RESEÑAS
MISERES, Vanesa, Mujeres en tránsito. Viaje, identidad y escritura en Sudamérica (1830-1910), University of North Carolina, Department of Romance Studies, Chapel Hill, 2017, 242 páginas.
Aldana Pulido
Universidad Nacional de Rosario
(Argentina)
aldanapulido@hotmail.com
En las últimas décadas, numerosos estudios provenientes de disciplinas diversas como la historia, la antropología, la geografía y la literatura, han tomado los relatos de viajes como motivo de análisis. El libro de Vanesa Miseres viene a inscribirse dentro de esta tradición, pero a su vez a ampliarla y complejizarla, por centrarse en una categoría poco explorada hasta el momento: el viaje femenino dentro de la sociedad decimonónica sudamericana.
La autora aborda en este libro los trayectos de cuatro mujeres durante el siglo XIX y los primeros años del XX, que recorren Sudamérica, Europa y Estados Unidos. La elección de sus “Mujeres en tránsito” responde no sólo a la necesidad de ampliar el conocimiento sobre el viaje femenino y su literatura - el primero condicionado por la sociedad aún hoy, y la segunda olvidada por décadas – sino también a la de construir una concepción de viajera mucho más heterogénea.
La selección de mujeres comprende a Flora Tristán (1803-1844) que se dirige desde Francia a Perú, las argentinas Juana Manuela Gorriti (1816-1892) que se aventura por Sudamérica y Eduarda Mansilla (1834-1892) quien visita Estados Unidos; y, por último, la peruana Clorinda Matto de Turner (1852-1909) que transita por Europa en los albores del nuevo siglo. Sus travesías delimitan la dimensión temporal del libro, que abarca desde la llegada de Flora Tristán al Perú hasta la publicación del libro de Clorinda Matto.
En las décadas en que se producen los desplazamientos, la autora no sólo reconoce los cambios que se van produciendo en la sociedad sudamericana y en sus formas de pensar, sino que identifica una matriz común a las cuatro viajeras que se convierte en el eje de análisis del libro: la perspectiva transnacional. En un contexto histórico donde los discursos masculinos buscan definir la nación como concepto homogéneo y monolítico, estas mujeres piensan la nación por fuera de estos límites al tornarlos más permeables, establecer relaciones con otros territorios y regiones, y reflexionar sobre estos.
El libro Mujeres en tránsito se encuentra organizado en una introducción, cuatro capítulos -uno por cada viajera-, las conclusiones y los apartados de bibliografía e índice analítico. En la introducción, la autora comienza reflexionando acerca de las dificultades que deben enfrentar las viajeras, entre ellas, la hostilidad hacia su condición femenina, aún vigente en la actualidad y que ella misma, en su juventud, ha experimentado. A partir de constatar estos obstáculos, la autora se interroga acerca de la posibilidad que tienen las mujeres de salir del espacio que se les ha asignado en el hogar y luego contar sus experiencias a través de la escritura.
En la Sudamérica del siglo XIX, traspasar los límites geográficos aparece fuertemente vinculado a la conformación de la nacionalidad y la identidad de las nóveles repúblicas, surgidas luego de las luchas de la independencia. La mirada femenina aporta otras formas de pensar estas cuestiones. Por ello, continuando en la introducción, la autora incorpora tres apartados: Mapas críticos: lecturas sobre el viaje en la cultura y la literatura latinoamericanas, Relato de viaje y género: surgimiento, perfiles y retórica de la Mujer viajera y Mujeres en tránsito: hacia una definición del viaje como perspectiva transnacional. En ellos, realiza un recorrido teórico que permite situar a su investigación en una tradición más amplia y a su vez, comprender el aporte que realiza tanto a los estudios sobre viaje como a los de género e identidad sudamericana.
Los capítulos del libro se ordenan cronológicamente y cada uno está destinado a una de las mujeres elegidas. El primero de ellos está dedicado a Flora Tristán, francesa de ascendencia peruana que debe trasladarse por asuntos familiares al país sudamericano, y cuya estadía le permite reflexionar sobre la sociedad peruana alrededor de 1830 y escribir Peregrinaciones de una paria. Miseres analiza cómo Tristán hace de las categorías de identidad y nacionalidad concepciones móviles que le permiten por un lado ver el Perú “con ojos franceses” pero también distanciarse de su país de origen a tal punto de considerarse a sí misma una paria. El relato de Tristán, muestra, además, un agudo análisis de la agencia femenina en Perú a través de los modelos que presentan las rabonas, las tapadas limeñas y el personaje de “la Mariscala”. Para la autora, esta viajera esboza una república femenina que es indispensable para repensar las relaciones de género en el país andino en el siglo XIX.
El segundo capítulo está destinado a la intelectual argentina, Juana Manuela Gorriti. Desplazada de lo que, a principios del siglo XX, se consideró la “literatura nacional”, expone una concepción del viaje y de la nación que la autora nos propone revisar. En momentos en que el traslado a Europa era considerado por la elite criolla como la mejor forma de educar a los jóvenes -quienes al regresar serían los futuros dirigentes- Gorriti plantea la fórmula inversa: primero un Grand Tour local que permita a los jóvenes conocer y afirmar sus filiaciones con su tierra natal, antes de cruzar el Atlántico. Esta propuesta tiene una estrecha vinculación con la propia biografía de Gorriti, que no sólo le permite recomendar el periplo local, sino que la autoriza a discutir la imagen del “desierto” tan extendida en los discursos de la Argentina de siglo XIX. Su postura plantea, al igual que Tristán una perspectiva transnacional al redefinir la noción de hogar y de patria -como “patria extendida”- que trasciende las arbitrarias fronteras políticas.
En el siguiente capítulo, la autora analiza los relatos de otra argentina: Eduarda Mansilla. Mujer acomodada, que ya conoce el Viejo Continente, acompaña a su esposo a Estados Unidos. Una vez allí, su educación previa no sólo la habilita a realizar una labor de traducción en la que presenta su propia voz en sus escritos, sino también a utilizar su sentido del “buen gusto” para realizar una crítica del país del norte. Estados Unidos, debido a su expansionismo, comienza a presentarse amenazador para Sudamérica y obliga a que esta última redefina su identidad. Esta visión esbozada por Mansilla fue profundizada después por figuras tan relevantes como José Martí, Rubén Darío o José Enrique Rodó.
Clorinda Matto es la última mujer en tránsito. En los recorridos de esta peruana primero por Sudamérica y luego por Europa, Vanesa Miseres observa los tres roles que asume Matto: importadora de modelos, mediadora entre culturas y turista. El primero de ellos se relaciona con el motivo de su traslado como enviada oficial, para estudiar los sistemas de educación femenina en Europa. Es allí donde ella no se presenta únicamente como peruana, sino como representante de Sudamérica y asume el papel de mediadora. Por último, como turista -definición con la que la elite tradicional no se identifica- vivencia otra experiencia al recorrer las ciudades de forma solitaria y anónima. La obra de Matto también realiza sus aportes a la constitución de una identidad sudamericana, donde busca recuperar la intervención de las mujeres en la historia hispanoamericana, incluir las raíces indígenas y recomponer los lazos con la tradición española.
En las conclusiones, lejos de dar por acabado su estudio, la autora propone profundizar el estudio del viaje femenino a partir de los posibles trayectos presentados: europeas desplazándose a Sudamérica, y sudamericanas realizando un recorrido interno por la región o arribando a América del Norte y Europa. De esta manera, suma nuevas viajeras y/o nuevos itinerarios a explorar en el siglo XIX y también en el siglo XX.
El libro Mujeres en tránsito. Viaje, identidad y escritura en Sudamérica (1830-1910) sin duda viene a ampliar las perspectivas en los estudios que han abordado dichas temáticas. Con el respaldo de una investigación sólida, tendiendo vínculos con otras indagaciones, y con una organización y una pluma amenas, Vanesa Miseres nos invita a revisitar la literatura de viaje femenino. Y de ese modo, analizar cómo esos discursos permitieron a las mujeres, confinadas muchas veces a una posición marginal, hacerse un lugar en los debates mantenidos por la sociedad sudamericana decimonónica acerca de la identidad, la nacionalidad y la noción de ciudadano.
Recibido: 05/02/2018.
Aceptado: 09/04/2018.
Publicado: 07/06/2018.