Reseñas

LICHTMAJER, Leandro Derrota y reconstrucción. El radicalismo tucumano frente al peronismo 1943-1955, EDUNTREF, Buenos Aires, 2016, 270 pp. ISBN 978-987-1889-85-3

Diana Ferullo
Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES), Universidad Nacional de Tucumán - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina

LICHTMAJER, Leandro Derrota y reconstrucción. El radicalismo tucumano frente al peronismo 1943-1955, EDUNTREF, Buenos Aires, 2016, 270 pp. ISBN 978-987-1889-85-3

Prohistoria, núm. 29, 2018

Prohistoria Ediciones

Leandro Lichtmajer es Doctor en Humanidades (área Historia) por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), investigador asistente del CONICET (Instituto Superior de Estudios Sociales) y docente de Historia Argentina (curso especial) en la UNT. Sus investigaciones se focalizan en la dinámica interna, las tramas asociativas y las prácticas de los partidos políticos durante la primera mitad del siglo XX. Publicó en 2014 junto a Diego Mauro la compilación Los costos de la política. Del Centenario al primer peronismo, y en 2017 coordinó el libro La política: de las facciones a los partidos en el marco de la colección Historias Temáticas de Tucumán, siglos XIX y XX. La obra que reseñamos es una versión corregida de su tesis doctoral y abre la colección Análisis Político: Teoría e Historia de EDUNTREF.

El libro aborda, desde una escala provincial de observación, la trayectoria del partido radical tucumano durante el primer peronismo. En este período, la UCR pasó de ocupar un lugar dominante a situarse en otro que la relegaba en los resultados electorales. Dicha situación devino en una profunda crisis que la llevó a reconfigurar su organización interna, sus prácticas, su identidad y su lugar en la sociedad.

El análisis de tres ejes organiza la obra: la dinámica partidaria, las representaciones y las formas de hacer política del partido. El primero de ellos examina a la UCR teniendo en cuenta sus planteles dirigentes, las fracciones surgidas en su seno y las modificaciones en su estructura al interior de la provincia. El segundo, indaga los entramados discursivos en relación con la sociedad civil, las campañas electorales y la oposición legislativa, principal espacio de confrontación institucional. Se estudian los posicionamientos en torno a los industriales y productores azucareros, los sindicatos, la prensa y los sectores católicos, reconstruyendo el ideario del partido y preguntándose por la presencia de las problemáticas sociales y económicas en los discursos. El tercer eje se centra en las estrategias para aumentar el número de votos, y en las vinculaciones entre la UCR tucumana y las esferas nacionales del partido en tres coyunturas álgidas: la campaña electoral de 1946, el ascenso de Frondizi en 1954 y el golpe de Estado de 1955.

La principal tesis sostenida por el autor es que el derrotero del partido radical tucumano durante el primer gobierno peronista viró en dos direcciones. La primera en torno a la resolución de una crisis interna que lo aquejaba desde la década de 1930, y la segunda alrededor de un nuevo oponente como lo fue el peronismo, que al desafiarlo de manera contundente en la adhesión popular y los resultados electorales, lo obligó a reconstruir sus filas dirigentes, reformular las estrategias discursivas, agudizar los debates y reestructurar sus prácticas políticas.

El espectro de fuentes utilizadas en el libro posee una amplitud y densidad que merece destacarse. Se examinaron diarios de sesiones y archivos legislativos, actas de la Convención Constituyente de 1949, prensa escrita y padrones de los tribunales electorales. Se indagaron materiales editados por la UCR como folletos, declaraciones, publicaciones periódicas, estatutos y entrevistas, junto a actas de nacimiento y fichas electorales de los afiliados. Entre los fondos documentales consultados se destacan el del Centro de Estudios Nacionales Arturo Frondizi y ocho archivos particulares de afiliados radicales tucumanos. El autor completa este abordaje documental con el aporte de veintisiete testimonios orales que amplifican las voces de los protagonistas del partido. A este acerbo se suman fuentes antes inexploradas, como los libros de actas y cuentas de los organismos directivos de la UCR tucumana, aportados por el secretario administrativo de la entidad durante el primer peronismo. Estas últimas ayudan a visualizar el impacto de la dimensión material en la trayectoria de una organización partidaria, tema poco estudiado por la historiografía.

El libro consta de un prólogo, introducción, cinco capítulos ordenados cronológicamente, conclusión, y un conjunto de gráficos y tablas en los que se explicita el diseño organizativo de la UCR, las fragmentaciones en su seno, los perfiles etarios de sus miembros y sus realineamientos de fuerzas.

Una larga tradición política que venía repitiéndose casi sin interrupciones desde 1917, hizo que Tucumán fuera de 1935 a 1943 una de las pocas provincias del país con gobernadores radicales. Para adentrarse en un abordaje interpretativo de esta situación, Lichtmajer indaga en el capítulo uno la dinámica de mediados de la década de 1930. En desobediencia con lo pautado por el abstencionismo del Comité Nacional (CN) radical, la provincia había sido el primer distrito en incorporarse a la lucha electoral luego del golpe de estado. En esta dirección, se confirma para el caso tucumano una impronta de fuerte autonomía y fragmentación de la UCR en las provincias, frente a un centro que reveló dificultades recurrentes para hacer valer su autoridad y homogeneizar el mapa partidario.

El poderío del concurrencismo se impuso en Tucumán al abstencionismo yrigoyenista, a través de una sólida estructura territorial compuesta por centenares de centros y comités que funcionaron como un entramado de movilización y reclutamiento electoral. Esta densidad partidaria fluctuó sin embargo en torno a la autonomía de los dirigentes departamentales organizados en ligas y al apoyo financiero de los industriales azucareros, dando una marcada impronta provincialista al concurrencismo, que osciló su apoyo entre la UCR CN y la Concordancia en el poder. Estos movimientos pendulares llevaron a que en menos de diez años el partido se atomizara en cinco vertientes, lo cual debilitó su estructura e identidad de cara al surgimiento del fenómeno peronista.

La fragmentación y conflictividad interna derivaron en la retracción del entramado partidario y la derrota en las elecciones de 1946, cuestiones analizadas en el capítulo dos. La crisis que arrastraba el partido desde comienzos de los años cuarenta dilató la reorganización y el inicio de la campaña, y el Comité Nacional terminó interviniendo al partido. Estos conflictos tuvieron como trasfondo el alejamiento de dirigentes departamentales y la pérdida de afiliados, que debilitaron sobremanera a la UCR.

El capítulo tres se abre con una UCR derrotada en la que el autor puntualiza la retirada del apoyo industrial y sus consecuencias materiales para el partido, junto a la desarticulación de los organismos de base. Como contrapartida, nuevos liderazgos de jóvenes se consolidaron en el ámbito legislativo, pero el partido había perdido su monopolio opositor y comenzó a buscar apoyos en el campo extrapartidario.

La recuperación de la iniciativa y la reconstrucción de la UCR desde 1949 hasta 1952 son abordadas en el capítulo cuarto. Nuevos planteles dirigentes de universitarios y profesionales urbanos insuflaron vitalidad, mayor centralización y una actitud opositora, que se reflejó en la participación en huelgas obreras y en una mayor ofensiva en el espacio público. Sin embargo, es importante señalar que se reivindicaron algunas medidas puestas en marcha por el peronismo en materia de justicia social como la legislación sanitaria, construcción de viviendas o provisión de agua potable, mediante proyectos de ley conjuntos con el oficialismo que evidenciaban lenguajes políticos compartidos. Otro abordaje por demás interesante que completa el cuadro de situación, es explorado por Lichtmajer en torno a la participación de las mujeres en el partido. La misma no adquirió un carácter extendido ni se distinguió como una rama diferenciada, como sí ocurrió en el peronismo. Más allá de la fundación de sedes y de una agenda de preocupaciones femeninas, los radicales fueron renuentes a darles cuotas de representación relevantes.

El último capítulo aborda las respuestas del partido durante los últimos años peronistas y la “Revolución Libertadora”, tales como las reacciones a la Convención nacional de 1954 y el intento infructuoso por ganar adeptos dentro del electorado católico. En esta línea, el autor destaca que los radicales tucumanos mantuvieron una posición prescindente frente al golpe de Estado, con una participación limitada de algunos afiliados en los comandos civiles y una conducción que evitó tomar partido abiertamente, a pesar de que algunos sectores universitarios estuvieron más comprometidos en la movilización callejera y la impugnación al gobierno. Desde 1953 la UCR tucumana había apoyado a Frondizi, quien era partidario de la vía electoral. Primaba la búsqueda de preservar las bancas después del esfuerzo de reconstrucción ya que los niveles de afiliación habían crecido, la representación legislativa había mejorado y el partido estaba en mejores condiciones. Por último, el autor subraya un conjunto de desafíos comunes para radicales y peronistas, en torno a la indisciplina, el fraccionamiento, la necesidad de centralización y las formas de sociabilidad partidarias a lo largo del período estudiado.

Derrota y reconstrucción nos interpela a recorrer la trayectoria de un partido clave en la dinámica política argentina en uno de sus momentos más críticos. Nos habla de sus debilidades y reformulaciones ante el gran desafío que implicó el fenómeno peronista en una provincia que brindó de lleno su apoyo al nuevo partido. En este sentido, la obra de Lichtmajer tiene el mérito de problematizar la historia política recuperando los derroteros de los partidos opositores, muchas veces relegados de los análisis históricos. Lo hace además a través de fuentes inexploradas, con preguntas que articulan lo político con lo social, y desde una escala de observación que privilegia lo departamental y local. La conjunción de estas características llena un vacío historiográfico que es deseable se replique en otras provincias y que alcance otros arcos temporales.

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