Reseñas

Reseña de Rolando Álvarez Vallejos. Cuando se templó el acero. Las juventudes Comunistas de Chile en los primeros años de la dictadura (1973-1979). Tomo I, Santiago de Chile: América en Movimiento Ediciones, 2023, pp. 257

Ariel Mamani
Investigaciones Socio Histórico Regionales, Universidad Nacional de Rosario. Universidad Autónoma de Entre Ríos, Argentina

Avances del Cesor

Universidad Nacional de Rosario, Argentina

ISSN: 1514-3899

ISSN-e: 2422-6580

Periodicidad: Semestral

vol. 22, núm. 33, 2025

revistaavancesdelcesor@ishir-conicet.gov.ar

Álvarez Vallejos Rolando. Cuando se templó el acero. Las juventudes Comunistas de Chile en los primeros años de la dictadura (1973-1979). Tomo I. 2023. Santiago de Chile. América en Movimiento Ediciones. 257pp.. 9789569645716

Recepción: 15 octubre 2025

Aprobación: 28 noviembre 2025

Publicación: 05 diciembre 2025



DOI: https://doi.org/10.35305/ac.v22i33.2144

Rolando Álvarez es considerado uno de los historiadores más destacados en el estudio de la historia del comunismo en Chile. Desde sus primeras investigaciones ha llevado a cabo una labor fascinante y se convirtió en una referencia ineludible sobre la cultura de izquierda chilena en general y del Partido Comunista en particular. Dueño de una encomiable capacidad de trabajo, Álvarez ha publicado numerosos artículos sobre el tema y una buena cantidad de libros, todos ellos producto de originales investigaciones a través de un experto manejo del rico y amplio acervo documental disponible sobre la izquierda chilena contemporánea.

En Cuando se templó el acero. Las juventudes Comunistas de Chile en los primeros años de la dictadura (1973-1979), Rolando Álvarez se propone reconstruir la historia de las Juventudes Comunistas de Chile (en adelante, JJCC), brazo juvenil del Partido Comunista chileno (en adelante, PCCh), durante los primeros años del régimen pinochetista. El libro representa el paso inicial en dicha reconstrucción ya que se presenta como el primer tomo que abarca de 1973 hasta 1979.

A través de diferentes testimonios orales y una interesante base de documentación escrita, el historiador procura desentrañar las diferentes formas que la organización partidaria puso en práctica para enfrentar el escenario de persecución, tortura, muerte y exilio una vez producido el Golpe de Estado de septiembre de 1973. En cada uno de los siete capítulos del libro, el autor realiza una cuidada reconstrucción histórica a través de diversos testimonios y documentos, poniendo en relieve la resistencia activa de la militancia frente a un régimen implacable. La narrativa también problematiza las distintas experiencias dentro de la organización, permitiendo distinguir entre quienes enfrentaron el exilio, la prisión y aquellos que permanecieron en el país en clandestinidad, enfrentándose a la represión y la desaparición forzada. De esta forma el autor logra acentuar la relación entre la dura represión estatal, las prácticas en la clandestinidad, el exilio y la solidaridad internacional como elementos que tensaron las tradiciones ideológicas del movimiento comunista chileno.

Es importante destacar que la investigación realizada por Álvarez aborda la experiencia colectiva con todas sus aristas, incluyendo también las aporías y complejidades que se desarrollaron a lo largo del proceso histórico investigado. A partir de este enfoque, el libro escapa, saludablemente, al enfoque apologético que posee muchas veces este tipo de investigaciones. No hay, por lo tanto, una mirada heroica per se, sino que se incluyen tanto las luces como las sombras del proceso, sin escapar a aquellas contradicciones y definiciones propias de una situación límite como fue la dictadura. De esa manera, Álvarez puede describir tanto las épicas tareas de algunos militantes, así como también las acciones de aquellos que ante la prisión y la tortura se quebraron, y terminaron entregando información valiosa a sus captores. Por lo tanto, el autor logra complejizar la visión algo monolítica que siempre existió acerca de las JJCC incluyendo el cuadro de posibilidades que se desplegaron ante los jóvenes comunistas a partir de la dura experiencia represiva.

Todo este particular panorama es trabajado de forma muy precisa por Rolando Álvarez, quien destaca como la dictadura, en tanto complejo escenario histórico, logró generar diferentes horizontes de expectativa al interior de la propia juventud comunista. De esa forma, si para un sector de la Jota, el exilio y su contacto con los “socialismos reales” significó un duro baño de realidad que, en buena medida, alteró sus férreas creencias militantes, para otros el estar fuera de Chile los fue vinculando con otras experiencias revolucionarias y, por lo tanto, con tareas militares antes ajenas a su cultura política. Esto último también alteró muchas de sus convicciones, aportando elementos nuevos a la conformación ideológica y práctica de la militancia partidaria.

Todo ello se conjugó, como señala el autor, con el panorama al interior de Chile, donde las noticias sobre la solidaridad internacional y las luchas revolucionarias en diferentes países se fusionaba con el duro y cotidiano accionar represivo del gobierno militar. Junto con ello, Álvarez señala un elemento importante más: el fuerte proceso de autocrítica que se desplegó al interior de la izquierda chilena, y en especial en las filas del comunismo. Junto a la constante revisión del accionar en la etapa de gobierno de la Unidad Popular convivía una enorme decepción por la derrota de un proyecto que había carecido, en su hora más difícil, de estrategias válidas para su defensa. Si para algunos jóvenes militantes comunistas todo ello significó un giro radical en sus posturas basadas en la tradición legalista y etapista del PCCh, para otros miembros de las JJCC el contexto reinante significó la oportunidad para intentar acuerdos amplios con otros sectores dentro del arco opositor, dejando de lado toda incursión violenta en la lucha contra el régimen pinochetista.

Un aspecto importante a destacar en este trabajo es que para el autor son tan importantes las voces de la dirigencia como las que emanan de la militancia de base. Es por ello que Álvarez reúne diferentes insumos, desde la documentación partidaria a diversos testimonios orales, haciendo foco en la experiencia que significó para los jóvenes comunistas chilenos ese duro proceso que debieron sobrellevar luego del Golpe de Estado, lo que brinda una mirada múltiple y compleja, tanto del período como de las posturas al interior de las JJCC.

Otro de los aciertos del presente libro reside en la búsqueda de trazar la trayectoria de las JJCC sin asociarla de modo solidario y unívoco con el devenir del PCCh. Por supuesto que ello no redunda en desconocer que la Jota nació como una organización anexa al partido, con un pasado en común y una trayectoria compartida. Más bien, Cuando se templó el acero, intenta comprender la especificidad de la agrupación juvenil comunista en todas sus formas. Es por ello que la investigación de Rolando Álvarez rescata posturas y debates que fueron desarrollándose dentro de las mismas JJCC, pero con una importante dosis de autonomía en relación con el PCCh. Para el autor, recuperar la experiencia dentro de las juventudes permite reconocer como para ciertos sectores que militaron en las JJCC pero que luego en su vida adulta no participaron de la militancia en el partido, su vínculo con el mundo comunista fue a partir de la Jota, siendo ésta su principal y más importante punto de referencia político.

Desde una perspectiva teórica, el libro de Álvarez plantea una mirada complementaria de las interpretaciones tradicionales sobre la oposición política durante la dictadura ya que propone comprender la resistencia no solo como una acción política formal, sino también como un conjunto de prácticas culturales y sociales que permitieron a los sectores juveniles del comunismo mantenerse vinculados con sus bases y conservar activo su compromiso ideológico en condiciones extremas. Así, el rol de la juventud en la resistencia cultural es resaltado, en particular en el capítulo 3, donde agrupaciones culturales, peñas musicales y acciones de memoria sirvieron como estrategias de resistencia simbólica frente a la política represiva. El autor demuestra cómo estos espacios culturales se convirtieron en un nexo entre generaciones, posibilitando la transmisión de memoria, valores y la construcción de nuevas identidades frente a un contexto de despolitización y repliegue ideológico.

Para concluir, el libro logra destacar la importancia de realizar un análisis del período a partir de diversas variables, tanto en clave nacional como trasnacional, que influyeron en la transformación ideológica, política y organizativa de las JJCC. Asimismo, el trabajo contribuye a completar las miradas de la historiografía chilena al documentar y analizar la experiencia de las JJCC en un período complejo, y propone una mirada múltiple que combina historia, memoria y análisis social para comprender las dinámicas de resistencia y transformación en contextos autoritarios.

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