Reseñas

MACHADO, Carlos, MARCILLA, Naguy. Cronología histórico-cultural de América Latina y el mundo, s. XX , Montevideo, BANDES - Embajada de Venezuela en Uruguay, 2015, 459 pp. ISBN 978-9974-99-799-8

Roberto García Ferreira
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad de la República, Uruguay

MACHADO, Carlos, MARCILLA, Naguy. Cronología histórico-cultural de América Latina y el mundo, s. XX , Montevideo, BANDES - Embajada de Venezuela en Uruguay, 2015, 459 pp. ISBN 978-9974-99-799-8

Prohistoria, núm. 27, 2017

Prohistoria Ediciones

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He aquí una obra de relevancia y proyección internacional. La Cronología histórico-cultural de América Latina y el mundo en el siglo XX constituye un material excepcional, resultado de un proyecto amplio, riguroso, abarcativo y por sobre todo, sostenido en el tiempo. Según consignan sus autores, los profesores Carlos Machado y Naguy Marcilla, trabajaron en él sistemáticamente más de dos décadas. No se trata de un detalle menor en medio de la inmediatez y el vértigo a que nos obligan las constantes y desordenadas prácticas digitales que revolucionan –no siempre para bien- la labor periódica de los historiadores. En ese sentido la publicación contribuye a corroborar una vez más la necesidad de sostener en el tiempo investigaciones de largo aliento, “delirante” según consignan rápidamente los autores en la presentación.

El libro se estructura en forma de “tabla” donde el siglo XX aparece dividido en décadas y cada una de ellas con sus respectivos años. Las entradas son explicadas país por país apareciendo en primer lugar y recibiendo una atención prioritaria, los 20 que integran Latinoamérica. A continuación, y siempre cada sección destacada con colores diferentes, se seleccionan con similares criterios hechos histórico-culturales acaecidos en la “Otra América” –compuesta por países y colonias de habla inglesa, holandesa y francesa, con la excepción de Haití, primer país latinoamericano en lograr su independencia-; en África, Asia y Oceanía; y por último en Europa. Por su composición estructural –acompasada por una lúcida elección de colores- el libro puede leerse, consultarse o investigarse siguiendo pura y exclusivamente las necesidades o intereses del lector que podrá iniciar su pesquisa en la década que considere y tomando al país que necesite. De esta forma cabe subrayar que se trata de una publicación que asume múltiples maneras de abordaje no sólo en cuanto a la cronología sino también en lo temático.

Como parte de la obra se incluye también un biodiccionario donde todos los personajes mencionados en la sección cronológica latinoamericana, sean de la región o extranjeros, tienen una pequeña biografía donde se destaca como referencia cruzada el o los años donde aparecen citados. La reducción de espacio para datar hechos obligó a los autores a emplear numerosas siglas. Todas las mencionadas en América Latina, al final, contienen una explicación acerca de las mismas, datos de fundación de la institución/partido/organismo, etc.

Además de amplitud, rigurosidad y contenidos, la prolijidad y el cuidado de la edición son otros dos elementos que deben añadirse a este comentario que dividiré en tres cuestiones principales.

La primera de ellas es destacar el acierto de colocar a América Latina como “centro” en razón de que, como escriben los autores, la región ha sido “históricamente” un “subcontinente ignorado”. Esa propuesta de “estudiarnos desde nosotros” posee gran actualidad y su necesidad se ha tornado imperiosa especialmente para reescribir la historia de las relaciones internacionales, pensadas durante mucho tiempo en términos exclusivamente de “dominación” e “imposición”. Por supuesto que ello no deja de tener naturalidad en razón del peso que históricamente ha tenido en la región Estados Unidos, promotor de un importante número de intervenciones de diverso tenor que contribuyeron muy negativamente en los procesos locales. Pero aún para la época signada por las tensiones de la guerra fría, por ejemplo, donde Estados Unidos actuó implacablemente en países como Guatemala, Cuba, Brasil, República Dominicana, Chile o Nicaragua, las lecturas desde el denominado “sur global” son significativas y contribuyen a explicar con mayor consistencia la historia latinoamericana. A la luz de nuevas oportunidades, amparadas en el acceso a archivos latinoamericanos antes vedados a la incursión histórica, han crecido considerablemente durante la última década las posibilidades de ampliar las interpretaciones y enriquecer los debates colocando en el centro de la reflexión a América Latina.

Una segunda cuestión que merece subrayarse es que si bien los lectores se encuentran con prolijas tablas cronológicas pero despojados de relato e interpretación, se trata sólo de una apariencia ya que detrás de cada hecho señalado hubo un cuidadoso proceso de selección y jerarquización, como sabemos, dos de los valores esenciales que hacen a la labor del investigador. Allí hay buena parte del oficio cumplido con singular éxito por los autores que ante la abundancia de fuentes han debido contrastar cada episodio para consignarlo con precisión. Y no precisamente escasos son los números en ese sentido: 21 mil hechos históricos, 15 mil datos culturales y 1200 imágenes significativas que acompañan e ilustran los contenidos. A propósito de esto último y como ejemplo revelador del cuidado de la edición, mención especial merecen la portada del libro con el mural del mexicano Jorge González Camarena titulado “Presencia de América Latina” (1964-1965) (p. 7) así como también el mapa de América Latina que los autores seleccionan explicando sintética e irrefutablemente, el tradicionalmente inadecuado manejo de la cartografía (pp. 15-17). De esta forma, queda establecida la forma como la visión eurocéntrica del mundo ha deformado y representado erróneamente el espacio geográfico latinoamericano.

La tercera y última tiene que ver con las posibilidades de trabajo que brinda a los lectores no sólo especializados sino al público en general. Sobre esto quiero destacar la forma en que el resultado de la investigación y su amplitud habilitan al diálogo y a la interconexión entre regiones geográficamente distantes. En cuanto a esto, los lectores deben saber que la cronología invita una vez más a abandonar la creencia en los excepcionalismos, en las historias pura y exclusivamente atravesadas por los férreos marcos del Estado-Nación. Como detalló en la contratapa Eduardo Galeano, la obra “se burla de las fronteras y las distancias y nos invita a descubrir que el mundo no es ancho ni ajeno”.

Como cierre corresponde mencionar que la obra publicada que aquí reseñamos es sólo una pequeña parte de un conjunto mayor con cronologías que abarcan la totalidad de la historia latinoamericana desde el poblamiento de América hasta el presente 2017, tomos que aún permanecen inéditos a la espera de editores interesados en proseguirla.

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