina
María del Mar Solís Carnicer
Instituto de Investigaciones Geohistóricas, Universidad Nacional del Nordeste, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina
Fabio Wasserman
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, Universidad de Buenos Aires, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina

La historiografía argentina reciente: recorridos, logros y desafíos

Prohistoria, núm. 37, 1-12, 2022

Prohistoria Ediciones

Recepción: 01 Septiembre 2021

Aprobación: 15 Noviembre 2021

Publicación: 10 Enero 2022

Resumen: El texto presenta los trabajos que integran el dossier sobre el estado de la historiografía argentina, los cuales fueron elaborados a partir de las exposiciones realizadas en abril y mayo de 2021 en las Jornadas que conmemoraron los diez años de la Asociación Argentina de Investigadores en Historia (AsAIH). Para ello, se traza un breve panorama de la historiografía argentina desde la recuperación de la democracia en 1983, teniendo en cuenta tanto el contexto académico e institucional como el político, social y económico; repasa los principales hitos en la trayectoria de la AsAIH; destaca algunas innovaciones historiográficas producidas en las últimas décadas; y por último presenta una breve síntesis de los textos que forman parte del dossier.

Palabras clave: Historiografía, Historia Argentina, AsAIH.

Abstract: The text introduces the works that make up the dossier on the situation of Argentine historiography, which were prepared from the presentations made in April and May 2021 at the Conference that commemorated the tenth anniversary of the Argentine Association of Researchers in History (AsAIH). To this end, it outlines a brief panorama of Argentine historiography since the recovery of democracy in 1983, taking into account the academic and institutional context as well as the political, social and economic context; it reviews the main milestones in the trajectory of the AsAIH; it highlights some historiographical innovations produced in recent decades; and finally it presents a brief summary of the texts that are part of the dossier.

Keywords: Historiography, Argentine History, AsAIH.

Presentación

Tras la recuperación democrática en 1983 se produjo en Argentina una renovación y una ampliación de los ámbitos de estudio e investigación de las ciencias humanas y sociales. Esto se puede advertir en el caso de la historiografía que logró consolidarse y expandirse tanto en el campo de la formación como en el de la profesionalización. En ese sentido existe consenso en señalar a los primeros años de la década de 1980 como una etapa refundacional de la disciplina durante la cual se sentaron las bases institucionales de su posterior expansión. En esos años comenzaron a adoptarse patrones internacionales de funcionamiento académico y científico, se actualizaron los planes de estudio, comenzaron a organizarse posgrados, se renovaron las publicaciones existentes y se crearon otras, a la vez que se plantearon nuevos programas de investigación y empezaron a conformarse redes de estudio. La expansión del sistema de educación superior contribuyó a que este movimiento se extendiera por todo el país, si bien en forma desigual y con distintos ritmos. Lo mismo pasó con el CONICET que se normalizó y amplió el número de becarios y de investigadores. Por su parte, la memoria de la dictadura que impulsó la valoración de la democracia y de los derechos humanos, tuvo un impacto en la producción historiográfica, especialmente en la promoción y la renovación de la historia política.

Este proceso de normalización disciplinar que se prolongó durante la década de 1990, permitió que la Historia pudiera ser concebida y practicada como una profesión dedicada a la creación y difusión de conocimiento. Su desarrollo se vio condicionado tanto por la dinámica interna del campo académico como por las transformaciones institucionales, sociales, políticas y económicas del país. En ese sentido, la profunda crisis de 2001 afectó de diversas maneras el campo historiográfico ya que se comenzaron a revisitar los temas y problemas de la agenda de los ochentas, y a abordarse nuevos sujetos históricos, revisando y cuestionando el conocimiento heredado. De ese modo, y sin que en general se pusieran en cuestión los cánones profesionales vigentes, se plantearon una serie de críticas al marco académico y a algunas interpretaciones sobre distintos aspectos de la historia nacional. Asimismo se produjo una mayor presencia de historiadores –no importa su género– en el espacio público, alentada por una creciente demanda de conocimiento histórico por parte del Estado y de la sociedad. Si durante la década de 1990 esta demanda había impulsado la renovación de los tradicionales manuales escolares y de los diseños curriculares, con el correr de los años encontró nuevos cauces en formatos de divulgación en los medios de comunicación y en proyectos editoriales atentos a los saberes producidos en espacios académicos. También se advierte una mayor presencia de historiadores profesionales en museos y archivos que, con diversa suerte, alentaron la incorporación en esas instituciones de perspectivas renovadoras de sus narrativas históricas. Cabe señalar, asimismo, que la interpelación estatal y las reinterpretaciones de algunos fenómenos y procesos históricos dieron lugar a la creación de una narrativa oficial que hace del campo historiográfico una arena de debate público.

Por otra parte, con el creciente apoyo que se le dio al área de Ciencia y Tecnología y a las Universidades, se ampliaron los programas de mayor dedicación de los docentes y se incentivó el retorno de investigadores argentinos residentes en el exterior, se le dio un nuevo impulso a los proyectos financiados por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y el CONICET, todo lo cual contribuyó a un aumento de las oportunidades para el desarrollo de investigaciones históricas. Asimismo se alentó la internacionalización a través de la participación en eventos científicos en el extranjero, el financiamiento de intercambios de docentes e investigadores y de proyectos de investigación con universidades del exterior. Ademásse incrementaron los mecanismos que facilitan la circulación de ideas e investigaciones, ya sea a través de la edición de revistas y libros subsidiados o de formas de sociabilidad intelectual y académica como congresos, paneles, mesas redondas, seminarios, jornadas y de redes temáticas. Una expresión significativa de esta expansión, que también revela sus principales rasgos, son las Jornadas Interescuelas y Departamentos de Historia. Se trata del evento académico más importante del campo historiográfico argentino que desde 1987 se realiza cada dos años en distintas universidades del país, y que en sus últimas ediciones tuvo más de un centenar de mesas temáticas con miles de participantes entre expositores y público de distintas generaciones y regiones.

Este crecimiento, sumado a su complejización expresada en la multiplicidad de grupos, eventos y publicaciones, dificulta la posibilidad de analizar con detalle la enorme diversidad temática y de perspectivas que se están desarrollando actualmente en la historiografía argentina a fin de poder presentar una visión de conjunto de la disciplina.[1]

La Asociación Argentina de Investigadores en Historia (ASAIH)

En el marco de este proceso de profesionalización disciplinar se crearon y consolidaron nuevos espacios institucionales como la Asociación Argentina de Historia Económica y redes organizadas en torno a temas, problemas, abordajes o recortes cronológicos y espaciales.[2] Sin embargo, y a diferencia de otras disciplinas que también forman parte de las ciencias humanas y sociales, durante mucho tiempo se careció de una organización que se propusiera nuclear a quienes se dedican a la investigación histórica en sus diversas expresiones y que abarcara a todo el país. Una institución que oficiara como un medio para discutir sus problemas y para representar sus intereses y necesidades, y que además pudiera posicionarse como interlocutora ante otros actores de la comunidad científica y académica, del sistema educativo y del Estado y la sociedad civil en general. En el año 2010, y tras varias reuniones preparatorias en las que se discutieron sus bases organizativas y su estatuto como asociación civil, se constituyó la Asociación Argentina de Investigadores en Historia (AsAIH) que en la actualidad cuenta con cientos de miembros en todo el país. En ese acto fundacional se fijaron sus propósitos, entre los cuales se destaca: reunir a quienes se dedican a la investigación en historia de toda la República Argentina; promover, difundir y fomentar la investigación en el marco de esa disciplina en su diversidad de enfoques y temas de estudio; estimular el interés público respecto tanto de la difusión del conocimiento histórico como de temas atinentes a la conservación del patrimonio histórico, a la organización de archivos y museos históricos; colaborar en el fortalecimiento de la enseñanza media y superior en historia; vincular a los historiadores e historiadorasargentinas con entidades académicas tanto en el país como en el extranjero constituyéndose para ello en el Comité argentino afiliado al Comité Internacional de Ciencias Históricas (CISH).

En sus primeros diez años de vida la AsAIH puso en marcha numerosas iniciativas dirigidas a sus miembros, a la comunidad de historiadores, a los colegas e instituciones de otras disciplinas y a la sociedad en general.[3] En tal sentido promovió, organizó y coordinó actividades destinadas a la participación de los historiadores en los debates públicos sobre el pasado, la memoria y la historia; participó en el Consejo del Sistema Nacional de Archivos Históricos y en las discusiones para la elaboración de un proyecto de Ley de Archivos, además de interpelar a instituciones nacionales, y provinciales y municipales por el estado de algunos archivos, museos y bibliotecas; promovió el diálogo y la cooperación con otras asociaciones científicas del país y con asociaciones de historiadores e historiadoras del extranjero, destacándose en ese sentido su integración en el Comité Ejecutivo del Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC) y la presentación de propuestas de mesas junto a otras sociedades de Latinoamérica para los Congresos del Comité Internacional de Ciencias Históricas (CICH); desarrolló políticas para fomentar la investigación histórica entre los jóvenes como la organización de talleres destinados a discutir los proyectos de Tesis Doctorales y el concurso bianual a las mejores Tesis Doctorales en Historia cuyo principal premio es su publicación como libro.[4]

Dentro de las actividades desarrolladas por la AsAIH se destaca el evento anual en el que se convoca a especialistas en distintas temáticas para discutir cuestiones y problemas que atañen tanto a la profesión como al vínculo de la disciplina con la sociedad en sus múltiples dimensiones. La primera reunión, realizada los días 16 y 17 de agosto de 2012 en el Museo Histórico Nacional, constó de dos módulos: “Políticas de investigación”, coordinado por Hernán Otero y Sergio Serulnikov, y “La Historia en el debate público”, coordinado por Lila Caimari, Gabriel Di Meglio y Marcela Ternavasio. El primer módulo tuvo tres mesas: “Evaluar la investigación”, en la que expusieron Gustavo Paz, Alejandro Grimson y Victoria Baratta; “Financiar la investigación”, con Dora Barrancos, Adrián Gorelik y Joaquín Perren; y “Formar investigadores”, con Maria Silvia Di Liscia, Eduardo Míguez y Agustín Nieto. Los paneles del segundo módulo fueron “Historia y divulgación”, con Ezequiel Adamovsky, Gabriel Di Meglio, Silvia Finocchio, Juan Manuel Palacio y Juan Suriano; “Historia y mercado editorial”, con Ricardo de Titto, Jorge Gelman, Felicitas Luna, Patricia Piccolini; y “La Historia en los medios”, con Atilio Bleta, Ema Cibotti, Javier Trímboli y Diego Valenzuela. El 4 de mayo de 2013 se realizó el segundo evento en la Universidad de San Andrés con el tema “Archivos e Historiadores”. La actividad constó de dos paneles: “Investigar en los Archivos: los historiadores como usuarios” en el que expusieron Mariela Ceva, Mariana Nazar, Abel Alexander y Gabriela Quiñonez, con la coordinación de Carina Frid; y “Marcos regulatorios y archivos”, coordinado por Julio Djenderedjian y Mirta Rosovsky con la participación de Gabriela Parra, Silvia Romano, Adriana Petra y Andrés Pak Linares. El 10 de mayo de 2014 se realizó el tercer evento anual en la Universidad de San Andrés con el título “Docentes, historiadores y pedagogos en la enseñanza de la historia”. En el primer panel, coordinado por Fabio Wasserman y Ezequiel Adamovsky, expusieron Graciela Favilli, Gonzalo de Amézola, Ariel Denkberg y Enrique Vázquez. En el segundo, coordinado por Ignacio Martínez, expusieron Marina Caputo, Marta Escalona, Marta Barbieri y Alcira Alurralde. El 8 de mayo de 2015 se realizó en el Museo Roca el evento “La evaluación del trabajo científico en historia y ciencias sociales” con exposiciones de Dora Barrancos, Elizabeth Jelin y Osvaldo Barsky bajo la coordinación de Susana Bandieri. Entre el 22 y 24 de abril de 2016 se desarrolló en el Archivo General de la Nación y en la Universidad de San Andrés, el evento “Historia e historiadores: formación e inserción profesional” que constó de tres paneles. El primero, “La formación de grado en historia: diagnósticos y desafíos”, que fue coordinado por Alejandro Eujanian, contó con la presencia de Gonzalo De Amézola, Ana Frega y Sara Mata; el segundo, “La formación de postgrado en Historia: diagnósticos y desafíos”, coordinado por Gustavo Paz, contó con la exposiciones de Juan Luis Ossa, Sergio Serulnikov y Juan Suriano; el tercero, “Inserción profesional del investigador-investigador joven”, contó con exposiciones de Dora Barrancos, Gabriel Di Meglio y Eduardo Miguez coordinados por Beatriz Bragoni. Los días 21 y 22 de Abril de 2017 se realizó en el Auditorio de la Universidad de San Andrés el evento “La investigación en el sistema universitario argentino” que contó con tres mesas: “Políticas de promoción de la investigación en las universidades argentinas”, moderada por Sergio Serulnikov con la participación de Pablo Buchbinder, María Silvia Leoni y Carlos Pérez Rasetti; “Articulación de investigación y docencia: concursos, dedicaciones y carreras académicas”, moderada por Ignacio Telesca con la participación de Ana García Fanelli, Lucas Luchilo y Daniel Lvovich; y la mesa “Relación de las universidades con los organismos nacionales de ciencia y técnica”, moderada por Hilda Sabato e integrada por Mario Albornoz, Dora Barrancos, Héctor Floriani y Jorge Gelman. El 27 de abril de 2018 se realizó en la Universidad de San Andrés el evento anual con el tema “Archivos y giro digital. Perspectivas y desafíos” que contó con la participación de Sandra Vovk, Andrés Pak Linares, Silvia Romano y Horacio Tarcus y la coordinación de Lila Caimari. En el año 2019 la reunión se realizó los días 16 y 17 de mayo en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. El Evento llevó por título “Historias conectadas: enfoques, debates y experiencias de investigación”. Contó con la participación de Lila Caimari, Andrea Lluch, Sergio Serulnikov, Emir Reitano, Arrigo Amadori, Ricardo Pasolini y Fernando Rocchi.[5]

Un balance historiográfico a diez años de la creación de la Asaih

Al acercarse el décimo aniversario de su creación, la Asaih decidió dedicar su evento del año 2020 a desarrollar una reflexión colectiva y un balance sobre el estado de la disciplina en Argentina y sus posibles proyecciones en el futuro. En ese sentido, y tal como se consignó en el primer apartado, el documento convocando al evento señalaba la existencia de un extendido consenso en la disciplina sobre el importante desarrollo cuantitativo y cualitativo que durante las últimas décadas tuvo la historiografía argentina en el marco de la recuperación democrática y de la expansión y consolidación del sistema científico y universitario. Sin embargo, y quizás por carecer de un centro temático o problemático unificador, también advertía que eran pocas las ocasiones en las que se reflexionaba sistemáticamente sobre sus rasgos más destacados, sus logros y los desafíos que se le presentan. A fin de discutir estas cuestiones se planteó la organización del evento “La historiografía argentina: recorridos, logros y desafíos” a realizarse en abril de 2020 en la Universidad Nacional de San Martín. Dicha actividad preveía cuatro mesas dedicadas a la historia social, económica, política y cultural, cada una de las cuales estaba integrada por dos especialistas de distintas generaciones, regiones y pertenencias institucionales, a quienes se les había solicitado que presentaran a modo de balance y de posible proyección un análisis reflexivo y crítico sobre el estado de sus respectivas áreas e, incluso, sobre la pertinencia de seguir encuadrando las investigaciones dentro de ese marco o de esas denominaciones.

Como es de público conocimiento, la pandemia obligó a suspender esa actividad que finalmente se realizó en un formato virtual con un ciclo de paneles semanales que se realizaron durante cuatro jornadas entre abril y mayo de 2021 con la coordinación de Mirta Zaida Lobato, María del Mar Solís Carnicer y Fabio Wasserman. En la mesa de Historia Económica expusieron Martín Wasserman y Andrés Regalsky; en la de Historia Política, Beatriz Bragoni y Nicolás Quiroga; en la de Historia Social, Cristiana Schettini y Mónica Gordillo; y en la de Historia Cultural, María Bjerg y Ana Clarisa Agüero.[6]

Las preguntas que se formularon en el evento fueron diversas: ¿Hay algo dónde reside la novedad de la historiografía argentina? ¿Hay nuevas periodizaciones del pasado nacional? ¿Se recurre a otras escalas y dimensiones de análisis? ¿Qué se investiga en las distintas universidades? ¿Qué inserción tiene la historiografía argentina en los debates internacionales? ¿Cuál es su vínculo con otras disciplinas sociales y humanísticas? ¿Cuánto cambiaron los temas y enfoques actuales de aquellos que dominaban la escena en 2001? Es imposible reproducir todas las cuestiones planteadas por los participantes, y ello sin duda guarda relación con el hecho de que la agenda de investigación parece responder principal, cuando no exclusivamente, a una lógica interna de las (sub)disciplinas. Sin embargo, estimamos que hay algunas cuestiones que pueden ser destacadas antes de presentar los trabajos que integran el dossier.

Uno de los puntos que aparece como innovador es el interés por el accionar político de los sujetos subalternos que además fue vigorizado por la protesta social y la crisis de 2001 y 2002. La crisis de la historia social fue amplia en los ochenta y la historia clásica del movimiento obrero fue horadada por una perspectiva más vasta sobre el mundo del trabajo. Las preocupaciones historiográficas desde entonces estuvieron más ligadas a las experiencias sociales, políticas y culturales en un mundo laboral tensionado por los clivajes étnicos y de género de los llamados “sectores populares” o “clases subalternas”. Si la pertenencia de clase se desdibujaba ello no significaba un borramiento de su condición trabajadora. Desde las investigaciones iniciales sobre la configuración de comunidades obreras, sobre la cultura del anarquismo, sobre la situación de la población indígena de los territorios patagónicos, sobre trabajadores y cuestiones urbanas, sobre las diferencias de género en el mundo del trabajo y las prácticas feministas hasta los trabajos sobre el “bajo pueblo” en la Revolución de Mayo de 1810 y la historia popular de los siglos XIX y XX formaron parte del quehacer historiográfico.

Otra gran novedad historiográfica argentina en lo que va del siglo XXI es el estudio del llamado “pasado reciente” que ha logrado fundar un campo autónomo. Campo que se convirtió en uno de los ejes privilegiados de análisis por parte de los intelectuales de las Ciencias Sociales que en los tempranos ochentas indagaron sobre el “Proceso de Reorganización Nacional”, “El tercer gobierno peronista”, o la “organización Montoneros”, desde una perspectiva interdisciplinar de la que no estuvieron del todo ausentes los historiadores. Los nuevos aportes enfatizan también en el diálogo disciplinar y epistemológico y destacan los problemas específicos de las temporalidades, de las subjetividades y de las fuentes, sean ellas orales o escritas, en el estudio del pasado más cercano.

También se destaca el cuestionamiento a los enfoques centralistas y las nuevas perspectivas de análisis abiertas a partir de la historia regional y del juego de escalas que fue claramente definido en los años iniciales de la postdictadura y se afianzó en las décadas siguientes cuando los planteos adquirieron densidad a partir de nuevas preguntas y una polifonía de documentos.

La crítica a los grandes relatos tomó fuerza con los nuevos interrogantes que se plantearon, por ejemplo, sobre el peronismo, un fenómeno que fue revisitado una y otra vez desde entonces, y que ha sido objeto de indagaciones renovadas tanto desde la historia política como de la historia cultural, social o económica conformando un campo de estudios particular. La multiplicación de investigaciones sobre el peronismo a escalas provinciales y/o locales contribuyó a renovar y a complejizar las interpretaciones sobre sus orígenes, dando lugar a estudios sobre otros actores tales como las segundas líneas de la dirección partidaria, las mujeres o los indígenas. Por otra parte, a los estudios más propiamente políticos sobre la etapa se sumaron aquellos que avanzaron sobre el análisis de las transformaciones del Estado, las expresiones culturales, las emociones, además de revisitarse con miradas renovadas el papel de lxs trabajadorxs y del movimiento obrero todo lo cual convirtió a esa fuerza política en un foco dinámico de interés historiográfico.

Siete ensayos sobre la historiografía argentina reciente

Los textos que se presentan a continuación son las versiones revisadas de las exposiciones realizadas en los paneles conmemorativos de los diez años de la Asaih.[7]

El dossier se inicia con el texto de Andrés Regalsky “Los recorridos de la historiografía económica argentina a través de cuatro décadas de jornadas de historia económica”. Tal como permite advertir su título, el artículo realiza un repaso del estado de la historiografía económica argentina reciente poniendo el foco en la Asociación que reúne a los investigadores de dicha especialidad y, en particular, en sus Jornadas bianuales que se realizan en forma regular desde hace cuatro décadas. Su minucioso examen presenta los cambios y continuidades en relación a los temas y períodos tratados en dicho evento académico, el cual le permite concluir que, más allá de los altibajos en la cantidad de presentaciones, la historiografía económica argentina es un campo de investigación consolidado que abarca una gran diversidad de líneas, temas y enfoques analíticos a la vez que mantiene un diálogo constante y fructífero con otras disciplinas sociales.

El texto de Martín Wasserman, “Posición, identidad y lenguaje. Algunos rasgos elementales de la historiografía económica argentina en la segunda década del siglo XXI”, presenta un panorama general del estado de los estudios sobre historia económica argentina que se enfoca en el examen de dos dimensiones: su relación con las otras grandes áreas de la historiografía y su vinculación/comparación con otras historiografías económicas. Para ello también se detiene en el análisis de los temas y enfoques que prevalecen en las Jornadas organizadas por la Asociación Argentina de Historia Económica, para luego considerar los que priman en el Congreso Latinoamericano de Historia Económica y el Congreso Mundial de Historia Económica. En ese sentido destaca la inserción internacional de la historiografía económica argentina, pero también sus rasgos particulares como su intenso diálogo con la historia social, política y cultural y con otras disciplinas sociales y humanísticas, hecho que se evidencia en el predominio de lo que denomina una “lengua humanística” por sobre una “lengua cliométrica”.

El área de la historia social es analizada en primer lugar por Mónica Gordillo en “En los umbrales del siglo XXI: aportes al campo de la historia social desde la práctica historiográfica”, donde realiza un repaso crítico de los estudios realizados en las últimas décadas. Su trabajo se enfoca en la utilización de algunas contribuciones recientes que se nutren de la sociología histórica, la antropología y el marxismo crítico, cuyo desarrollo también relaciona con fenómenos y procesos extra académicos como la crisis del fordismo, la desintegración de la URSS y la globalización. Además de identificar a algunos autores y obras clave, precisa cómo se produjo su recepción y utilización destacando la productividad de estos enfoques y de algunas categorías analíticas que enriquecieron la historia social desarrollada en la Argentina a la hora de examinar las formas de acción social y, en particular, de la conflictividad.

Tal como se explicita en su título, en “De trabajadores, mujeres y policías: notas sobre las últimas dos décadas de historia social argentina”, Cristiana Schettini examina algunas tendencias recientes en esta área deteniéndose en tres campos temáticos específicos: la historia de las mujeres, la historia del trabajo y la historia de la policía. Atenta al diálogo intergeneracional, indaga en las formas en las que se articulan o conviven algunas tradiciones de la historia social argentina con enfoques historiográficos más recientes que permitieron una renovación en las últimas décadas de los temas, problemas, abordajes, escalas de análisis y periodizaciones. En tal sentido advierte que se trata de un campo caracterizado por la elección de temas y problemas de investigación claramente delimitados sin que esto implique necesariamente la pérdida de una perspectiva global de análisis.

En “La historiografía política del siglo XIX argentino. Notas sueltas sobre tres familias de problemas”, Beatriz Bragoni examina la renovada historiografía política del siglo XIX argentino de la última década a la que considera como un campo delimitado por problemas y abordajes específicos en los que se combinan estudios de caso y obras de síntesis. Para ello organizó las indagaciones que se inscriben dentro de esta área a partir de tres tipos de problemas: las concepciones y formas de gestionar el poder en la sociedad posrevolucionaria; la estructuración de las formas de gobierno republicano y representativo y la intermediación política; los repertorios de la acción política colectiva. Su análisis llama la atención sobre el intenso diálogo con otras disciplinas y subdisciplinas como la historia intelectual o la historia crítica del Derecho. Asimismo destaca el recurso a distintas escalas de análisis y a nuevas periodizaciones que además de contribuir a una mejor comprensión de la vida política del siglo XIX, también impactaron en la elaboración de nuevas interpretaciones sobre los orígenes y el proceso de conformación del Estado y del sistema político nacional.

En “Giros y transiciones. Notas sobre la Historia Cultural en la Argentina”, María Bjerg ensaya una aproximación a la historia cultural argentina en el que destaca su constitución como un terreno de indagación extenso pero de consistencia débil, en el que conviven temas, instrumentos analíticos y problemas heterogéneos. Advierte que esta zona de indagación híbrida y de fronteras epistemológicas difusas se configuró tanto a partir de sensibilidades que antecedieron a la recepción del giro cultural europeo como de lecturas heterodoxas, traducciones locales y adaptaciones críticas de la noción antropologizada de lo cultural. En ese sentido destaca cómo, a diferencia de lo ocurrido en las historiografías en las que la New Cultural History se constituyó en el centro de la actividad académica y eclipsó a la historia social, en Argentina la renovada historia cultural constituyó un agregado de problemas y de enfoques que no reemplazó a otros modelos analíticos.

Por último, en “Sobre la historia de la cultura en Argentina”, Ana Clarisa Agüero traza un balance de los estudios recientes sobre historia cultural a los que coloca en una historia más larga. Su análisis parte de la paradoja de constatar una fuerte presencia de la dimensión simbólica y cultural en los estudios históricos como parte de la culturización de la sociedad producida en las últimas décadas, y una débil consistencia disciplinar en relación a las otras grandes áreas tradicionales o campos como la historia política, económica y social. Su trabajo examina esta tensión trazando una genealogía de los estudios culturales desde mediados del siglo XX cuando la historia de la cultura parecía capaz de convertirse en una disciplina integradora y el impacto provocado por la incorporación de nuevos abordajes y enfoques a partir de la década de 1990 que promovieron la diversificación de enfoques, temas y problemas sin un centro único que organice esa multiplicidad.

En verdad, tal como se ha podido apreciar, esta última es una característica de todo el campo historiográfico y de las ciencias humanas y sociales en general. Con este Dossier aspiramos a aportar una guía capaz de iluminar algunos de los aportes más destacados dentro de este campo y así contribuir a una reflexión crítica e informada sobre su actual estado y sus posibles proyecciones.

Notas

[1] En las últimas décadas se publicaron numerosos estados de la cuestión sobre distintas temáticas, problemas, períodos y abordajes, cuya cita excede el marco de esta presentación. A tales fines nos remitimos a los artículos que integran el dossier y en los que se hace referencia explícita a los mismos.
[2] La formación de redes es realmente importante por su cantidad y su diversidad temática: Red de historia intelectual, Red de historia social y cultural del mundo del trabajo (Argentina-Brasil), Red de historia política, Red de estudios sobre el peronismo, Asociación de historia de las mujeres y género, Red de estudios en Historia Regional y Local, Red Interdisciplinaria de estudios sobre Historia Reciente, Red Iberoamericana de Historia de la Historiografía, etc.
[3] En relación a esto último se puede señalar, por ejemplo, la realización de videos en asociación con educ.ar con motivo del Bicentenario de la Declaración de la Independencia en el año 2016 (https://www.educ.ar/recursos/150049/bicentenario-de-la-independencia-argentina); la publicación en 2017 del dossier Los pueblos indígenas de la región pampeano-patagónica (siglos XVIII y XIX). Aportes para un debate historiográfico en los que se reunió trabajos sobre esta temática que ponen en cuestión algunas interpretaciones que circulan en el discurso social (http://asaih.org.ar/los-pueblos-indigenas-de-la-region-pampeano-patagonica-siglos-xviii-y-xix-aportes-para-un-debate-historiografico/); el curso virtual para público no especializado Problemas de historia argentina, de la Revolución de Mayo a la unificación nacional realizado en agosto y septiembre de 2021 con la participación de Marcela Ternavasio, Judith Farberman, Roberto Di Stefano y Beatriz Bragoni; la sección Efemérides de su página web en la que especialistas seleccionan materiales disponibles en las redes para brindarles a docentes y a la comunidad en general recursos sobre esas fechas simbólicas (http://asaih.org.ar/efemerides/); o el reciente lanzamiento de HistoriAr, un podcast sobre historia argentina, latinoamericana y mundial (https://open.spotify.com/show/6ZzcVyIlDzcz3YaXAb7KEg).
[4] En cada concurso se convocó a un jurado de especialistas quienes además del primer premio también destacaron Tesis que merecieron menciones de honor y especiales. En 2015 el ganador fue Luciano Nicolás García por su trabajo La recepción de la psicología soviética en la Argentina: lecturas y apropiaciones en la psicología, psiquiatría y psicoanálisis (1936-1991) que fue publicado como La psicología por asalto. Psiquiatría y cultura científica en el comunismo argentino (1935-1991) (Edhasa, 2016); en 2017 Maximiliano Fiquepron fue galardonado por Morir en las grandes pestes. Estado, sociedad y representaciones sobre la muerte durante las epidemias de cólera y fiebre amarilla en Buenos Aires (1856-1886) publicado como Morir en las grandes pestes: Las epidemias de cólera y fiebre amarilla en la Buenos Aires del siglo XIX (Siglo XXI, 2020); en 2019 María Juliana Gandini recibió el premio por Mundos mezclados en los márgenes de América Meridional. Americanos, europeos y saberes en los textos de la temprana colonización del Río de la Plata (1500-1545); y en 2021 Jimena Tcherbbis Testa por El pensamiento liberal y la opinión pública. El debate a propósito de la Inquisición española en perspectiva comparada Cádiz, Buenos Aires y Lima (1808-1864).
[5] Además de estas reuniones anuales, la AsAIH también organizó otros eventos para discutir distintas temáticas a partir de presentaciones de especialistas. Es el caso de la Jornada “La historia en el espacio público: Museos y Monumentos” realizada el 14 de diciembre de 2013 en el Espacio Cultural Universitario de Rosario y en la que expusieron Adrián Gorelik, Fernando Aliata, Gastón Burucúa, José Antonio Pérez Gollán, Laura Malosetti y Rubén Chababo con la coordinación de Alejandro Eujanian y Pablo Montini. Por su parte, el 10 de agosto de 2017 se presentó en el marco de las XVI Jornadas Interescuelas /Departamentos de Historia realizadas por la Universidad Nacional de Mar del Plata la mesa-panel “La producción científica y la enseñanza de la historia que contó con las exposiciones de Marisa Massone, Paula Parolo, Sonia Bazán y Ariel Denkberg, con la moderación de Flavia Macías. El 9 de marzo de 2018 se realizó en el Auditorio David Viñas de la Biblioteca Nacional el encuentro “Experiencia, historia y memoria. Enfoques y problemas” con la participación de Nicolás Kwiatkowski, Alejandro Eujanian, Elizabeth Jelin, Emilio Crenzel, Vera Carnovale, Hugo Vezzetti y Federico Lorenz. Las presentaciones de Carnovale, Lorenz y Jelin fueron publicadas como dossier en la Revista Ciencia e Investigación, 68 (4), 2018 (disponible en https://aargentinapciencias.org/publicaciones/revista-resenas/revista-cei-tomo-68-no-4-2018/). El 16 de noviembre de 2018 organizó el encuentro “Las guerras: sus historias y los historiadores” en el Museo Roca-Instituto de Investigaciones Históricas en el que expusieron Gabriel Di Meglio, Gustavo Paz, María Victoria Baratta, María Inés Tato, Alejandro Rabinovich, Raúl Fradkin y Vera Carnovale con la moderación de Marcela Ternavasio y Fabio Wasserman, además de presentarse el libro Anatomía del pánico: La batalla de Huaqui, o la derrota de la revolución (1811) con un diálogo moderado por Raquel Gil Montero entre su autor, Alejandro Rabinovich, e Hilda Sabato. Cabe consignar asimismo que además de las reuniones que organizó, la AsAIH también auspició otras actividades como las Jornadas Izquierdas y Derechas en el siglo XX argentino. Categorías, problemas, abordajes que se realizaron en Córdoba el 19 y 20 de septiembre de 2019.
[6] Las presentaciones y las discusiones que suscitaron fueron transmitidas por el canal de youtube de la Asaih donde también se encuentran alojadas: https://www.youtube.com/channel/UC241HZVFVhk0-cUZwsgY_Xw/playlists?view=1&sort=dd&shelf_id=0.
[7] Lamentablemente no pudimos contar con el trabajo de Nicolás Quiroga.
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